Lado B
¿Pueden los docentes ser sustituidos por computadoras?
Martín López Calva analiza la idea de que los profesores podrían ser prescindibles y la educación podría sustentarse en la tecnología digital
Por Juan Martín López Calva @m_lopezcalva
21 de abril, 2020
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“Un profesor que puede ser sustituido por una máquina, debe ser sustituido”.

Arthur C. Clark, citado por Sugata Mitra.

Esta pregunta lleva cuando menos dos décadas circulando en el ámbito de la educación. Desde que a fines del siglo pasado explotó con el internet el mundo virtual y se fue consolidando la llamada Sociedad del conocimiento o más precisamente, Sociedad de la información, empezó a discutirse la idea de que en el futuro los profesores pudiéramos ser prescindibles y la educación estuviera totalmente sustentada en la tecnología digital.

Sin embargo el asunto de la tecnología en la educación no ha terminado de posicionarse y a pesar del discurso sobre la relevancia del mundo digital y su potencial educativo y de intentos oficiales como Enciclomedia o la entrega de tabletas electrónicas en las escuelas, no se ha podido normalizar su uso ni construir una cultura escolar que incorpore la mediación de dispositivos y plataformas para la formación de los niños y adolescentes. Tampoco hemos logrado tener una capacitación docente que logre el uso generalizado natural y solvente de estrategias tecnológicas en los distintos niveles educativos.

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La situación de contingencia derivada de la pandemia del coronavirus en el mundo y en nuestro país que obligó a cerrar las escuelas ha puesto nuevamente el tema de la educación virtual y a distancia en el centro de la discusión educativa.

Durante la semana pasada se realizaron consultas desde las autoridades educativas federales respecto a la conveniencia y posibilidad de reanudar las actividades escolares a distancia en todo el país al término de las vacaciones de Semana Santa y Pascua, tomando en cuenta la realidad nacional en la que es de sobra sabido que existen muchas desigualdades en términos de infraestructura, equipamiento, conectividad y capacitación del profesorado y de los estudiantes en el uso de las plataformas y herramientas tecnológicas.

Porque si la realidad mexicana se caracteriza por enormes desigualdades económicas que se reflejan en una tremenda e inaceptable desigualdad en la calidad educativa que reciben los niños, adolescentes y jóvenes de todo el país, el asunto de las tecnologías lo que hace es evidenciar y aún amplificar esta gran inequidad en la formación de los futuros ciudadanos.

Foto: Martina Žoldoš

La respuesta lógica a esta consulta sobre si debería retomarse la actividad escolar con estrategias de educación a distancia u optar por declarar concluido el ciclo escolar esperando reanudar en agosto las clases en mejores condiciones una vez superada la etapa más crítica de contagios, tal vez hubiera sido la de no continuar porque objetivamente hablando existen muchas deficiencias, carencias y problemas para pensar en el funcionamiento del sistema educativo nacional con las escuelas cerradas y los profesores trabajando a distancia con estudiantes que no cuentan en muchos casos con el equipamiento y la conectividad necesarios.

Hemos visto y leído muchas quejas de los mismos docentes al respecto. Con razón sienten que se les está exigiendo demasiado para responder a una situación inédita y sin contar con los medios y la capacitación adecuada para enfrentar el desafío.

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Sin embargo, pensando desde otro ángulo esta situación, podríamos ver la crisis de COVID-19 como una oportunidad para el desarrollo de capacidades en los docentes y no necesariamente como un obstáculo para el trabajo educativo.

“¿Qué son las capacidades? Son las respuestas a la pregunta ¿Qué es lo que esta persona es capaz de hacer y de ser? en otras palabras, son lo que Sen llama libertades sustanciales, un conjunto de oportunidades (normalmente interrelacionadas) de elegir y actuar…”

Martha Nussbaum. Creating capabilities. The human development aproach, p. 20.

La semana pasada utilicé para dialogar en una clase acerca del enfoque de capacidades un video de Sugata Mitra, célebre profesor indio que ha desarrollado una propuesta de educación alternativa no invasiva que parte de la idea de que el aprendizaje es un sistema auto-organizado y que lo que se requiere no es tanto enseñar a los niños sino poner en su entorno las condiciones para que de manera colaborativa y grupal vayan aprendiendo lo que son capaces de hacer y de ser.

El video puede verse en la liga de la que tomo el epígrafe de esta Educación personalizante. En esta conferencia el profesor plantea algunas de sus tesis educativas a partir de la descripción de su muy conocido proyecto llamado Hole in the Wall (hoyo en la pared) que consistió en poner en zonas de la India con población en situación de pobreza una computadora en un agujero hecho en un muro, al alcance de los niños de estas comunidades y observar lo que sucedía.

En general, como es sabido, el proyecto mostró que los niños desarrollaron muy rápidamente capacidades para el uso de la computadora sin necesidad de que hubiera un profesor que les fuera enseñando cómo lograrlo.

Una dificultad adicional es que la computadora y el internet están en inglés, idioma que estos niños no conocían. De manera que además de usar la computadora –o mejor dicho, para poder aprender a usarla- los niños fueron aprendiendo inglés, al menos en un nivel básico que les permitiera entender lo que estaban conociendo y usar adecuadamente la máquina.

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En esta conferencia me llamó la atención que Mitra dice en alguna parte que mientras en el caso de los adultos el resultado hubiese sido no exitoso porque habría una doble negación de entrada –“no sé usar la computadora”, “está en inglés y no sé inglés”-, en el caso de los niños frente a la misma situación de carencias hubo dos respuestas positivas: “sí puedo aprender a usar la computadora”, “si necesito saber inglés para aprender a usarla, entonces voy a aprender inglés”.

En el caso del profesorado de nuestro país, esta crisis por la contingencia podría ser ese “Hoyo en la pared” que propiciara el desarrollo de nuevas capacidades docentes para educar a distancia a sus estudiantes a partir de sus propias condiciones de contexto.

La clave para lograrlo sería que en vez de la doble negación –“no sé usar herramientas tecnológicas para la enseñanza”, “ni mis alumnos ni yo tenemos el equipamiento y la conectividad que se necesitan”- se pasara a la doble afirmación: puedo aprender a usar algunas herramientas que estén a mi alcance –y al alcance de mis estudiantes- que me permitan continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje y, mis alumnos y yo podemos ser creativos y usar los medios que tengamos a nuestro alcance para continuar viviendo experiencias de aprendizaje en estas condiciones especiales.

“Las personas deben ser vistas…como agentes activamente involucrados…en la construcción de su propio destino y no solamente como receptores pasivos del fruto de ingeniosos programas de desarrollo…” 

(Sen, 1999: 53) 

En la medida en que se aproveche este “hoyo en la pared” que significa el confinamiento en casa para aprender de manera creativa y colaborativa a trabajar a distancia –usando el internet, el teléfono móvil o fijo, la televisión, etc.- con los educandos, los profesores estarán desarrollando capacidades docentes nuevas, es decir, nuevas formas de hacer y de ser y por ende serán profesionales más libres.

Para lograrlo será necesario que las autoridades educativas –escolares, estatales y federales- miren a los profesores como agentes activamente involucrados en la respuesta a los desafíos de este contexto y no solamente como receptores pasivos de ingeniosos programas para trabajar en esta crisis.

De manera que más que establecer mecanismos de control y de petición de evidencias, las autoridades deberían centrarse en aportar elementos que modifiquen el contexto del profesorado –con cosas simples como la computadora de Mitra en un hoyo en la pared- para despertar su creatividad y su potencial de aprendizaje en grupo.

En el camino habrá profesores que desarrollen capacidades y demuestren que no pueden ser sustituidos por las máquinas y otros que sí puedan ser desplazados por una computadora y por lo tanto, tengan que ser sustituidos.

*Foto de portada: Pixabay

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Autor Lado B
Juan Martín López Calva
Doctor en Educación por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Realizó dos estancias postdoctorales en el Lonergan Institute de Boston College. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, de la Red Nacional de Investigadores en Educación y Valores y de la Asociación Latinoamericana de Filosofía de la Educación. Trabaja en las líneas de Educación humanista, Educación y valores y Ética profesional. Actualmente es Decano de Artes y Humanidades de la UPAEP, donde coordina el Cuerpo Académico de Ética y Procesos Educativos y participa en el de Profesionalización docente..
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