Lado B
Prras! Colectivo visibiliza el trabajo de las mujeres en el arte
Las artistas realizan artivismo relacionado con la participación de mujeres en el campo artístico y cultural en México con estrategias “pop colaborativas”
Por Majo Andrade @MajoAg23
05 de julio, 2019
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Foto: Cortesía

María José Andrade Gabiño

El 2 de julio, el colectivo Prras! presentó en Puebla el segundo volumen de su proyecto editorial Cartas públicas a mujeres del arte, una publicación de misivas escritas por mujeres artistas y dedicadas a otras mujeres en un afán de reconocer su labor. Las integrantes también hablaron del performance “Pit Crew” que realizaron en febrero durante la semana de las ferias del arte en la Ciudad de México. 

Prras!”, como dice su descripción-manifiesto, es el sonido del techo de cristal rompiéndose. Sí, una onomatopeya de lo que tantas mujeres desean que pase, que el sistema patriarcal se venga abajo y puedan acceder a lo que se les ha negado por su género.  

El colectivo Prras! está conformado por dos mujeres artistas: Nelly César y Tamara Ibarra, que realizan artivismo, es decir, arte que se configura como activismo, relacionado con la participación de las mujeres en el campo artístico y cultural en México. Por medio de  estrategias pop, colaborativas y dinámicas difunden las formas de pensar, hacer y crear de las mujeres en el arte, sobre todo, contemporáneo; así han intervenido la escena artística por medio de la radio, performances, exposiciones, redes sociales y publicaciones. 

Es justo en la parte de publicaciones que se inserta el proyecto de Cartas públicas que inició en 2018 cuando lanzaron una convocatoria por redes sociales invitando a mujeres artistas, historiadoras, curadoras, galeristas, etcétera, a escribir cartas en las que reconocieran la labor de otras artistas y gestoras inmiscuidas en el mundo del arte. El objetivo era integrar la publicación en la exposición colectiva “Prras!”, que incluía piezas y participación de doce artistas, para visibilizar los ejercicios laborales de las mujeres en el arte en México; cómo tienen que trabajar mucho más para posicionarse y cómo, incluso así, nunca llegan a puestos y salarios a los que los hombres sí tienen acceso. La respuesta en ese primer volumen fue de más de 50 artistas que reconocían a otras 160. 

“Prras!” es también el ruido colectivo contestando a la pregunta: ¿Dónde están las mujeres artistas?”

“Me gusta el sonido de su nombre como autoras, constructoras, artistas”

[fragmento de carta de Ixchel Ladesma]

Debido a la magnitud de la réplica de la convocatoria y el fenómeno de branding que se generó, pues pudieron generar que el nombre de Prras! se popularizara y posicionara casi como una marca, después de la semana de las ferias –donde hicieron la exposición– decidieron que el proyecto se repetiría anualmente.

“[…] pude, como vos, enseñar y abrir otros mundos 

y esos mundos también abrieron otros mundos.

La red se forja y se hace fuerte”

[fragmento de carta de Inés Da Luz a Guillermina Baiguera]

La publicación de este año es un poco diferente. Limitaron el número de cartas a 52 y, aunque siguen siendo cartas de mujeres, el colectivo decidió cambiar la convocatoria. Esta vez pidieron que las remitentes, cis o trans, de cualquier parte del mundo, escribieran sobre ellas mismas, sobre su trabajo artístico y sobre su red de apoyo. De esta manera, quisieron que las trabajadoras del arte hicieran algo a lo que no están acostumbradas: hablar de ellas públicamente, y hablar de todxs aquellxs que las inspiran y ayudan a hacer las injustas jornadas extra de trabajo.

Durante la presentación en Puebla, que se realizó en la librería Más Allá, ahondaron en estos dos puntos. 

Sobre los motivos por los que las mujeres no hablan de sí mismas y su trabajo, se identificó que tiene que ver con que no ocupan los espacios de enunciación, esto es, los espacios públicos, porque son básicamente masculinos. Y, en el caso de que lo hagan, particularmente por vía escrita, son señaladas por el estilo; se les etiqueta fácilmente de “sentimentales”. 

Entre el público, las integrantes del colectivo y dos artistas poblanas que escribieron cartas publicadas en el volumen presentado, Aidée Bañuelos y Cath Leuscier, hablaron de cómo las formas textuales también están encasilladas en expectativas de género, cómo hay estilos y tipos de escritura que son calificadas como femeninas o masculinas, priorizando estas últimas como las importantes o las mejores. Por ello, explicó Nelly César, se dieron sólo dos semanas a la convocatoria para que las remitentes no tuvieran tiempo de editar las cartas o sobrepensarlas demasiado, autocensurando su primer impulso expresivo. Tamara Ibarra, igualmente, dijo que de esto fueron conscientes –como colectivo– después de la primera publicación, cuando otra artista las felicitó por no querer modificar los textos por ser “cursis”. 

“De cada una, una línea, un punto. De cada una: fuerza, valentía y resistencia”.

[fragmento de carta de Alejandra Ramírez León]

En este sentido, se conectó con el tema de la afectividad. La red de apoyo que las remitentes tenían que reconocer es una red de personas con las que se relacionan justo por los afectos. Al reconocer los afectos, los sentimientos que se vuelven vida, se les descubre como origen artístico, muchas veces invisibilizado por un sistema basado tanto en el género como en la idea de que la productividad tiene que ser material y capitalizable, tiene que moverse en el mercado.

Asimismo, se abordó el tema de los “cuidados afectivos” impuestos a las mujeres, una serie de acciones dedicadas al bienestar de aquellos que están a su alrededor que se vuelven deberes en la construcción del género femenino, y cómo, al volverse “trabajo doméstico” –no reconocido como tal en el sistema laboral– se torna una de las dificultades más grandes, junto con la precariedad salarial, para el ejercicio artístico. 

“Cuidados como práctica colectiva, no como deberes de las mujeres”.

[parches diseñados por Iurhi Peña para “Pit Crew”]

El performance que realizaron en febrero, “Pit Crew”, justo iba sobre visibilizar esto. Consistió en ofrecer un servicio de niñeras para las hijas e hijos de las mujeres que participaron en la semana de las ferias de arte. Las cuidadoras eran artistas que en algún momento han tenido que ser niñeras para mantenerse. Las artistas realizaron piezas dinámicas para que las niñas y niños pudieran jugar con ellas. 

Así, el performance denunciaba lo poco factible que es vivir de la producción artística, reproduciendo los otros empleos, en este caso el servicio de cuidado, que tienen que tomar para poder solventarse; mostraba al trabajo doméstico como un deber de la mujer que no es remunerado; y visibilizaba las redes necesarias para que las mujeres pudieran mantener tanto su vida personal como su vida artística. 

Las cartas del segundo volumen del proyecto epistolar de Prras! precisamente se mueven en esos tres temas; sumados al de reconocer tanto el trabajo propio como la inspiración que brinda el trabajo de otras mujeres en el mundo del arte, tema que ha estado presente ambos años.

Los lectores de estas cartas públicas nos encontramos ante constelaciones de mujeres, artistas y no, y algunos hombres, que hacen posible el trabajo de tantas otras. Estas implican “formas de convivir más justas”, en palabras de la artista y remitente de una de las cartas, Cristina Ochoa, pero que todavía deben ser expuestas, visibilizadas y apreciadas. 

“No aprendí una técnica, aprendí a no bajar la guardia dentro de este mundo abstracto y violento aún en una de las áreas, supuestamente, abiertas.

[…] Tú me demostraste que no hay derrota. Hay que ser fuertes y firmes, guerreras y guardianas, amorosas y nombres. Hay que ser familia. Madre – hija – hermana”.

[fragmento de carta de Adriana de la Rosa a Mónica Villegas]

Las cartas no sólo son textos, hay muchas que son gráficas, con dibujos, ilustraciones, fotografías. Algunas sólo tienen una destinataria, otras tienen listas inmensas de personas con las que están agradecidas. Hay recuentos de vidas y capturas de momentos. Como hemos dicho, hay unas con estilo “cursi”, y otras muy formales; hasta un texto casi académico sobre arte y maternidad. 

Al final todas coinciden: una mujer artista no puede serlo sin otras mujeres: del pasado, presente e, incluso, futuro. Y las condiciones para todas tienen que cambiar. 

“[…] sin su trabajo el mío sería imposible”.

[fragmento de carta de Helena Sánchez Mac Gregor]

***

Los dos volúmenes de Cartas públicas a mujeres del arte, de Prras!, están a la venta en Más Allá, ubicada en 3 Sur 701, librería hermana de Profética. 

*Foto de portada: Cortesía

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Autor Lado B
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