La escuela debería ser un espacio de convivencia incluyente, pacífica y sólida que construya un tejido social basado en la confianza y el cuidado del otro
La escuela debería formar ciudadanos que trabajen por la conservación de la humanidad y que busquen revolucionar procesos que conformen un mejor ser humano
La escuela debe ser promotora de la liberación estética y la creatividad artística, así como espacio para descubrir las claves de construcción de la vida
Pensar en la escuela implica de manera casi natural pensar en libros. Sin embargo, la relación entre escuela, aula, docente, alumno y libros no es tan automática en la vida real y habría que preguntarse al menos cuál es el tipo de contacto que tienen nuestros educadores y educandos con los libros en la vida cotidiana.
Un país prácticamente postrado ante la violencia, el abuso, la imposición de los monopolios económicos, la dictadura de la partidocracia y de una clase política cuya identidad generacional se define desde el inmovilismo y la falta de voluntad para generar las reformas urgentes que necesita el país, un país en crisis institucional severa es el México de la segunda década del siglo veintiuno.
El tema de la formación en valores o educación moral está tomando cada vez mayor relevancia debido a los profundos síntomas de ruptura del tejido social que estamos viviendo en México y en el mundo.