Lado B
Todo lo que no es Cholula Dans Divison
No son una banda de rock, no hacen música electrónica, ni buscan crear una escena, pero aman ser lo que sí son mientras intentan no morir de hambre
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
08 de febrero, 2019
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Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

Cholula Dans Division no es música electrónica pero tampoco es como tal una banda de rock. Podría ser un proyecto de rock’n’roll, porque no lleva un mismo beat que conecte todas las canciones, pero también podría ser una idea que les llegó a Arturo Uriza y Jorge Chalino cuando se les aparecieron unos aliens en Paso de Cortés.

Foto: cortesía luís Colchado

El proyecto que ya tiene 2 EP y nueve canciones es la tercera colaboración que hacen después del proyecto Montecarlo 88 y Cholula Noise Division, que después evolucionó a Cholula Dans Division.

Aunque técnicamente se podría decir que es una banda de música electrónica, Chalino dice que no lo son. Porque no producen de esa manera, basando todas las canciones en un beat o ni siquiera de un mismo género. Son un proyecto electrónico en vivo, pero también una banda.

La experimentación que hacen es una amalgama de distintos géneros musicales, que fusiona la experiencia de Chalino en tocar varios instrumentos y la de Uriza como pinchadiscos y coleccionista de viniles.

Inicialmente lo que buscaban era hacer un proyecto con más continuidad, reunirse seguido para practicar, ensayar, compartir y crear.

Mientras que Uriza, locutor de radio y periodista musical, cuenta la historia de la búsqueda de conformar un proyecto más constante a la par de Montecarlo 88 –porque uno de sus integrantes vive fuera de Puebla y es más complicado reunirse–, Chalino tiene una historia con tintes sobrenaturales y de fantasía. Porque dice que también la ficción es parte de la creación musical, de la narrativa propia de su música.

Cada una de las canciones de Cholula Dans Division tiene una historia y cuenta algo de lo que han vivido directamente con sus amigos, y en Cholula, porque el lugar donde viven es inevitablemente parte de la creación del proyecto.

Aunque ahora son dos, a Uriza le gustaría idealmente que hubiera muchas gente involucrada, como si fuera una suerte de LCD sound system. Si cada una de las personas que conocen de Cholula tocara algo en sus presentaciones en vivo, el escenario estaría abarrotado.

Ser músico en México

Foto: cortesía luís Colchado

Uriza y Chalino hacen la música que quieren escuchar y han aprendido a no esperar nada como tal de una escena y dejar de lado las ideas y los clichés de qué significa ser un «músico exitoso”.

Porque la realidad local y nacional está muy alejada de lo que generalmente se asocia al “triunfo”. Para empezar, ambos coinciden en que no hay como tal una escena de un público específico que lleve décadas escuchando un género. Si bien en Puebla hay muchas, Uriza pone como ejemplo el punk en Estados Unidos, que incluso en ciertos estados tiene venues, festivales y una audiencia muy localizada que lleva hasta 40 años siguiendo un estilo o género; y en México, dice, eso no existe.

Para Chalino también tiene que ver con una cuestión económica, porque antes tener una banda era “rentable”, o así lo veían muchas personas que lo hacían porque con eso les iba bien, comparándolo hasta cierto punto con el futbol. “Y ahora cada quien es una isla”, dice, y dependen en gran parte del internet para la difusión de los proyectos.

En la reflexión de la situación actual de la música no sólo en Puebla sino en México, una de las cosas preocupantes es la falta de lugares que den las condiciones idóneas profesionalmente para dar un buen show, que paguen bien, que tengan buen equipo, y que hagan una sinergia abriendo sus puertas a nuevas iniciativas.

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A nivel local hay pocos espacios alternativos que den cabida a proyectos que no sean comerciales. La gente que apenas lleva cinco o seis años saliendo o tocando, dice Uriza, ya no recuerda eventos como el Festival Internacional de Puebla o el Plataforma, donde se fusionaban bandas locales, nacionales e internacionales de todos los géneros.

La búsqueda de Cholula Dans Division es ante todo realista: crear la música amalgamando sonidos que les gustan, contando historias, sin aspirar a crear una escena. Para Chalino hacer eso es pasar la vida encontrando la forma de hacer música cada vez más bella y poderosas, y Uriza dice que la meta también es hacer lo que aman sin morir de hambre, encontrar un equilibro. “En este país ser músico es un lujo”.

*Foto de portada: cortesía Luis Colchado

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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