Lado B
Brucelosis: enfermedad de animales que afecta a los humanos
La zoonosis es una enfermedad propia de los animales que afecta a los humanos. Una silenciosa y cuyos síntomas pueden nunca manifestarse es la brucelosis
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
09 de mayo, 2019
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Foto tomada de PIXNIO

Aranzazú Ayala Martínez

La zoonosis se define como una enfermedad propia de los animales que afecta a los humanos; la más temible históricamente es la rabia, pero hay otra silenciosa, que prevalece y cuyos síntomas pueden nunca manifestarse: la brucelosis.

Los animales y los humanos infectados pueden pasar años sin mostrar síntomas; la Organización Mundial de la Salud (OMS) la cataloga como la zoonosis más importante del mundo por ser, además, una de las más desatendidas en países en desarrollo.

La Doctora Elsa Iracena Castañeda ha estudiado la brucelosis desde 1998 en el Laboratorio de patogenicidad microbiana de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), y ha ido sumando a su equipo de trabajo a estudiantes de doctorado, maestría y licenciatura que han trabajado con la identificación del microorganismo, y la descripción de sus procesos de infección, su localización, tipos de cepas, diagnóstico y el por qué de su prevalencia.

Difícil diagnóstico

Uno de los principales problemas de esta infección es lo difícil que es de diagnosticar, ya que sus síntomas, cuando se presentan, son dolor de cabeza y dolor de articulaciones, entre otros, así que se pueden confundir con otras enfermedades como migraña, artrosis o incluso depresión. Y si no se diagnostica a tiempo puede llegar a una etapa crónica y afectar al hígado o incluso al cerebro, sin embargo, esos son casos muy extremos pues la tasa de mortalidad de esta enfermedad es apenas del 3%.

La brucelosis es una infección difícil de tratar porque el tratamiento es caro, no cuentan con él en los hospitales o se genera resistencia a los antibióticos por un mal diagnóstico previo.

La brucela afecta sobre todo a los animales de traspatio, es decir a cabras, ovejas y vacas; sus principales consecuencias en ellos son la esterilidad y el que todos los productos que se hacen de origen animal están también infectados como los quesos y la leche. Pese a que Puebla es el octavo lugar nacional en producción láctea, hay poca información, campañas y estudios de este microorganismo. La Doctora Elsa dijo que aunque en México ya hay más prevención y campañas de vacunación para el ganado bovino es en el caprino donde hay mayor prevalencia de la infección.

Las investigaciones de la BUAP se han realizado principalmente en el eje neovolcánico, en la región de Oriental, Esperanza, Guadalupe Victoria y los municipios aledaños. El Doctor Juan Ricardo Cruz Aviña, hidrobiólogo de formación, ha encontrado presencia de brucela en cuatro lagunas de la región, en Alchichica, La Preciosa, Quecholac y Atexcal, donde existen especies endémicas de charales, axolotes, lagartijas y ratones silvestres con presencia del microorganismo infeccioso.

Un microorganismo resistente

La Doctora Laura Morales Lara ha dedicado su investigación a analizar la conformación y comportamiento del microorganismo. La brucella es intracelular, lo que significa que requiere de las herramientas de la célula para asentarse y sobrevivir, así que hace su “casa” al interior de ésta, llamada brucelosoma, y ahí se queda, con un bajo perfil para no ser detectada por el sistema inmunológico. La brucella prefiere sobre todo a los macrófagos, que son las células encargadas de la defensa en el sistema inmunológico.

Así que este microorganismo con su bajo perfil, dijo la Doctora Morales, es como una suerte de “caballo de Troya» por pasar desapercibido. La investigadora lo comparó con la salmonella, causante de la salmonelosis, que al contrario de la brucela, activa rápidamente los factores de virulencia y el sistema inmunológico, mientras que la brucella puede estar meses o hasta años oculta de la acción de los antibióticos.

Si bien al principio de los estudios de esta infección se pensaba que sólo estaba en el ganado de traspatio, se ha encontrado incluso en cerdos, lobos y en animales marinos. A la par el número de cepas ha aumentado: hace 25 años había sólo seis conocidas y actualmente ya son 14.

En el equipo de trabajo del laboratorio están también la Maestra Lesset del Consuelo Ramos y los estudiantes de licenciatura Luis Cuevas, Samuel García y Karen Santamaría, del Programa de Jóvenes Investigadores del VIEP, además de otros académicos que se suman al estudio de este microorganismo evolutivamente resistente y la infección silenciosa que provoca.

Durante estos años han logrado premios nacionales e internacionales en Congresos, y seguirán con las investigaciones para hacer consciencia de la importancia del diagnóstico para la prevención, atención y erradicación de esta infección.

Un avance en la detección de este microorganismo

Una de las principales aportaciones de las investigaciones coordinadas por la Doctora Elsa es la creación de un medio de cultivo para detectar la infección, el cual se comercializa actualmente a hospitales y a laboratorios de análisis clínicos. Lo más novedoso de su método es el tiempo en el que se obtienen los resultados, que es mucho más breve que los métodos que ya existían. El método desarrollado en la BUAP toma de 19 a 36 horas mientras que otros se tardan de 19 a 30 días.

El equipo de la BUAP además ofrece servicios al usuario, apoyo técnico y capacitación. En el laboratorio se hacen diagnósticos gratuitos y si da positivo a brucella en alguna muestra se canaliza a las personas con las instituciones de salud correspondientes. Cuando una muestra sale positiva los científicos analizan el ambiente donde fue tomada, desde el suelo hasta el agua, y toman muestras de las cepas. Actualmente tienen un importante banco de cepas de brucella para el estudio y la investigación.

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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