Lado B
¿Está lista la educación superior privada en México para la innovación frugal?
Integrar el paradigma de la innovación frugal en la educación pasa por un cambio de la mentalidad de las personas; las condiciones materiales ya están
Por Espacio Ibero @
12 de diciembre, 2019
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Imagen de engin akyurt en Pixabay

Mtra. Cintia Fernández Vázquez

En la actualidad, prácticamente, no hay sector productivo o social que se salve de la necesidad de integrar procesos de innovación permanente en sus productos, servicios o relaciones. Aunque quien lleve la batuta de los debates sobre la importancia de innovar sean los ámbitos de los negocios y la tecnología, podemos observar que, en el contexto educativo y familiar, también se presenta la necesidad de hacer cambios importantes, urgentes y constantes.

Algunas de las tendencias en el debate sobre innovación en educación superior se refieren a la integración de tecnologías emergentes en procesos educativos; al cuestionamiento de la vigencia y sostenibilidad de los sistemas educativos tradicionales, e incluso al análisis del impacto de los dispositivos móviles en la reestructuración de los procesos cognitivos, pues cada vez son más las personas con acceso a una computadora en la palma de su mano; es decir, su mente interactúa de manera permanente con dispositivos digitales cargados de estímulos diversos e información.

Por otra parte, el acceso a un smartphone ya no se limita a los sectores privilegiados y con altos niveles de educación e ingresos, ahora, por la tendencia a la innovación frugal, objetos tecnológicos sofisticados y con acceso a internet se encuentran al alcance de ricos, no tan ricos e incluso de los sectores económica y socialmente más vulnerables. Existen familias que priorizan en su gasto mensual planes de datos a la par de necesidades más apremiantes como alimentación, salud, vestido o vivienda (ENDUTIH-INEGI, 2019).

La innovación frugal se refiere al proceso de reducir la complejidad y el costo de un bien, con el propósito de comercializarlo en sectores de bajos ingresos. La innovación frugal parte de un doble enfoque que incluye tanto la eficiencia (hacer más con menos recursos) como la optimización del impacto, considerando el alto porcentaje de personas con bajos ingresos en el planeta (generar ganancias por volumen ¿economía incluyente?).

La innovación frugal, por tanto, se ha convertido en la forma de innovación por excelencia en las economías emergentes y cobra una gran relevancia en Latinoamérica. Considerando lo anterior ¿cuál es la importancia de este concepto en el ámbito de la educación superior?

La reducción de la brecha en el acceso a la educación, así como la adquisición de conocimiento y desarrollo de habilidades, es más que nunca la clave para mejorar la calidad de vida de la población y contrarrestar la inequidad en la distribución del ingreso, especialmente en los países en vías de desarrollo. En estos países se prevé un incremento sustancial en la proporción de la población que cuente con estudios superiores en 2025 (OCDE,2016).

Incrementar el acceso a un servicio de calidad en el que históricamente la mayoría de bajos ingresos han quedado excluidos, podría facilitarse al tomar como referencia los modelos de innovación frugal. Mismos que se sustentan en los siguientes principios:

  • Minimizar el uso de recursos financieros
  • Disminuir los costos de operación
  • Incrementar las posibilidades de escalar los productos o servicios mediante la estandarización de códigos
  • Ofrecer soluciones simples para sortear las limitantes financieras, tecnológicas o de materiales
  • Mantener estándares altos de calidad a un bajo costo, tomando como medida de referencia la satisfacción de necesidades de los usuarios
  • Cuestionar la prevalencia de la lógica marcada por el mercado y el capital
  • Ofrecer productos y servicios a sectores históricamente marginados, sin sacrificar ingresos

Un caso emblemático de aplicación de estos principios en el contexto de la educación superior ha sido el surgimiento de los MOOCs (Massive Online Open Courses) que, aunque no son referencia en innovación educativa en el contexto del e-learning, sí podrían considerarse disruptivos e incluso frugales desde la perspectiva del acceso a oportunidades formativas de calidad a un costo marginal para el usuario final.

En este orden de ideas, vale la pena cuestionarse: ¿está la Educación Superior privada en México preparada ofrecer oportunidades formativas con un enfoque inclusivo, desde la perspectiva de la innovación frugal? Esto es, ¿será posible maximizar el valor agregado que ofrece una institución privada, integrando a una diversidad amplia de estudiantes, sin por ello sacrificar los ingresos económicos que requiere para funcionar?

El poder de la tecnología actual favorece la implementación de este tipo de iniciativas, inclusivas, de calidad y de bajo costo para el usuario final, pero definitivamente se requiere de un cambio de paradigma en la manera en la que entendemos la educación privada en nuestro contexto, misma que favorece a pocos que pueden pagar mucho, y no a muchos que podrían pagar poco, pero que a su vez se favorecerían de más y mejores oportunidades de educación de calidad.

Integrar el paradigma de la innovación frugal en la educación superior privada en México, pasa por un cambio de la mentalidad de las personas, pues las condiciones materiales ya están allí: infraestructura suficiente para mantener procesos de comunicación eficientes, a pesar de la distancia y acceso prácticamente ilimitado a todo tipo de fuentes de información (y formación) en la palma de la mano. Incluso actualmente contamos con un gobierno que en el discurso plantea no dejar a los jóvenes de bajos ingresos excluidos de las oportunidades de formarse a un nivel universitario.

Desafortunadamente, son los comerciantes quienes están aprovechando estas circunstancias, mientras que las instituciones educativas de mayor tradición se están quedando al margen de las oportunidades que las innovaciones en todo sector están presentando a la sociedad en el siglo XXI, y trata de mantener el nicho de privilegios con los que contó durante 200 años: ofrecer a unos pocos el acceso a las mentes más brillantes y a los conocimientos de vanguardia. Ambos “privilegios” ya disponibles a bajísimos costos en la web.

¿Qué nuevos nichos de impacto podríamos encontrar si reconfiguramos la manera en la que leemos la realidad considerando los nuevos ecosistemas digitales en los que la humanidad ahora está generando las mayores oportunidades tanto de convivencia, como de creación colectiva de conocimientos?

Y este, el de la innovación frugal, no solo es un debate acerca de la optimización de los recursos (económicos, materiales o tecnológicos), este es un debate epistemológico, porque se requieren cambios en los patrones de pensamiento, en las maneras de organizarnos y en la disposición a interactuar en formas antes inconcebibles con el mundo y con los otros.

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