La foto que encabeza la cuenta en Twitter del presidente Donald J. Trump @realDonaldTrump revela mucho sobre su actual relación con su vecino más próximo del sur y con su propio electorado. En ella se ve al magnate y mandatario de la potencia mundial en un rally en El Paso, Texas, mirando altivamente a decenas de sus seguidores. Algunos sostienen pancartas azules con el mensaje “Build the wall” (construya el muro). Otros tantos alzan unas de color rojo en las que se lee “Finish the wall” (termine el muro).
Dicho evento se llevó a cabo la misma semana de febrero en la que Trump anunció la declaración de una emergencia nacional. Por esta vía, desesperada para muchos analistas y opositores, busca conseguir los fondos necesarios para la ampliación del muro fronterizo con México, alegando una crisis de inmigración ilegal y de entrada de drogas a su país.
Esta decisión, sumada a las declaraciones que el republicano ha reforzado repetidamente, con el objetivo de generar en su nación la sensación de un clima social y político de constante amenaza por la migración, muestra cómo desde ya se encamina hacia una fórmula que le funcionó muy bien tres años atrás: infundir el miedo entre su electorado y promover el nacionalismo como el antídoto, con miras a lograr su reelección para 2020.
En los últimos meses, Trump ha amenazado varias veces con el cierre de la frontera sur y el envío de tropas para proteger el cruce entre ambas naciones. La más reciente de estas advertencias se dio el pasado 24 de abril.
Mexico’s Soldiers recently pulled guns on our National Guard Soldiers, probably as a diversionary tactic for drug smugglers on the Border. Better not happen again! We are now sending ARMED SOLDIERS to the Border. Mexico is not doing nearly enough in apprehending & returning!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) April 24, 2019
A su acostumbrado blanco de ataques, sumó recientemente a países como Colombia, Cuba, Venezuela, y los que conforman el Triángulo Norte: Guatemala, Honduras y El Salvador. Para todos el mensaje es similar: según Trump no están haciendo lo suficiente para compensar toda la ayuda que sale desde Washington.
“El negocio de las drogas ha crecido un 50 por ciento en Colombia desde que el mandatario colombiano llegó al poder en 2018”, afirmó Trump a principios de abril. A lo que añadió “no tengo dudas de que Honduras, Guatemala, El Salvador y Colombia (…) los están mandando (los criminales) a EE.UU porque no los quieren, porque creen que la gente de EE.UU es estúpida y los reciben”.
Acerca de la relación con Bogotá, el analista Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, un reconocido think-tank especializado sobre temas del hemisferio, asegura que “a medida que se acelera la campaña presidencial estadounidense, los vínculos entre Colombia y EE.UU corren el riesgo de “renarcotizarse”, lo cual podría socavar los esfuerzos de años recientes para ampliar la agenda bilateral.
La declaración de Trump sobre Colombia sorprendió por el cambio de tono en la relación con el Gobierno del presidente Iván Duque, a quien recibieron como huésped de honor en febrero en la lujosa Blair House, a sólo unos cuantos metros de la Casa Blanca, y donde duermen los invitados personales del presidente estadounidense.
En ese ajedrez político, la situación actual en Venezuela será aprovechada por Trump para su campaña de reelección. “Invocar el espíritu maligno del “socialismo” en Venezuela como una forma de atacar al Partido Demócrata por sus propuestas sobre la atención médica y un Nuevo Acuerdo Verde demuestra cómo la peor crisis del hemisferio podría usarse en la campaña presidencial”, explica Shifter
Mientras tanto los países del Triángulo Norte, Honduras Guatemala y El Salvador empezaron abril con la noticia de que se eliminaría la ayuda económica proveniente de EE.UU debido a su fracaso en detener el flujo de migrantes. De estos tres, el que más recibe ayuda es Guatemala para financiar diferentes programas de crecimiento económico, seguridad alimentaria y desarrollo social y económico.