Lado B
Enviado el 22/10/2020 Las mujeres no sólo somos madres
Por Lado B @ladobemx
22 de octubre, 2020
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Ahora que estamos juntas…

Ayer unas amigas -a las cuales les llevo unos diez añitos- decían en una conversación de chat que no querían tener hijes porque lo consideraban una pérdida de la libertad y de la identidad. Referían los complejos procesos de sus amigas que son madres para volver a sentirse independientes, intelectuales y hasta sexis, además de otras frustraciones y el permanente cansancio.

Horas más tarde, durante la segunda sesión del Círculo de Lectura de Casas Vacías, la novela de Brenda Navarro, el tema de la maternidad volvió a ser conversación. ¿Será que no hemos hablado lo suficiente de ello?

Yo, como quizás muchas mujeres de mi generación, di por hecho que sería madre. No con una claridad específica, ni siquiera con un deseo ferviente, sino como algo “natural” que iba a pasar. Pero, aunque lo intenté, no pasó.

Hoy, sí sé claramente que no es algo que deseo. O al menos ya no. 
No sé si esa claridad me la dio la edad o el feminismo, pero celebro que mis jóvenes amigas no tengan duda sobre sus deseos, sobre el derecho que tienen sobre sus cuerpos y, por supuesto, sobre sus vidas. 

Una posible respuesta a este cambio de pensamiento en las nuevas generaciones me la dio la conversación en el Círculo de Lectura. Voy por partes.

La sociedad juzga con rigor a la madre que “falla”, como sucede a una de las personajes de Casa Vacías, no importa que la “falla” esté relacionada con el hecho de que las mujeres maternan solas, ya sea por la irresponsabilidad económica o afectiva de los padres, o porque se les relega. 

Una de las asistentes a la primera sesión del Círculo contaba que cuando se embarazó le dijeron que debía dejar su trabajo, porque no podía ser las dos cosas. ¿Les suena familiar? ¿Se imaginan que le digan lo mismo a un hombre?

Hace poco, a propósito del #EscriboyCobro, la periodista Daniela Rea contaba en Twitter que una vez la invitaron a dar una conferencia pero no le quisieron pagar para que ella contratara a alguien -otra mujer, claro está- que cuidara a sus hijas, de modo que se las llevó y a medio evento su hija menor lloró, tiró cosas, en fin, una niña siendo niña.

Es decir, incluso si no les dicen “no puedes ser madre y ________” (escriban aquí a lo que se dedican), de alguna manera la sociedad les hace ver lo complicado que es.

Otra de las participantes del Círculo decía: es que parece que las mujeres solo somos madres. Y sí, porque ya está visto que el Estado patriarcal se niega a permitirnos decidir por nosotras mismas, de modo que ni educación sexual, ni anticonceptivos accesibles, ni interrupción legal del embarazo. Te jodes, madre.

Y luego, además, se indignan si alguna declara no tener el sacrosanto y bendito “instinto maternal”, porque bueeeeno, la queman en la hoguera.

A lo que iba -la posible respuesta a la que me refería- es que, y perdonen el rollo, ¿quién quiere maternar en esas condiciones? La maternidad debería ser un acto comunitario, por lo tanto las hijas e hijos de una mujer deberían ser una responsabilidad común, social, el Estado debería reconocer -más allá de sus leyes de papel- la importancia y la contribución de las mujeres no solo como madres y, desde esa perspectiva, asegurar el libre desarrollo de todas al mismo tiempo que el bienestar de las crías.

Así que, amigas, no romanticemos la maternidad pero tampoco la satanicemos, y más bien hablemos en cada oportunidad de las condiciones que este país le ofrece a las madres, pongamos el tema sobre todas las mesas.

Por ejemplo: ¿quiénes están haciendo triple jornada en este momento haciéndola de madre, proveedora y maestra al mismo tiempo?, ¿quiénes son las que buscan a las personas desaparecidas? Y, lo más importante, ¿cómo, con qué recursos lo están haciendo?

No me quiero alargar más pero, por favor, lean este texto de Samantha Nolasco sobre el cáncer de mama, donde nos explica por qué si perciben un bolita en un seno lo recomendable es ir directo con un/a especialista en oncología.

El cáncer de mama no puede ser tratado por médicos o médicas de especialidades de primer contacto, como la ginecología, en las que se pueden hacer valoraciones médicas, pero no tratar las tumoraciones benignas o malignas que pueden producirse en las mamas, ya que hay un riesgo de complicar la situación de la paciente.

Antes de irme les cuento que Frame Sport MX es un proyecto de fotógrafas de futbol femenil. Sus fundadoras piensan que durante años se ha mostrado el deporte a través de los ojos de los hombres, sin embargo creen necesario que las mujeres ganen terreno en los estadios y cuenten su versión del encuentro. Acá les contamos más.

Me quedo con ganas de hablar de #MenstruacionDignaMexico, pero me lo apunto.

¡Y no se pierdan las ilustraciones de María Conejo!

Abrazos sororos,

M.

   

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