La historia de los últimos diez años de Casa Alhambra es casi de novela policiaca: un hijo con ambiciones de empresario, un prestamista con pocos escrúpulos y varios notarios dispuestos a registrar firmas falsas, y operaciones de compraventa inexistentes o firmadas por gente muerta. El resultado: una casa que pasa de manera fraudulenta de unas manos a otras.
Así comienza la historia que nos cuenta Cristian Escobar hoy en LADO B. La imponente construcción estilo mudéjar de más de 700 metros cuadrados de construcción que se ubica a un costado del parque de La Pérgola, fue heredada por Salvador Cue Silva, secretario de Economía en el sexenio de Piña Olaya, a sus hijos Jonathan y Salvador Cue Martínez en 1994.
Tres años después Salvador donó su parte a su hermano Jonathan, quedando como dueño único y su mamá Virginia Martínez Yano como usufructuaria del inmueble.
En 2010 Salvador conoció a un prestamista, Pablo Abraham Kuri, porque quería poner un bar.
Sólo me detendré en el momento en que Pablo Abraham Kuri, con ayuda del notario Gerardo Lara Said, logró apoderarse de la casa al pagar por ella 2.5 millones de pesos. ¿La casa valía eso? La familia Cue Martínez dice que no, que valía más de 8 millones. Lo cierto es que más allá del avalúo, forma es fondo y la forma en que ocurrieron los hechos da mucho que pensar.
A ver, primero Salvador Cue sustrajo las credenciales de elector de su hermano y su madre y con ello el notario 5 de Huejotzingo, Alejandro Romero Carreto –fallido candidato a gobernador en el 2018–, le redactó un poder con firmas falsificadas (de acuerdo con tres análisis periciales) para tomar control de la casa y poder dejarla en prenda por el préstamo.
Después, ya con el poder la notaría 19 de Lara Saíd se redactó una hipoteca en garantía, Salvador recibió los 2.5 millones y Pablo Abraham Kuri el documento de hipoteca, pero cuando se llevó al Registro Público de la Propiedad ese documento cambió a compra-venta y la propiedad cambió de manos.
¿Cómo, cómo? Bueno, la notaría 19 –quien registró el movimiento– entregó al RPP el documento de hipoteca en garantía, pero dijo que se habían equivocado, que en realidad debía ser registrada como “contrato de compraventa”. Nadie en el RPP dijo nada, y lo registraron así: como una hipoteca en garantía primero, y luego como un contrato de compraventa. El despojo se había realizado.
No les cuento más, mejor lean la historia en LADO B dando clic aquí.
Y ya para cerrar la historia de una empresa que hizo negocios millonarios como proveedora de leche y despensas del DIF, en el sexenio en el que César Duarte fue gobernador en Chihuahua, se pasó a Oaxaca e hizo negocios todavía más grandes.
Prometeo Proyectos Ejecutivos, señalada de haber participado en los esquemas de corrupción en el estado norteño, logró facturar 763 millones en Chihuahua.
Pero si le fue bien en Chihuahua la verdadera bonanza le esperaba en Oaxaca, pues entre 2017 y 2019 obtuvo contratos por 2.1 mil millones y acaparó el 71% del presupuesto total que ejerció el DIF oaxaqueño al venderle productos alimenticios para atender a población vulnerable, revela una investigación apoyada por Quinto Elemento Lab que se publicó en LADO B y en los medios de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie.
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