Lado B
Barrancas en Puebla: espacios contaminados y desaprovechados
Las barrancas se han utilizado como basureros, cuando son lugares con características ecológicas invaluables al brindar servicios ambientales a la ciudad
Por Majo Andrade @MajoAg23
29 de enero, 2019
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María José Andrade

@MajoAg23

Una de las peculiaridades más importantes de la geografía del relieve terrestre en el valle de Puebla es la presencia de barrancas, generadas por la erosión de agua que escurre desde terrenos más altos, principalmente de la Malinche.

Víctor Gutiérrez Pacheco, investigador de la Maestría en Ciencias Ambientales de la BUAP, lleva dos años trabajando en la barranca El Conde, en la zona de la Central de Abastos, y en otra ubicada en el Ecocampus BUAP, su objetivo es hacer un diagnóstico de los ecosistemas que ahí perviven a pesar de la contaminación y los asentamientos civiles.

Por sus características, las barrancas siempre han sido espacios maltratados por la ciudad. En un principio, las barrancas fueron olvidadas por no ser terrenos aptos para construir o para sembrar, y con la aceleración del desarrollo urbano, sobre todo desde los años 70, se han utilizado como basureros, en las que desembocan aguas residuales domésticas e industriales y cualquier tipo de desecho sólido.

Sin embargo, explica Gutiérrez Pacheco, son lugares con características ecológicas invaluables, pues brindan servicios ambientales a la ciudad. Por un lado, ahí se recargan los mantos acuíferos y, por otro, la vegetación que ahí sobrevive, mayormente pinos y encinos, ayudan a regular la temperatura.

Foto: cortesía Marlene Martínez

La contaminación del agua que corre por las barrancas a través del arrojo de drenajes afecta a todo el sistema hidrológico de la zona y a la agricultura que sobrevive de él, pues el cauce de las barrancas termina desembocando en los ríos San Francisco, Alseseca y Atoyac, que a su vez van hacia Valsequillo, prosiguiendo a Tecamachalco, zona importante de cultivo en la región. Sin duda, es un problema de salud pública que empieza por no regular la red de drenajes domésticos y no imponer multas a los parques industriales.

De acuerdo con el investigador, la flora y fauna que se encuentran ahí también es lo que dentro de la ecología se llama relictos, vestigios de los ecosistemas originales, que en la región de la capital poblana eran bosques de encino y pino, y que ahora sólo encontramos lejos de la mancha urbana.

El objetivo de Víctor Gutiérrez Pacheco, ahora que conoce más sobre cómo funcionan los ecosistemas de las barrancas y en qué estado se encuentran, es generar proyectos para su cuidado e integración a la planeación urbana en los que involucre a las comunidades y al gobierno.

Gutiérrez Pacheco creé que al no considerar las barrancas en la planeación de la ciudad se desaprovecha la oportunidad de tener las áreas verdes necesarias para un buen desarrollo humano, como lo señala la Organización Mundial de la Salud, que recomienda existan un  mínimo de nueve metros cuadrados de áreas verdes por cada habitante. Sin embargo, según datos del Sistema de Indicadores del Desempeño (SINDES) 2018, en Puebla capital sólo hay 0.7 metros cuadrados por persona.

Hasta ahora las acciones gubernamentales sobre las barrancas, nos cuenta Gutiérrez, tanto en lo estatal como en lo municipal, han consistido en rellenarlas para habilitar vialidades, cementar las paredes para evitar deslaves y, con ello, deshacerse de la vegetación o, en el mejor de los casos, limpiar las identificadas de alto riesgo en temporada de lluvias para evitar inundaciones.

Según estudios anteriores de la Facultad de Ingeniería de la BUAP, hay 41 barrancas en la zona metropolitana de Puebla, de las cuales 17 son de alta peligrosidad. No obstante, Gutiérrez señaló que el número no es oficial y puede variar al considerar a algunas como dobles por su gran longitud o por algún cambio orográfico.

Gubernamentalmente tampoco hay una cuantificación clara, a pesar de que los gobiernos municipales de la capital siempre han reportado uso de presupuesto para limpiarlas a través del Organismo Operador de Servicio de Limpia (OOSL).

LADO B solicitó información a la nueva administración del Ayuntamiento sobre el estado de las barrancas y los procesos de limpia y hasta ahora no hemos obtenido respuesta.

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Autor Lado B
Majo Andrade
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