Foto: Marlene Martínez

Axel Espinosa 

La mañana de este martes, estudiantes de las Facultades de Medicina y Enfermería de dos de las universidades más importantes del estado de Puebla, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAEP), dejaron las aulas para tomar las calles: en lugar de aprender a curar, marcharon para aliviar un dolor social con la mejor receta, la protesta. 

La manifestación, de alrededor de 7 mil personas, marchó por la avenida Reforma, pasó frente a Palacio municipal, siguió hasta el Boulevard 5 de mayo, y tomó la 14 oriente para llegar a Casa Aguayo, donde el gobernador Miguel Barbosa atiende en los “martes ciudadanos”.

Durante el paso de la protesta estudiantil se hacía evidente la aprobación de los transeúntes que grababan, tomaban fotos, aplaudían e incluso lloraban, como los compañeros de Francisco Javier Tirado Márquez, de Xalapa, Veracruz; Ximena Quijano Hernández y José Antonio Parada Cerpa, de origen colombiano, asesinados en Huejotzingo la noche del domingo, junto con el conductor del Uber donde viajaban, José Emmanuel Vital Castillo.

Foto: Marlene Martínez

Algunos estudiantes llevaban batas manchadas de color rojo con los nombres de las víctimas, otros portaban pancartas con mensajes de angustia como: “Salvamos vidas ¿quién protege las nuestras?», o “Mi familia espera un título universitario, no un cadáver”, y otros más exigían justicia y seguridad.

A su paso por las calles, de tanto en tanto, el enorme contingente se detenía, los estudiantes levantaban los puños para pedir silencio y hacían un pase de lista de sus compañeros. Eran apenas unos segundos, pero el efecto de esa escena poderosa y conmovedora se podía leer en los rostros de la gente; fueron muertes injustas.  

Cuando la manifestación de estudiantes –que de manera inédita fue resguardada por integrantes de la Dirección de Apoyo y Seguridad Universitaria–  llegó a Casa Aguayo pidieron que saliera el gobernador Miguel Barbosa. A cambio, personal del gobierno ofreció que conversaran con el secretario de Gobernación, David Méndez Márquez. Los estudiantes se negaron. 

Foto: Marlene Martínez

Finalmente, al cabo de unos minutos, un comité estudiantil entró a dialogar directamente con el gobernador por casi dos horas. Al salir, informó que las negociaciones acordadas fueron: se reforzarán de manera inmediata las estrategias de seguridad en “todas las unidades universitarias” de ambas instituciones con rondines de las 18:00 a las 22:00 horas y de las 5:30 a las 7:30 horas, y se comprometió a entregar avances de las investigaciones sobre los homicidios a más tardar el viernes. Además, el comité y sus rectores seguirán manteniendo reuniones con Barbosa para atender sus necesidades específicas de seguridad.

Sobre los crímenes, hasta ahora la Fiscalía General del Estado ha informado que los tres estudiantes asistieron el domingo al carnaval de Huejotzingo, a solo 29 kilómetros de la capital del estado, y que por la noche solicitaron un Uber para regresar a sus domicilios. La mañana de ayer lunes fueron encontrados sus cuerpos, sin que se conozcan las razones de los cuatro homicidios.

Ayer, lunes 24 de febrero, las autoridades confirmaron la detención de tres personas relacionadas con los asesinatos, así como el aseguramiento de tres inmuebles en Santa Ana Xalmimilulco, junta auxiliar de Huejotzingo. 

En Puebla, la evolución de los delitos de 2016 a 2019 ha ido en aumento, aunque en los meses de julio a diciembre hubo una ligera disminución de apenas ocho por ciento, como lo reportó este medio. Asimismo, el estado encabeza el listado de percepción de inseguridad con un 92.7 por ciento; es decir, 9 de cada 10 poblanos se sienten inseguros según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) en su último estudio. 

Foto: Marlene Martínez

*Foto de portada: Marlene Martínez