Pese a que el gobernador Miguel Barbosa Huerta aseveró el 14 de junio, durante la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador, que “cada hecho de feminicidio tiene un feminicida o en la cárcel o perseguido”, muchos casos ocurridos durante su administración (e incluso anteriores) siguen sin justicia.

Como el de Judith Abigail Jiménez Pulido, quien desapareció el 8 de agosto de 2019 y fue encontrada asesinada pocos días después. Al día de hoy, su mamá confirmó que el caso sigue sin novedades, pese a que se identificó a un posible responsable desde el inicio de las investigaciones.

O el de Diana Celina González Hernández, desaparecida el 20 de diciembre de 2019, cuyo cadáver fue hallado el 12 de enero de este año. Aunque su presunto asesino fue encontrado muerto, hay pistas que indican posibles cómplices y no han sido investigadas.

Tampoco se ha hecho justicia por el feminicidio de Dalia Salmorán Velázquez, ocurrido en noviembre de 2019. El presunto feminicida, también plenamente identificado, sigue prófugo y la familia no ha sido atendida por las autoridades.

O uno de los casos más recientes, el de la maestra María de los Ángeles Reyes Silverio, víctima de feminicidio el 30 de mayo de este año, también con un victimario identificado pero para el que la orden de aprehensión se giró casi dos semanas después de los hechos. 

*Foto de portada: Ámbar Barrera