Lado B
Herminia Pasantes, la pionera mexicana de las neurociencias
Con una trayectoria de más de 50 años, la Doctora en ciencias e investigadora emérita de la UNAM, referente mundial en neurociencias, nos cuenta su paso por la ciencia
Por Dafne García @DafneBetsabe2
24 de septiembre, 2020
Comparte

“[La investigación científica] es una actividad intelectual muy profunda, muy activa, muy dinámica, de mucho entusiasmo”, dice alegre la neurocientífica mexicana Herminia Pasantes. Para ella, la ciencia es maravillosa, pues el descubrir cosas nuevas y comprobar hipótesis son todo un reto.

Este amor por la ciencia la llevó a estudiar Biología y a enfocarse en Neurociencias, área en donde sus contribuciones la han convertido en un referente internacional.

Asimismo, la Doctora en Ciencias ha dejado huella en la Academia, ya que ha sido una de las fundadoras de la licenciatura en Neurociencias en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuya primera generación se gradúa el próximo año.

Por ello, en entrevista con LADO B, Pasantes nos ha contado acerca de su trabajo en la ciencia, así como del panorama de las neurociencias en México.

La Academia y los descubrimientos importantes

Una simple llamada perdida fue lo que llevó a que Pasantes se dedicara a las Neurociencias. “Una cree que es dueña de su destino, pero no es así”, dice  la científica riendo.

Justo antes de terminar la carrera de Biología en la UNAM, la investigadora emérita cuenta que trabajaba en un laboratorio de la Facultad de Ciencias. Y en el mismo piso se encontraba el Doctor Guillermo Massieu Helguera, quien es considerado el fundador de la Neuroquímica en México.

Te recomendamos: Drogas: de engaños a neuronas y adicciones

Un día, el teléfono sonó y Pasantes corrió a mitad del pasillo para responderlo, el Doctor Massieu hizo lo mismo. Ninguno alcanzó a contestar la llamada, pero empezaron a charlar. Massieu le preguntó acerca de su trabajo y planes a futuro y la invitó a trabajar en su laboratorio. Gracias a eso conoció el área de las Neurociencias y la Neuroquímica. 

Así pues, al acabar su carrera y una maestría en Bioquímica, la científica hizo su doctorado en el único instituto de Neuroquímica que había en el mundo, en Estrasburgo, Francia. Ahí empezó la línea de investigación que la llevaría a desarrollar una de sus mayores aportaciones: la identificación de la taurina en el cerebro y la retina. 

“[En Estrasburgo] estaban estudiando la retina, que es como un cerebrito atrás del ojo, y como yo había trabajado en aminoácidos en el cerebro, el director de mi tesis [que era el director del instituto] me dijo: ‘vamos a ver los aminoácidos en la retina’”, narra la científica.

En el primer experimento encontraron en los cromatogramas de papel –diagramas con los que se detecta la presencia de una sustancia– el pico gigantesco de una sustancia desconocida, que posteriormente supieron era taurina (un aminoácido con propiedades antioxidantes). A partir de ahí, Pasantes cuenta: “durante muchos años estuve buscando el papel de la taurina en los tejidos, porque está en el cerebro, en el corazón, en todos los tejidos, y nadie sabía para qué”.

Finalmente, tras mucho esfuerzo, la científica descubrió que la taurina tenía que ver con la regulación del agua en las células, y que además funcionaba como un osmolito (mediante su efecto en las osmosis, participa en el mantenimiento del volumen celular y equilibrio de fluidos). Por lo tanto, también se relaciona con el funcionamiento de las células nerviosas.

Ilustración: Gogo Ortiz

“Me fui a estudiar células nerviosas, [porque] entonces no se sabía nada de cómo regulaban el agua las células del cerebro. Esa fue la otra vertiente importante en mi trabajo: estudiar la regulación del volumen de las células nerviosas. A eso dediqué toda mi investigación: a la taurina, al osmolito en el cerebro y a la regulación de volumen celular en el cerebro”, dice orgullosa.

Particularmente, los estudios sobre la regulación del volumen celular en el cerebro son importantes para prevenir lesiones como edemas cerebrales (posibles causas de muertes), provocados por una alteración en este proceso, como explica Pasantes en la investigación: “Edema cerebral: mecanismos celulares de control”.

La importancia de la divulgación científica

La Doctora Pasantes cuenta que ahora también se dedica mucho a la divulgación científica, pues así puede servir a la comunidad. Actualmente es parte de un cuerpo colegiado (de 25 personas) llamado Seminario de Cultura Mexicana, cuya misión es llevar la cultura a todo el país, da conferencias en diversos lugares, incluyendo pueblos pequeños.

Además del tema de las drogas y sus efectos en el cerebro, Pasantes habla de los mecanismos moleculares de la depresión, ansiedad y estrés. “Si puedes llevar [esos temas] a la gente, a los jóvenes, para que les ayude a manejar problemas que tienen, ya valió la pena; es una actividad muy gratificante”, explica la investigadora.

Te puede interesar: Ser zoóloga en México: pasión por los animales, aventura y machismo por superar

Pasantes recuerda que en una ocasión una joven de 30 años que asistió a una de sus conferencias, se acercó a ella y le comentó que creía tener depresión. Le preguntó a la Doctora si podía darle un medicamento para curarse. Ante esto, la científica le respondió que no era médico, pero que podía ir al Instituto de Psiquiatría a atenderse.

Ante la sugerencia, la chica puso cara de vergüenza, por lo que ella le recordó que no tenía por qué sentirse así, como comentó durante su conferencia, pues el ir al psiquiatra es como ir al cardiólogo o a cualquier otro doctor.

“Como a los tres meses, vino con unas flores y me dijo que había ido a la unidad de salud mental de la UNAM. Ahí le habían dado antidepresivos y [confesó que] lo único que [lamentaba era] todos esos años en los que no sabía lo que le pasaba”; algo que descubrió que se podía curar. “Con la divulgación consigues cosas de esa naturaleza”, explica Pasantes.

Por otra parte, la neurocientífica resaltó que, aunque hacer ciencia es más difícil para las mujeres, debido a las responsabilidades que recaen en ellas (a diferencia de los hombres), como el cuidado de la casa o los hijos, es posible lograr una carrera en la ciencia.

“Yo creo que mi contribución, aparte de [la que he hecho en] Ciencia, es demostrarles a las mujeres que sí se puede, y mira que eran tiempos más difíciles cuando a mí me tocó, yo creo que ahora es más fácil”.

A Pasantes le da satisfacción poder ser un ejemplo para las mujeres que quieren incursionar en algún área científica, porque ha demostrado que “sí se puede tener una vida personal, familiar y profesional plenas”. 

Las neurociencias en México

Herminia Pasantes considera que el campo de las neurociencias en México está muy bien desarrollado, “porque hubo precursores: gente que hizo excelente trabajo [en esta área] desde los [años] 40. [México] siempre ha estado muy bien en las neurociencias; hay investigadores [en este campo] que tienen un reconocimiento internacional absoluto”.

Entre estos referentes están: el Doctor Guillermo Massieu; María Cristina García–Sancho y Álvarez–Tostado, primera mujer neurocirujana en Latinoamérica; y la Doctora Rosario Barroso Moguel, la primera neuropatóloga del país miembro regular de la Academia Nacional de Medicina.

Igualmente señala que hay grupos de neurociencia muy importantes en el país, como el Instituto de Neurobiología en Querétaro, así como investigadores jóvenes en el área y una licenciatura en Neurociencias en la UNAM. 

Comparte
Autor Lado B
Dafne García
Suscripcion