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El 70% de los suelos en Puebla están en riesgo de degradación
A los suelos no se les ha dado la importancia que merecen. Así, hace falta una comisión que tenga al suelo como principal objeto de protección
Por Lado B @ladobemx
06 de marzo, 2020
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Foto: BUAP

Cristian Escobar

El 61.7% de los suelos del país están afectados por algún proceso de degradación, según datos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Universidad Autónoma de Chapingo.

En el estado de Puebla, por otro lado, están en riesgo casi un 70% de los suelos debido a este fenómeno, informó a LADO B José Víctor Tamariz Flores, académico del Departamento de Investigación en Ciencias Agrícolas (DICA), del Instituto de Ciencias de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). 

La importancia de revertir esta situación reside en lo fundamental que es este recurso para nuestras vidas y que pasamos por alto, probablemente por el hecho de estar ubicado justo debajo de nuestros pies. Ya que si nuestros suelos se van erosionando y degradando, se corre el riesgo de tener problemas ambientales, sociales y económicos.

La importancia de los suelos

Los procesos de degradación de los suelos involucran múltiples factores. Sin embargo, según detalla el académico del Instituto de Ciencias Agrícolas, los más frecuentes son cuatro: la degradación química –la acción de verter sustancias químicas en suelo–; la salinizacion –el proceso que ocurre cuando los suelos reciben cantidades muy altas de sales debido a la mala calidad del agua–; la degradación por la erosión –el desgaste que se da por el paso de cuerpos de agua y  la fuerte actividad eólica–; y, finalmente, por el uso urbano de los suelos –pavimentación–.

Tamariz Flores explicó que los procesos de degradación impiden ciertas funciones o servicios ambientales de los suelos, entre los que se encuentra la función de soporte (para la construcción de estructuras como carreteras, casas, puentes) y la función reguladora, ya que el suelo controla muchos ciclos biogeoquímicos (aquellos donde interactúan compuestos químicos de la tierra y los organismos vivos), entre ellos el del agua, pues los suelos son los purificadores naturales más importantes de este líquido, y si estos suelos son erosionados, en lugar de purificar el agua, la contaminan a través de los residuos que arrastra la misma erosión. Esto es, si no tenemos suelos sanos tampoco vamos a tener agua limpia ni alimentos sanos. 

Por otro lado, desde un enfoque socioeconómico, una consecuencia de la erosión de los suelos de uso agrícola es la pérdida de fertilidad. La cual, a su vez, menciona Tamariz Flores, lleva a una pérdida de productividad en este ramo económico. Esto puede reflejarse de manera subsecuente en distintos procesos sociales y económicos como pobreza y migración.

Zonas vulnerables

El estado de Puebla, dijo Tamariz Flores, tiene un diagnóstico muy complejo sobre los grados de degradación.

En estas zonas se combinan un gran número de procesos de degradación, como los antes mencionados. Un ejemplo de esto es lo que ocurre en la Sierra Norte, donde se ha visto que en época de mucha precipitación ocurren deslaves y derrumbes de los suelos en gran masa.

También en la zona de la Mixteca donde, por ser una zona limitada por el clima (árida), al no haber protección vegetal, los factores eólicos provocan una degradación significativa.

Foto: BUAP

Degradación en las ciudades

Asimismo, Tamariz Flores precisó que, desgraciadamente, los suelos más fértiles son los que tienen un relieve llano o ligeramente ondulado, y son estos en donde se han asentado las grandes ciudades y los grandes complejos industriales, como los de la zona metropolitana.

Hace más de sesenta años, comenta el académico de la BUAP, cuando se inició el desarrollo industrial en Puebla, los suelos fueron escogidos no por su potencial agrícola sino por sus facilidades de comunicación y por su acceso al agua. Por lo que esos suelos que eran muy fértiles para el uso agrícola (pues contenían una cantidad de nutrientes), se destinaron para el uso industrial.

«Había antes terrenos muy fértiles en las zonas de Cholula y Coronango que, lamentablemente, la urbanización ha alcanzado.

Los suelos, mencionó el académico, al ser pavimentados pierden su poder de filtración, por lo que las aguas que antes se infiltraban en los mantos acuíferos (subsuelo) ahora corren por drenajes y calles sin que podamos aprovechar este recurso.

Esto es ejemplo de que el crecimiento de la mancha urbana sin control afecta a las zonas agrícolas. Fenómeno ligado a la falta de un ordenamiento territorial adecuado en el que se establezca claramente la utilidad de los suelos.

«Si los suelos son buenos para la agricultura y el abastecimiento del agua, no se tendría por qué instalar grandes complejos habitacionales e industriales», mencionó Tamariz Flores. «En la parte sur de la ciudad de Puebla, por ejemplo, tenemos un sistema ambiental muy importante, que es la región del Tenso, en los alrededores de la Laguna de Valsequillo, en donde se están perdiendo muchos sueños fértiles por el gran crecimiento urbano».

Medidas fuera de la academia

Históricamente a los suelos no se les ha dado la importancia que merecen, como sí se ha hecho con otros recursos como el agua y el aire. Un ejemplo de esto es la cantidad de programas federales, estatales y locales, para el el cuidado del agua; o la existencia de comisiones como la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) o la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR). No obstante, aún no existe ninguna secretaría que tenga al suelo como principal objeto de protección.

«En nuestro país, las leyes son muy laxas respecto al suelo. Ha habido en todos los gobiernos un esfuerzo por detener los procesos de degradación de los suelos; sin embargo, estos han sido muy limitados y de una duración muy corta. Existen otros países en donde antes de usar los suelos, se tiene que hacer un estudio para autorizar su correcto uso. 

Finalmente, el Doctor Tamariz reveló que en conjunto con la Sociedad Mexicana de las Ciencias del Suelo, se solicitó la creación de una Comisión Nacional de los Suelos hace seis meses ante la Comisión de Medio Ambiente, Sustentabilidad, Cambio Climático y Recursos Naturales. Actualmente se encuentra en el Congreso de la Unión y se espera que sea aprobada lo más pronto posible, pues la protección y el manejo adecuado de este recurso es muy importante para nuestro país y debe ser más tomado en cuenta.

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