Lado B
Miedo al día después…
Francamente, yo no le tengo miedo al coronavirus; le tengo miedo a infectar a los más desprotegidos y le tengo miedo a todo lo que vendrá, al día después
Por Diana Edith Gómez @tras_lucido
18 de marzo, 2020
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Foto: Diana Gómez

Diana Gómez * 

@dianaegomez 

Antes de comenzar a escribir esto, he visto junto a mis roomies, el mensaje que Angela Merkel le ha dado a Alemania. Ha sido concisa y directa como desde el principio. Esta vez ha agregado más palabras que mueven todo nuestro futuro como estudiantes extranjeras: “Alemania enfrentará su mayor desafío desde la Segunda Guerra Mundial”. 

Ha dicho que la bola de nieve que se avecina no es similar a la de la reunificación alemana, la cual dejó varias heridas abiertas en los noventa. Esta vez es más grande. Ya lo había anunciado días atrás: la economía de este país no volverá a ser la misma. Así que habrá que preparar esos ahorros porque el futuro será incierto y con poco dinero. 

Foto: Diana Gómez

Más que aterrador, el mensaje me dio la oportunidad de escribir todo en una libreta. De cambiar mis planes y de sacar hasta el último centavo y destinarlo a los días venideros. No es que esta sea una práctica nueva, pero esta vez fue como prepararse para algo muy grande, que aún no sé qué es.

Cada hora que pasa, Berlín cambia. En los supermercados el papel de baño, pan, leche y desinfectante son leyendas que alguna vez vimos desfilar por los pasillos de esos grandes almacenes. Con estos escenarios, constantemente me siento en una película o en un sueño muy extraño. 

La cifra de infectados sigue aumentando, y hoy 18 de marzo de 2020 hay más de 12 mil personas con coronavirus en Alemania, cifra que coloca a este país como el tercero en Europa con mayor casos, y el quinto a nivel internacional.  Pero hay cosas que yo todavía no entiendo con esta cifra, y es que todavía no se han implementado las famosas multas por salir a la calle, ni se ha anunciado cuarentena oficial. 

Estos protocolos no estuvieron en el mensaje televisivo y todos los esperábamos con ansias. Algo no termina de acomodarse en mi cabeza ante la situación, porque la mayoría de los países europeos han implementado estas medidas, incluso los que tienen menos infectados, pero Alemania aún no. 

Es cierto, este país cuenta con un gran sistema de salud y el número de muertos es bajo, comparado incluso con otras naciones, pero honestamente me hubiera sentido un poco más tranquila si en ese mensaje televisivo hubieran anunciado la cancelación completa de actividades al aire libre.

Francamente, yo no le tengo miedo al coronavirus; le tengo miedo a infectar a los más desprotegidos y le tengo miedo a todo lo que vendrá, al día después. Pero rescatando las cosas buenas, quisiera decirle a Angela: “Doña Merkel, muchas gracias por avisarme sin tapujos que el futuro será muy difícil”. 

La casa

Vivo en una casa de estudiantes; somos cuatro mujeres de Latinoamérica y una de la India. Ahora todas estamos en casa porque hemos perdido nuestros trabajos y las escuelas están en pausa total. 

Hablamos más y vemos más películas por las noches, cocinamos, tomamos, hacemos planes para ir a buscar comida a supermercados lejanos y leemos las noticias, aunque a veces no quisiéramos. Hablamos de cuánto extrañamos nuestra comida, y cuando alguien dice que extraña a sus familiares, paramos. Tampoco queremos llegar a esa parte porque ya bastante nos ha pegado esta realidad.

Monse ha decidido regresar a Chile. Ayer dijo estar cansada, porque no ha parado nada en su vida desde las protestas en su país. Puja regresará a la India cuando todo termine; para ella no tiene caso quedarse ante un futuro así, además nunca le gustó hablar alemán. 

Estefania y Cami se quedan, hemos pensado en buscar un nuevo departamento después de mayo, cuando probablemente tengamos una vida normal otra vez y podamos salir a buscar trabajo, regresar a la escuela, aplicar a las universidad y hacer todo lo que teníamos planeado. 

Mientras tanto, nos quedamos en casa, escuchando el live stream de los techno clubs, un brazo cultural  importante de Berlín que está a punto de desaparecer por esta crisis llamada coronavirus, pero eso ya lo contaré en otro texto. 

Hasta entonces. 

*Diana Gómez, periodista poblana, vive en Berlín y es la voz detrás de Traslúcido, escúchalo aquí, no te vas a arrepentir.

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Diana Edith Gómez
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