Personal administrativo de la Secretaría de Salud en áreas no indispensables para la atención de COVID-19 continúa presentándose a trabajar, aunque en la práctica no tienen nada que hacer por el cese de actividades y consultas en los hospitales y centros de salud. 

Lo anterior, a pesar de que desde el lunes las autoridades federales anunciaron el decreto de emergencia sanitaria por causas de fuerza mayor que, entre otras disposiciones, establece la suspensión inmediata del 30 de marzo al 30 de abril de actividades no esenciales en los sectores público, privado y social.

Y pese a la existencia de la circular 0027/2020 firmada por Hilda Vázquez Sánchez, encargada de despacho de la Dirección de Operación de Personal, con fecha 24 de marzo, donde se establece que personal administrativo en áreas no indispensables puede suspender actividades o crear estrategias para garantizar la continuidad del servicio.

“En el área donde trabajo todo está parado, todo, pero como no soy grupo vulnerable tengo que venir, algunas compañeras sí llegan a las 11 de la mañana pero es lo mismo, solo vienen porque si no venimos nos descuentan el día”, dijo a LADO B una persona que trabaja en el Centro de Salud Urbano 1, en Analco, quien pidió reservar su nombre por temor a represalias.

Esta podría ser la situación de alrededor de 2 mil personas que trabajan en el área administrativa de los Servicios de Salud, pero con certeza sucede en Oficina Central, Centro de Salud Urbano 1, Hospital de Ciudad Serdán y Hospital General del Sur, ninguno de los cuales son Hospitales COVID-19.  

“Mi trabajo es en Calidad, atiendo usuarios, les hago encuestas, levanto sus quejas y las subo a la plataforma, pero ahorita no hay nada, así que nos piden seguir viniendo aunque no hay trabajo, ni puedo salir de mi oficina”, según otro testimonio de un hospital del interior del estado.

“Habemos personas que en este momento no tenemos quehacer, y venir sí me pone en riesgo a mí, a mis compañeros y a mi familia”, dijo otra persona.  

Entre las inconformidades que manifestaron los quejosos, es que a diferencia del personal médico, el personal administrativo no recibe el “bono de riesgo”. Se trata de un porcentaje extra que les otorgan por la labor que realizan: un médico recibe 20% más de su salario y las enfermeras el 10%. 

Para el personal administrativo que nos dio sus testimonios, el principal riesgo que corren no solo es al salir de casa, sino en sus centros de trabajo donde no pueden atender las recomendaciones de higiene y distancia, porque “el jabón está rebajado con agua, mis compañeras y yo cuando vimos venir esto, compramos mascarillas de tres pliegues con nuestro dinero, porque aquí nos dieron unas de tela que la misma infectóloga no dijo que no sirven”.

En Oficina Central, el edificio ubicado en la 15 sur 302, a una calle del Paseo Bravo, los escritorios “están pegaditos”, de modo que las personas están casi codo a codo, sin poder respetar la “sana distancia”. Ahí, de acuerdo con testimonios, sigue yendo cientos de personas de manera normal, aunque igual que en otros lados, con poco o nada que hacer, solo para evitar un descuento.

En entrevista para LADO B, la doctora Patricia Parra, líder de la Sección 25 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud, confirmó que, tal y como lo indica la circular del 24 de marzo, las áreas deben aplicar “estrategias” para atender las recomendaciones sanitarias.

“Dependiendo de cada módulo de salud, pues no es lo mismo hablar de un hospital, un CESS o de un centro de salud, por lo que cada centro de trabajo trabaja sus estrategias de acuerdo a sus necesidades con el único fin de seguir atendiendo a todos los pacientes y a la vez proteger a los compañeros”, dijo. 

Según Parra “se trabajan guardias mínimas para exponer en lo más mínimo al personal de acuerdo a las características del centro de trabajo”.

Se le preguntó a la Secretaría de Salud su postura respecto de esta situación, pero al momento del cierre de edición no había respuesta. 

*Foto de portada: Bongkarn Thanyakij | Pexels