Foto tomada de Morph Institute of Journalism and Mass Communication
Susana Sánchez Sánchez
En los medios de comunicación hay colaboradores que usualmente entregan material de opinión y reciben una remuneración económica por la acción, sobre todo en medios que cuentan con el capital económico suficiente para sostener a su equipo base y a sus colaboradores. Por otro lado, hay medios con menos fortuna económica que logran conjuntar algunos colaboradores que obtienen un ingreso que depende de instituciones ajenas a estos medios.
Sin embargo, la tendencia actual en los medios de comunicación suele estar encaminada a un abanico de colaboradores clave para la construcción de materiales periodísticos. Pensemos, por ejemplo, en los periodistas, fotógrafos y editores, cuyos ingresos económicos no dependen de otra institución. No pagarles ni siquiera de manera simbólica a estos trabajadores-colaboradores es una práctica que se está normalizando, especialmente en los medios digitales.
Si bien la calidad del periodismo no depende estrictamente de si es o no remunerado, las empresas mediáticas, por muy pequeñas que sean, sí deberían preocuparse y ocuparse por dar una remuneración a su grupo de batalla, con quienes elabora productos periodísticos informativos o de investigación. No pueden dejar sólo en manos de la buena voluntad la vida de los periodistas, quienes bajo la circunstancia del no-pago suelen ser jóvenes universitarios o recién egresados de las universidades. La manutención familiar de esos jóvenes reporteros no es eterna; y el pago de días laborados sí es un deber de las empresas.
Una de las justificaciones para que los medios no paguen a sus equipos base es que no hay capital suficiente para mantener una planta de reporteros y editores. Esta es una realidad grave que ha llevado a algunos medios a cerrar definitivamente pues, a veces, resulta complicado sostener un negocio mediático en sociedades que no están dispuestas a pagar por información periodística si ésta circula gratis en las redes sociales digitales. [1]
El trabajo periodístico padece de crisis económicas a nivel interno y externo. Y el precio por tener seguidores en las páginas de los medios (lo que implica posibilidades de venta de espacios publicitarios y a su vez generación de recursos para pagarle a los integrantes de un equipo periodístico base y para sostener los gasto de operación) también está orillando a algunos medios a producir contenido de entretenimiento no informativo, ya que así “consume” la gente. [2]
¿Cómo puede generar dinero un medio informativo para pagarles a sus integrantes en una sociedad altamente visual y cuyos consumos informativos dependen de las imágenes o los videos donde haya un alto grado de violencia o sólo sea de entretenimiento? Bajo esta dinámica de precariedad, no sólo económica sino a nivel de contenido, hacer periodismo pareciera ser demasiado sencillo en un entorno donde la ternura de un perro se vuelve noticia.
En el siglo pasado se sabía que entrar al periodismo implicaba una vida modesta, pero actualmente parece implicar un trabajo no remunerado que sacan a flote generalmente los jóvenes, bajo el pretexto empresarial de que están practicando.
[1]Consultar: https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/sites/default/files/Digital%20News%20Report%202017%20web_0.pdf
*Foto de portada tomada de Orientación preuniversitaria
PERIODISMO DE LO POSIBLE
CANIJO CONEJO
