Lado B
Los afectos como objeto de estudio en la investigación educativa
El llamado “giro afectivo” representa la oportunidad y el reto de conjuntar una serie de herramientas analíticas de distintas procedencias, que permita comprender las diversas situaciones que se nos presentan en el campo de la investigación educativa
Por Espacio Ibero @
15 de octubre, 2020
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Dra. Itzel López Nájera

Los giros teóricos constituyen la oportunidad de revisar nuestros viejos problemas de investigación con ojos renovados; se producen cuando la comunidad académica decide que las herramientas, con las cuales se han respondido múltiples interrogantes, parecen ya no ser suficientes ante la abrumadora evidencia de un conjunto de situaciones emergentes que afectan definitivamente la pertinencia de nuestros enfoques. El llamado “giro afectivo” representa la oportunidad y el reto de conjuntar una serie de herramientas analíticas de distintas procedencias en aras de conformar un corpus teórico que permita comprender las diversas situaciones que se nos presentan en el campo de la investigación educativa.

“Razón y afecto” son dos componentes de lo humano que han sido significados en una relación jerarquizada, donde lo segundo se encuentra por debajo de lo primero. Este binarismo o dicotomía maniquea coloca, de manera desligada, lo que en términos ontológicos se halla como constitutivo del ser social. Emoción, afecto y sentimiento fueron remarcados como antagónicos a la Razón (con mayúsculas) en algunos entramados teóricos racionalistas, y en esta operación se desdeñó lo que no es matematizable, medible ni cuantificable, es decir, lo que no puede ser estandarizado al considerarse algo del terreno de “lo personal”.

Leonor Arfuch, en su artículo titulado “El giro afectivo: emociones subjetividad y política”, hace un recorrido sobre las diversas disciplinas y enfoques que están abordando esta dimensión constitutiva de lo humano y lo social en la producción de conocimiento actual. Allí menciona que “En primer lugar cuestionaría la pertinencia, para las ciencias sociales, de la separación entre lo emocional y lo cognitivo o intencional, por más que haya ese “half-second” delay en la dinámica cerebral, preguntándome si en verdad podemos pensar que las reacciones emocionales sean meramente corporales, sin investidura significante, o a-significantes”. Con esta afirmación es evidente que el campo de lo afectivo trasciende el ámbito de las lecturas fisicalistas y se instaura (y desarrolla), en el campo de la sociología, el análisis discursivo y otras aproximaciones del área, dejándonos la pregunta: ¿qué permiten visibilizar estos enfoques?

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Un paso en esa misma dirección da Sarah Ahmed (filósofa y estudiosa del género), para quien las emociones no son estados psicológicos sino prácticas sociales y culturales, las cuales, no suponen una autoexpresión que se vuelca hacia afuera (in/out) sino más bien se asumen desde el cuerpo social (outside/in), en tanto son las que brindan cohesión al mismo. Esta conceptualización resulta pertinente para comprender lo que se produce en los espacios formativos en las relaciones intersubjetivas que se presentan tanto en las aulas como fuera de ellas, así como la importancia de la cualidad de afectar y ser afectado en esa relación. 

El afecto como componente en la construcción del vínculo educativo, nos permite pensar que la formación se relaciona con el afecto que se moviliza respecto al otro. En tiempos dislocados, cuando vivimos altos índices delictivos, resquebrajamiento del tejido social, profundización de las desigualdades, entre otras varias violencias estructurales, resulta necesario acercarse al abordaje de lo afectivo, entendiéndolo como constitutivo de la subjetividad, permitiéndonos estudiar la complejidad de los lazos que se construyen en la escuela, cómo el aprendizaje pasa por la emoción y el entusiasmo generado; entendiendo qué es lo que engancha afectivamente cuando ofrecemos un horizonte de plenitud al estudiantado, y develando por qué a muchos parece interpelarles más el modelo del sicariato antes que el de un buen oficio o un buen profesional ¿qué afectos se movilizan en estas interpelaciones? Ello sin reducir este campo a recetas fáciles y lineales de acción que no son la solución o la panacea para el bienestar y la resolución de los conflictos, pues no existen las fórmulas mágicas aplicables y replicables en todo contexto.

Comparto aquí el link del XV Encuentro de Análisis Político de Discurso e Investigación titulado “Emoción, afecto: concepciones, tendencias y sus efectos en las políticas y la subjetivación”, donde se abordaron temáticas relativas a lo arriba expuesto: https://www.facebook.com/papdioficial

Esperamos que puedan visitarlo.

 

*Foto de portada: Pxfuel

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