Lado B
¿Qué pasa con las estancias infantiles?
Ante la corrupción en el manejo de estancias infantiles en México, ¿cuál es la medida que debe tomarse para la formación incial de los y las niñas del país?
Por Espacio Ibero @
14 de marzo, 2019
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Foto tomada de Flickr

Dra. Laura Angélica Bárcenas Pozos

Durante el último mes se han publicado incontables artículos que ponen en entre dicho la manera cómo han sido manejadas las estancias infantiles y se habla de los niveles de corrupción que se ha hecho en el manejo de estas instituciones que atienden a los niños de 2 meses a 4 años, hijos de madres trabajadoras; mientras ellas cumplen con su actividad laboral y sin las que no les sería factible estar integradas al mundo laboral.

El tema ha sido puesto en la mesa por la presidencia de la República dado que ha habido acusaciones sobre corrupción en el manejo de las estancias infantiles y se ha sugerido que los abuelos sean los que cuiden a los menores. Los dueños o responsables de las guarderías consideran que se está atacando a los derechos de los niños y se están afectando a una gran cantidad de madres, ya que no en todos los casos hay corrupción. Han sugerido que cierren aquellas instituciones en donde se comprueben malos manejos financieros o abusos. No debemos olvidar que estas estancias han estado en control de SEDESOL.

Parece un tema central, pues muchas mujeres madres trabajadoras tienen como opción a las estancias infantiles para el cuidado y primeros aprendizajes de sus hijos menores. Muchas de ellas no tienen quién los cuide o atienda mientras ellas cumplen con su actividad laboral, ya que no en todos los casos hay abuelos que puedan cuidar a los menores, como se ha sugerido; además de que los abuelos serían cuidadores mas no educadores, en todo el sentido de la palabra.  Es necesario tomar en cuenta que los menores tienen un desarrollo psicomotor vigilado, aprenden a comer diversos alimentos, adquieren hábitos saludables, desarrollan buenas conductas y muchas otras cosas, mientras están en las estancias infantiles.

Diferentes actores han salido a las calles a manifestarse para mostrar su descontento; también en redes sociales y en otros medios se han manifestado, pero el gobierno sigue afirmando que el nivel de corrupción en las estancias infantiles es muy alto. Hay quien dice que estas afirmaciones se deben a los acontecimientos en 2009 en la guardería ABC Hermosillo, Sonora donde, debido a las pocas medidas de seguridad que guardaba esta estancia infantil y un incendio que se generó en unas oficinas contiguas, fallecieron 49 niños y muchos más quedaron gravemente heridos, sin que nadie del gobierno en turno explicara los acontecimientos. Tampoco hubo alguien señalado como responsable y mucho menos fue encarcelado.

Entonces, la medida que está tomando el Gobierno para terminar con la corrupción en las estancias infantiles es cerrarlas todas y otorgar 1,600 pesos mensuales a las familias de los pequeños para atender sus necesidades, mientras ingresan a la escuela. Pero, ¿qué tanto la medida resolverá el problema? La verdad, probablemente se resolverá el problema de la corrupción que, según entiendo, no está tanto en las estancias infantiles sino en SEDESOL y en la manera en cómo se otorgaron permisos para abrir estas estancias y mantenerlas.

Aunque seguramente se generarán otros problemas como la falta de atención y, sobre todo, formación en esta primera etapa de la vida, base para el desarrollo de una vida futura sana, en cuerpo y mente. Asimismo, seguramente el país en su conjunto tendrá un retroceso en cuanto a las habilidades que los pequeños deben desarrollar y que los preparan para la vida escolar, tanto a nivel psicomotor, como a nivel intelectual. Psicólogos como Piaget señalan que estos primeros años del estadio sensoriomotor y pre operacional son determinantes para alcanzar la madurez necesaria para el desarrollo de la lectoescritura y el pensamiento lógico matemático en los primeros años de la primaria.

Por otro lado, se señala que a este nivel educativo sólo han asistido los hijos de madres trabajadoras y que se está buscando que participen todos los niños, de manera obligatoria, desde los dos meses y hasta los tres años de edad, periodo en que los pequeños deben ingresar al preescolar. En ese caso, la educación inicial pasaría de estar en manos de la SEDESOL a estar en manos de la SEP. Esto podría estar bien si se mantienen los cuidados que las estancias infantiles (o muchas de ellas) han tenido en el desarrollo de los menores, los cuales no se limitan a temas educativos sino que atienden aspectos del desarrollo psicológico, así como corporal e incluso preventivos, sustanciales para una sana evolución de los menores de 0 a 3 años y que tendrían un alto impacto en el resto de su vida.

Así que, si el Gobierno Federal está cerrando un programa –que no ha sido debidamente aplicado y manejado– para dar posibilidades a un programa nacional de mejores condiciones para atender la educación inicial de todos los niños mexicanos de 0 a 3 años, hijos de madres trabajadoras pero también de aquellos que no tienen un madre afiliada al IMSS o al ISSSTE, aplaudiré la medida; pero si esto no sucede así en los próximos meses, tendré que señalarlo enfáticamente, hasta que esta población tenga la atención debida.

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