Lado B
Educación 2020: un laboratorio experimental planetario
La educación rara vez es percibida por el público en general como una ciencia, incluso es común la creencia de que cualquier persona con cierta experiencia profesional tiene la capacidad de ser docente
Por Espacio Ibero @
24 de septiembre, 2020
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Mtra. Cintia Fernández Vázquez

¿Me pregunto si recuerdas tus clases de química, física o biología en laboratorios escolares o universitarios?, yo tengo memorias felices de esos días en los que con bata blanca me disponía a realizar experimentos, registrarlos y a comprender un poco más la manera en que funciona el mundo.

En aquellos tiempos sentía fascinación por observar los resultados, los esperados y los sorpresivos, esos con los que nos ganábamos algunos regaños del profesor menos paciente y explicaciones apasionadas de las maestras más dedicadas. Aprendí a amar esos métodos, que si se seguían al pie de la letra resultaban en un 10 y si se alteraban, por curiosidad o error, a pesar del 5, sin falta generaban aprendizajes valiosos, mucho más que los de todos esos voluminosos libros de texto.

Antes de la contingencia, tenía el privilegio  a de trabajar en un Laboratorio de Innovación Tecno Educativa en la Ibero Puebla, allí profesores y estudiantes experimentábamos nuevas maneras de acercarnos al conocimiento. Paso a pasito, estábamos construyendo métodos de estudio y práctica para enriquecer la labor docente en el entorno de la educación superior integrando tecnologías de vanguardia para el aprendizaje.

Mi equipo de 4 personas, colaboraba con un número bastante reducido de profesores voluntarios dispuestos a hacer pruebas en el contexto de las asignaturas impartidas. Persuadir a estos valientes tomaba tiempo y tal como me sucedía en la escuela, algunas veces apegándonos al método todo salía bien y otras en las que nos desalineábamos, nos llevábamos sorpresas.

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Llegó el mes de marzo, se cancelaron las clases presenciales y repentinamente, el reducido número de voluntarios dispuestos a experimentar, se convirtió en toda una comunidad con necesidad urgente de transformar sus prácticas.

Tenemos un método para hacer educación a distancia, sí, pero el ensayo y el error también son valorados, pues es una oportunidad sin precedentes para generar aprendizajes más allá de toda teoría preexistente. Ya no contamos con profesores y estudiantes temerosos de la innovación tecno educativa, ahora trabajamos con muchísimas personas motivadas a integrar herramientas de vanguardia en sus procesos de aprendizaje. El desafío es mayor, pero también es bienvenido.

La educación rara vez es percibida por el público en general como una ciencia, incluso es común la creencia de que cualquier persona con cierta experiencia profesional o formación universitaria, tiene la capacidad de ser docente. Por otra parte, en particular la educación en línea, ha sido percibida socialmente como intrínsecamente de menor calidad a la formación presencial.

Educación

Foto: Gustavo Fring | Pexels

Nada más lejos de la realidad, un maestro que tiene formación en las ciencias de la educación, usualmente tiene mejores resultados en el aula y, por otro lado, pueden existir experiencias formativas en línea que, por su riguroso diseño, favorecen el aprendizaje del estudiante de mejor manera que cátedras presenciales centradas en los conocimientos del profesor.

La educación a distancia, educación virtual o aprendizaje en línea, también han sido campos de estudio científico y riguroso desde hace ya muchas décadas. El cuerpo de conocimiento, aunque marginal en nuestro contexto, es vasto y la tecnología educativa no es un término ajeno para cualquiera que se dedique a alguna actividad educativa.

Lo que es nuevo es el concepto de Enseñanza Remota de Emergencia y considero que sería valioso que todos los involucrados en procesos educativos: tomadores de decisiones, padres de familia, profesores, capacitadores, estudiantes y opinadores en general; tengan claro que existe una gran brecha entre lo que hacemos los especialistas en los campos de estudio antes mencionados y lo que se está haciendo para responder a la crisis.

No podemos negar el valor experimental (planetario) de las circunstancias que se están presentando por la pandemia para el campo de estudio de la educación. Pero esto no quiere decir que un curso en línea se pueda definir por las prácticas emergentes que han surgido para responder al cierre repentino y generalizado de las escuelas y universidades. Al igual que en mi laboratorio escolar, algunas de estos experimentos merecen un 10 por sus ejemplares resultados, pero otros están reprobados y requieren análisis y explicaciones expertas para que, incluso tales malas prácticas resulten en aprendizajes que nos permitan crecer. Los ciudadanos del mundo lo merecemos y lo necesitamos con urgencia.

*Foto de portada: Educación a distancia/ Foto: mohamed_hassan | Pixabay 

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