Lado B
Historia del Mundial de Futbol Femenil
El mundial será en Francia: 7 de junio – 7 de julio. 1991 fue la fecha que marcó la diferencia para el futbol femenil e hizo a este el evento más importante
Por Mariana Solana Filloy @
06 de mayo, 2019
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Foto tomada de Wikipedia

Mariana Solana Filloy

En 33 días comenzará la Copa Mundial de Futbol Femenil. Así, en unas semanas les hablaré acerca de las jugadoras favoritas, a quiénes seguir de cerca y sobre las sorpresas de este evento, pero por ahora les contaré algo de la historia de este torneo para irnos preparando.

El mundial se llevará a cabo en Francia del 7 de junio al 7 de julio. Será la octava edición, lo que significa que hace tan sólo 28 años inició su historia. 1991 fue la fecha que marcó la diferencia para el futbol femenil e hizo de este evento el más importante dentro de dicho deporte.

La primera edición de la competencia se realizó en China; la selección Estadounidense se llevó el triunfo. Desde entonces, sólo 4 selecciones se han coronado. Estados Unidos con 3 oros: el de la primera edición; el de 1999, con uno de los equipos más emblemáticos, contando con Mia Hamm, Michelle Akers y Kristin Lilly –referentes internacionales de este deporte–; y el de 2015, lo que las posiciona como las campeonas defensoras en este torneo. Alemania se ha impuesto dos veces, ganando en 2003 y 2007. Noruega y Japón empatan con un oro, obteniéndolo en 1995 y 2011, respectivamente.

Hasta 2011, el número de selecciones participantes era de 16. A partir del Mundial de Canadá de 2015 la cifra se amplió a 24, lo que ha permitido que las puertas se abran para otros países sin experiencia mundialista. De esta manera, los torneos de clasificación se vuelvan cada vez más competitivos. Desde 2015, alrededor de 130 selecciones participan en el proceso de clasificación para el torneo; este número ha ido aumentado poco a poco conforme las federaciones dan más apoyo a sus conjuntos femeniles y realizan el registro oficial ante la FIFA. Para que tengamos un parámetro, en la clasificación del Mundial varonil participan alrededor de 230 equipos.

Ya dijimos que los mundiales de futbol femenil comenzaron en 1991, esto es con el aval de la FIFA; sin embargo, varios años antes hubo esfuerzos de distintos países y organizaciones para lograr una competencia de este nivel. En 1970 se realizó un Mundial no oficial en Italia, donde participaron siete países: Inglaterra, Alemania, Dinamarca, Italia, Austria, Suiza y México. El promedio de asistencia por partido en ese torneo fue de 30,000 espectadores y el oro se lo llevó Dinamarca.

Al año siguiente, en 1971, se realizó el Campeonato Mundial de Futbol Femenil en México, en el cual participaron 6 equipos: México, Argentina, Dinamarca, Italia, Inglaterra y Francia. Nuevamente ganó Dinamarca. Estos dos torneos fueron posibles gracias a la compañía de bebidas alcohólicas Martini & Rossi, quienes patrocinaron los gastos de viaje, hospedaje y equipo de todas las selecciones. Los partidos de fase de grupos en los que jugó México tuvieron un promedio de asistencia de 80,000 espectadores; y la final México-Dinamarca tuvo un aproximado de 110,000 asistentes.

En 1981 se realizó el primer torneo “Mundialito”, competencia por invitación que se llevó a cabo en Japón. Se realizaron otras cuatro ediciones de 1984 a 1988 en el norte de Italia. Inglaterra se llevó el triunfo en dos ocasiones e Italia se coronó en las otras tres ediciones. La selección de Estados Unidos realizó su debut en esta competencia en 1985 y, a pesar de no ganar estos torneos en sus tres participaciones, ahí inició el desarrollo de uno de los equipos más potentes hasta la actualidad. Es una selección relativamente nueva; no obstante, ha logrado posicionarse a nivel mundial no sólo por su calidad en la cancha, sino por la forma en la que sus jugadoras han utilizado su plataforma mediática para exigir mejores condiciones laborales, más apoyo de su federación y mayor representación femenina en la FIFA.

El último torneo Mundialito se realizó en 1988 y fue una de las principales razones por las que la FIFA decidió realizar una competencia oficial para el futbol femenil. La asistencia al torneo era buena y los equipos mostraban cada vez un mejor nivel y mayor organización. Tres años después se realizaría la primera edición oficial de la Copa Mundial de Futbol femenil avalada por la FIFA, y en 1996 este deporte se integraría por primera vez al programa de las Olimpiadas.

No sobra decir que desde los torneos no oficiales había problemas con el pago a jugadoras y con el apoyo de las federaciones a las selecciones. En el torneo de 1971, por ejemplo, la selección mexicana estuvo a punto de no jugar la final como reclamo por no haber recibido ningún pago por participar en el torneo, contrario a lo que la federación había prometido. El equipo jugó la final, la cual perdió 3-0 contra Dinamarca, pero logró llegar a un acuerdo con la federación lo que les permitió cobrar un monto compensatorio por los gastos realizados durante los entrenamientos previos a la competencia. Japón y Alemania enfrentaron situaciones similares en su participación en el Mundialito; e inclusive la selección de Italia, sede de este torneo, tuvo problemas por la falta de sueldos y de equipo para las jugadoras.

La historia de la Copa Mundial de Futbol Femenil es corta, sin embargo, a lo largo de estos casi 30 años de ser oficial, el torneo ha visto crecer la calidad de las jugadoras y del arbitraje; la competencia entre países es cada vez más reñida y los equipos históricos o favoritos han sido “alcanzados” por selecciones más jóvenes, lo cual enriquece y exige un mejor juego. La difusión mediática también ha aumentado e incluso, desde el mundial del 2011, en los países que clasifican al torneo se puede encontrar el clásico álbum de Panini.

Falta mucho camino por recorrer, muchos aspectos por mejorar y barreras que romper pero, aun así, echarnos un clavado a la historia de este torneo nos permite ver cuánto se ha avanzado y nos invita a vivir y celebrar más de cerca el Mundial que tenemos en puerta.

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Autor Lado B
Mariana Solana Filloy
Licenciada en Procesos Educativos, fanática del deporte principalmente ese que llaman “femenil”. Merengue de corazón y fiel seguidora del Orlando Pride Soccer Club, si no sabes de qué hablo estás en el lugar correcto.
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