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COVID-19: muerte y contagios en comunidades tikuna de la triple frontera
La comunidad nativa Bellavista de Callarú, en la frontera con Colombia y Brasil, está en una situación crítica con por lo menos 60 personas con COVID-19
Por Lado B @ladobemx
12 de mayo, 2020
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Yvette Sierra Praeli | Mongabay Latam

Seis personas han muerto en la comunidad indígena de Bellavista de Callarú en solo una semana. Todas ellas son víctimas del COVID-19, enfermedad que ha logrado vencer las barreras de aislamiento del pueblo tikuna asentado en la Amazonía norte de Perú, en la triple frontera con Brasil y Colombia.

“Estamos pidiendo auxilio”, reclama angustiado Omar Montes del otro lado del teléfono, el obstetra del centro de salud de esta comunidad que, junto a un técnico de enfermería y un laboratorista, libra la batalla contra la pandemia totalmente desarmado. “No tenemos camas para internamiento, no tenemos balón de oxígeno ni medicinas ni indumentaria para protegernos. Siento que estoy perdiendo la batalla”.

El 30 de abril falleció el primer indígena tikuna en Bellavista de Callarú. El 2 de mayo el segundo. Solo pudieron confirmar que el COVID-19 era el responsable de estas muertes, cuando le tomaron una prueba rápida a la hija de uno de los fallecidos. Ella se convirtió en ese momento en la tercera víctima de la pandemia.

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Las defunciones ocurrieron entre el 30 de abril y el 6 de mayo, sin embargo, la pesadilla comienza a extenderse. Seis personas más están en estado crítico y el obstetra del centro de salud confiesa que teme perderlos.

Contagios en la triple frontera

Solo dos pruebas de descarte del COVID-19 llegaron a la comunidad de Bellavista de Callarú. Las únicas dos pruebas rápidas que lograron que les envíen desde el centro de salud de Santa Rosa, ciudad ubicada a tres horas por río, si el transporte es rápido, y a siete horas, si se viaja en peque-peque.

“Solo conseguimos dos pruebas y las hicimos a dos de los pacientes que murieron. Ambas fueron positivas. Los otros fallecidos presentaban los mismos síntomas y por eso también han sido considerados como fallecidos con COVID-19”, dice Montes.

La comunidad indígena Bellavista de Callarú es la más grande de ese sector de la triple frontera y se calcula que viven alrededor de 3600 personas. La red de salud a cargo de atender a esta población tiene que darse abasto para velar por las necesidades de cinco comunidades más.

En el centro de salud han hecho un mapeo preliminar para estimar cuántas personas podrían estar contagiadas en Bellavista de Callarú. Los cálculos iniciales, que incluyen a los familiares de los fallecidos, la mayoría mayores de 60 años, indican que hay por lo menos 60 personas contagiadas.

En el centro de salud de Bellavista de Callarú se comparten ambientes para las distintas áreas. / Foto: Omar Montes | Mongabay Latam

Según Montes, los contagios ocurrieron cuando las personas que reciben beneficios del Estado, como los bonos del Programa Juntos y Pensión 65, viajaron a la ciudad de Santa Rosa –en la frontera con Leticia, Colombia y Tabatinga, Brasil– para cobrar estas subvenciones. “Ahí también hacen sus compras y quizá cruzaron a Leticia o Tabatinga, donde hay muchos positivos al COVID-19”, dice Montes.

En Leticia 526 personas resultaron afectadas por el coronavirus y 23  han fallecido.  La situación es crítica en esta ciudad colombiana cuyos hospitales no cuentan con unidades de cuidados intensivos y los médicos y enfermeras temen atender estos casos, pues no cuentan con equipos de protección.

Tabatinga, en Brasil, no enfrenta una mejor situación. Esta ciudad del estado brasileño de Amazonas, que está separada de Leticia por solo una calle, ha registrado hasta el 6 de mayo 266 casos de COVID-19.

Francisco Hernández, presidente de la Federación de Comunidades Tikunas y Yaguas del Bajo Amazonas (Fecotyba), asegura que los contagios se dieron en Santa Rosa de Yavarí, cuando los tikuna de la comunidad de Bellavista de Callarú viajaron para cobrar sus bonos.

El presidente de Fecotyba no oculta su preocupación. Desde Caballococha, ciudad ubicada a ocho horas de las comunidades tikuna, Hernández se esfuerza por asistir a las comunidades de su federación.

“Con un grupo de militares que ha entrado a la zona hemos enviado 20 litros de lejía, mascarillas N95, guantes, plástico para los cadáveres y cinta aislante. Estamos preocupados. No sabemos cuántas personas más pueden fallecer. Son lugares distantes y es difícil controlar la situación”, manifiesta Hernández.

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*Foto de portada: El puesto de salud de Bellavista de Callarú no cuenta con insumos ni implementos para atender a afectados por COVID 19 / Foto: Omar Montes | Mongabay Latam.

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