El cierre de las escuelas en el marco de la lucha contra el coronavirus, y por ende la suspensión de la alimentación escolar en América Latina y el Caribe, desafía la seguridad alimentaria y el estado nutricional de millones de niños y niñas, advirtió este martes 17 la oficina regional de la FAO.
Esos programas benefician a 85 millones de niñas y niños en la región, y para 10 millones constituyen una de las principales fuentes de alimentos que reciben cada día, recordó la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) este martes 17 en su sede regional en Santiago de Chile.
Al menos 15 países de la región sostienen programas de alimentación escolar, con una inversión conjunta estimada en 4000 millones de dólares por el Programa Mundial de Alimentos, que en algunos casos les asiste.
Para el representante regional de la FAO, el mexicano Julio Berdegué, “asegurar una alimentación suficiente, diversa y nutritiva contribuye a fortalecer el sistema inmunológico de las personas e incrementa sus capacidades de enfrentar enfermedades”.
Entre las medidas tomadas por la mayoría de los gobiernos latinoamericanos y caribeños está la suspensión de actividades educativas presenciales a todo nivel.
La FAO ha reconocido que “para cualquier acción que los gobiernos emprendan, se deben considerar las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias nacionales e internacionales, para frenar la propagación del coronavirus”.
Pero, al mismo tiempo, pidió a los gobiernos “implementar medidas en favor de la población escolar cuyas familias tiene mayores dificultades para acceder a alimentos, para suplir el aporte nutricional que garantizaban los programas de alimentación”.
“Los sistemas de protección social, por ejemplo, pueden jugar un papel clave para garantizar la alimentación de la población más vulnerables en las próximas semanas”, sostuvo Berdegué.
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*Foto de portada: Mario Osava/IPS