Lado B
Ximbo, rap que nada a mar abierto y sueña con una mayor conciencia social
Recientemente, la rapera Ximbo lanzó una serie de trabajos inéditos, que abordan desde el respeto hacia el personal médico hasta la búsqueda de la espiritualidad interna
Por Julio Sandoval @jota_sand
03 de septiembre, 2020
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La música de Ximbo nada a mar abierto, se hunde en el inconsciente humano y busca clavar en la mente la idea de que las personas podemos hacer las cosas de manera diferente para que todas y todos estemos bien; no sólo socialmente, sino espiritualmente.

En el rap encontró su instrumento para atacar con palabras al sistema, y para invitar a sus escuchas a protestar y bailar. 

Bueno, pero para quienes no han tenido la suerte de conocer a Ximbo, aquí les contamos más acerca de ella y su música.

Julio Sandoval (JS): ¿Quién es Ximbo?

Ximbo (X): Yo soy una rapera, creo que ya vieja escuela. Empecé hace muchos muchos años [exactamente 20]. Me tocó vivir los inicios de este género en México, y para mí ha sido muy bonito continuar con este camino. También me he centrado mucho en el trabajo con enfoque de género, he trabajado mucho con mujeres. 

He trabajado de cerca el rap en lenguas originarias, aunque yo no hablo ninguna, pero me gusta mucho. Soy partidaria de que se difunda muchísimo, entonces he estado cerca de muchos raperos hablantes de lenguas indígenas. Soy tallerista de rap; y, en general, me muevo en el mundo del hip hop y de la comunicación desde hace mucho tiempo. 

JS: ¿Cómo comenzaste? ¿Cuáles fueron tus influencias?

X: Ni siquiera podría mencionarte cuáles fueron, porque sigo teniendo muchísimas. Y creo que esa es una constante en la vida. Creo que cuando una ya se asume como un producto terminado y que no tiene muchas influencias es que ya se volvió algo muy aburrido. 

Entonces puedo hablarte de que en mis inicios, sin duda, el hip hop de Estados Unidos [me influenció]. El país vecino fue una gran influencia sobre mí, pero conforme fui descubriendo más cosas, sobretodo el hip hop latinoamericano, sí me impactó muchísimo; grupos como Makiza, Tiro de Gracia, en los años noventa, fueron muy inspiradores, por todo el trasfondo social que tenían sus letras, porque musicalmente eran fantásticos, y todavía lo son. En el terreno de las mujeres, raperas como Lauryn Hill, Queen Latifah, también tuvieron mucho impacto en mí.

JS: ¿Por qué Ximbo?

X: No es el nombre con el que me registraron mis padres, pero si un sobrenombre con el que cargo desde la secundaria. En un momento descubrí que “ximbo” significa corazón de maguey en otomí, y se me hizo muy lindo el significado, porque encierra muchas metáforas del maguey: por dentro tiene algo muy tierno y que aporta muchas cosas, pero por fuera es espinoso; y quizá en mi adolescencia me sentía un poco así. 

Así me dicen muchos amigos; mi mamá también me dice así a veces, mi tía. Para mí es algo raro pensar que es un nombre artístico. Es como escogerte este alter ego, y a veces se me hace pretencioso. Mis papás me nombraron Jimena, pero se iba a escuchar muy raro Mc Jimena o la rapera Jimena. Soy una persona con muchos apodos, hasta tengo un nombre espiritual. Sólo pienso que Ximbo es uno de mis nombres.

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Ximbo es una de las pioneras del rap entonado por mujeres. Su carrera comenzó en una época en la que, cuenta, en la Ciudad de México y el Estado de México, en conjunto, rimaban sólo unas cinco Mc –Maestro de ceremonia (Master of Ceremony, por sus siglas en inglés). En un principio se conocía así a las personas que animaban al público en sesiones de disc jockeys –Actualmente son conocidos como Mc los vocalistas de rap–. Hoy hay mucho trabajo colectivo entre mujeres, lo que las fortalece y anima a rapear, señala. 

Jimena de Santiago, nombre civil de Ximbo, descubrió en su adolescencia su interés por compartir críticas y reflexiones sociales a través de la palabra. Por medio de las canciones que escuchaba conoció la “responsabilidad de la palabra”.

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JS: ¿Cómo fue tu adolescencia, qué influyó para que te sintieras con esa rebeldía?

X: Yo creo que en esa edad todos somos rebeldes, de una u otra forma, y cada quien lo manifiesta o explota de la manera que le toca, que puede. Sin duda yo viví en una etapa muy bonita del mundo, sobretodo lo digo por la pandemia. Yo no sé qué hacen los adolescentes encerrados en casa en la computadora; a mí me tocaron tiempos en los que la vida se vivía en la calle, y se aprendía mucho. 

En el mundo del hip hop hablamos de la “escuela de la calle”, lo que aprende uno de manera no académica, y a mí me tocó crecer en esa época, donde éramos bastantes libres, donde yo me salía a explorar distintas escenas musicales, sobretodo electrónicas, y empecé a aprender mucho. Empecé a apasionarme por el rap, por el hip hop, porque tenían letras muy largas, y me di cuenta que decían cosas muy interesantes, más que la música pop de ese entonces. De inmediato yo quise hacerlo, porque me gustaba leer, en general; me gusta mucho la palabra, y para mí fue una herramienta hermosísima de liberación y aprendizaje.

JS:¿Cómo te interesaste por el mensaje social?

X: Yo creo que fue un interés desde el principio, desde que yo me empecé a dar cuenta de lo que decían las letras del rap que escuchaba de los años 80, 90. Me di cuenta de lo trascendente que podían ser, por la repercusión que estaban teniendo en mí las letras: me hacían pensar, me hacían voltear a ver los fenómenos sociales que ocurrían en esos tiempos; me daba cuenta de que a mucha gente le ocurrían cosas que a mí también me afectaban, y había gente que se quejaba de cosas que yo no había visto que existían, entonces me afectaban por empatía. Y todo eso fue parte de lo que me enamoró del hip hop y que yo no veía en otros géneros. 

Desde el inicio para mí fue muy importante tomar la “responsabilidad de la palabra”, que también es parte de la cultura profunda del hip hop. En el hip hop cuando alguien está consciente de su historia y de sus preceptos sabe que la palabra es poder y que uno  puede cambiarle la vida a personas, sobretodo al público adolescente que lo está escuchando, que está descubriendo cosas. Y como yo lo viví como público me pareció increíble replicarlo. Fue de las cosas que me fascinaron.

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JS: En algún momento mencionaste que si el hip hop deja de ser incómodo pierde su esencia, ¿esa es su naturaleza?

X: Claro, yo realmente creo que sí. Creo que la naturaleza del hip hop es esa; ser disidente, decir las cosas que otras personas no se atreven, romper con esas barreras de decir las cosas con pincitas, de no dar las noticias como son, de no cuestionarse. El hip hop es justo lo contrario. En el momento que deja de ser incómodo comienza a ser parte del sistema, ya no está aportando nada.   

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Ximbo

Foto: Ximbo | Facebook

La rapera oriunda de la Ciudad de México lideró por muchos años el colectivo Mujeres Trabajando, un proyecto que apoya a mujeres para que crezcan en la escena. Audry Funk, originaria de Puebla, una gran representante del rap mexicano en Estados Unidos, dice Ximbo, es un ejemplo de las “tantas cosas lindas» que arrojó Mujeres Trabajando.

Ximbo no sólo sabe que en las mujeres hay un gran talento para rapear, también se ha acercado al talento de comunidades indígenas, quienes acompañan su rap con versos en sus lenguas originarias y con instrumentos tradicionales.

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¿Cuál es tu visión sobre el rap en lenguas originarias?

Es un tema que veo con mucho respeto, porque definitivamente soy externa a la comunidad indígena. Yo no crecí en la comunidad indígena, y no tengo familiares cercanos que me hayan aportado alguna herencia indígena clara, aunque yo creo que todos los mexicanos tenemos mucho de indígenas. Me empecé a acercar porque me invitaron a formar parte de talleres de programas de la Secretaría de Cultura que tratan de impulsar la música contemporánea en lenguas indígenas, conocí a muchísimos raperos en todo el país que estaban haciendo música de mucha calidad en sus lenguas, y que nadie los estaba escuchando. 

Evidentemente algo que no entiendes es más difícil de asimilar que algo que si entiendes; sin embargo, veo que en México habemos muchas personas que escuchamos una rola en francés o en inglés, y que tampoco le entendemos, pero esa sí la pelamos. Nos dimos cuenta de que valía la pena hacer alianzas y trabajar juntas y juntos para tratar de visibilizar su obra. Es un terreno riquísimo, te puedo mencionar a Matchuk Bemela, de Huatabampo, Sonora, que hace rap en yoreme mayo, que no sólo incorpora versos en su lengua originaria sino que también incorpora instrumentos tradicionales, y el resultado es fantástico; realmente es un hip hop muy novedoso, fusión en un amplio sentido. 

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Cuando Ximbo compone acude a sus libretas de apuntes, esas en donde apunta citas que escucha en las clases de Filosofía que toma con sus amigos, al menos dos veces por semana. Además, dice, hay temas flotando por todos lados.

Al mismo tiempo que piensa en la letra, piensa en la música; le gusta crear la canción armonizando ambos elementos. Le gusta improvisar, desde hace tiempo ya no escribe sus letras, las graba directamente. Ximbo habla en sus canciones sobre la tranquilidad que te puede ofrecer un paseo por el parque o acerca de la sociedad artificial y llena de plástico en la que vivimos.

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JS: ¿Cómo ha evolucionado el sonido y el mensaje de Ximbo?

X: En cuanto al mensaje, definitivamente, creo que cada vez ha habido más información a la mano, mucho más conocimiento en general; de la composición del mundo, de la situación social. Cada vez hemos leído un poquito más y eso va nutriendo las canciones. Y no es que yo lo sepa todo, para nada. Pero tener más información significa compartir más información, y eso se va acumulando con los años, me parece que es lo natural. 

En cuanto a música, fíjate que yo siempre he sido muy curiosa, me he dado pocas oportunidades de lanzar materiales oficiales que sean hip hop tan tradicional, siempre he acudido a trabajar mucho con músicos, a mezclar samples en vivo. Últimamente me ha gustado mucho explorar el folclor latinoamericano. En uno de mis tracks más recientes exploramos, junto con Omar Dukas de Bungalo Dub, la cumbia colombiana antigua, la cumbia hecha con gaita y maracones, y utilizamos esos instrumentos en la canción con una mezcla con sonidos un poco del dub —sub-género del Reggae—, y es una de las cosas que últimamente he estado explorando un poco más. 

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Ximbo

Foto: Ximbo | Facebook

Ximbo se refiere a El sueño, una canción publicada este año con la que explora nuevos ritmos, una pieza que es muy espiritual y que incluso sientes que te abraza. El video es una experiencia audiovisual fascinante, llena de colores, simbolismos hindús y, claro, baile. Pero Ximbo lo explica mejor. 

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JS: ¿De qué trata El sueño?

X: El sueño es una canción  que me gusta muchísimo, que yo quiero mucho, que le tengo mucho cariño. Para mí fue todo un logro porque es una canción en la que logramos bailar; es una canción para bailar, pero también es una canción de protesta con un profundo contenido social. 

Pero no es una canción de protesta que hable forzosamente desde la rabia que nos va a romper el hígado, habla también desde la alegría y ganas de hacer las cosas de manera que sean mejor para todas y todos. El video tiene las animaciones de una película que se llama Sita Sings The Blues, de Nina Paley; sentimos que le daban mucho sentido a la música y quedaban perfectos. 

JS: Es un video muy espiritual, incluso parece que te abraza

X: Absolutamente. Se trata de una mujer que baila Bharatanatyam, un baile-ritual hindú –también yo tengo mucha relación con la cultura indu en mi vida diaria, y es una conexión personal que no tiene que ver con el ritmo de cumbia colombiana de la canción, pero sí conmigo y con mi vida–, y, si te das cuenta, esta chica enciende el fuego y empieza con todo un ritual para empezar a bailar. 

Entonces sí tiene mucho que ver con esta especie de ritual, o este despertar eterno; cómo enciende este fuego de despertar para hacer conciencia social de las cosas que están sucediendo, y utilizar este fuego para moverse. Finalmente el fuego transforma. Entonces todo el video es la transformación de esta chica que está bailando, y pasan muchas cosas por su mente, y termina apagando el fuego ya muy tranquila. Ya reflexioné, ya aprendí, ya moví, ya acabé. 

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Además de sus múltiples discos y trabajo colectivo con diferentes sub-escenas del rap, Ximbo puede presumir que este año ha estado muy activa, a pesar de la pandemia. De manera colaborativa cantó junto a Leiden y otras raperas, “Hasta salvarnos, una canción feminista que reunió a un talento femenino impresionante”, destaca. Además, hizo dúo con Leiden para cantar Respeta, una canción para sensibilizar a la comunidad en general ante las agresiones contra el personal médico durante la pandemia por COVID-19.

También publicó su tema Mar abierto, una metáfora sobre el esfuerzo de ver un poquito más hacia dentro de nuestros seres, de acercarnos al inconsciente humano, para darnos cuenta de que “la remuneración económica es importante y se necesita, pero la remuneración espiritual reconforta mucho más”.

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JS: ¿Qué sueña Ximbo?

X: Yo sueño con tantas cosas. Sueño con poder hacer música siempre, sueño con poder alcanzar –quizá algo muy utópico– un momento en el que podamos ser autosuficientes, en el sentido de nuestra alimentación, de poder tener cositas sembradas en la casa, poder intercambiarlas con amigas y amigos. 

Sé que es un sueño, prácticamente, inalcanzable en este mundo en el que vivimos, que estamos inmersos en el consumismo de tantas cosas que son dañinas a nosotras y al planeta. Pero sueño con eso, con que se pueda llegar, por lo menos, a un poquito de esta utopía de la posibilidad del consumo consciente, de la autogestión, de la solidaridad con las y los demás; con la conciencia más despierta.

*Foto de portada: Cortesía

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Autor Lado B
Julio Sandoval
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