Lado B
Dos años buscando fosas en los archivos estatales de México
Este hallazgo es el resultado de la iniciativa encabezada por las periodistas Marcela Turati, Alejandra Guillén y Mago Torres, y la colaboración de 15 periodistas de diez estados de la república
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
12 de noviembre, 2018
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fosas clandestinas

Ropa encontrada en una casa de seguridad en Ciudad Mante, Tamaulipas, México. Durante una búsqueda del Colectivo Milynali Red CFC, el 24 de enero del 2017.
Fotografía: Mónica González

Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

Dos mil fosas clandestinas, el doble de las reportadas oficialmente, es el principal hallazgo de la investigación “México, país de fosas”, contenido en el sitio web “A dónde van los desaparecidos”.

Este hallazgo es el resultado de la iniciativa encabezada por las periodistas Marcela Turati, Alejandra Guillén y Mago Torres, que con dos años de trabajo y la colaboración de 15 periodistas de diez estados de la república lograron mapear los entierros clandestinos en todo el país.

A finales de 2016  Marcela Turati, Alejandra Guillén y Mago Torres decidieron darle forma a una inquietud compartida con muchos colegas que acompañan a colectivos de desaparecidos.

En entrevista Marcela explicó que los periodistas que cubrían esos temas se dieron cuenta que cada vez que se hallaba una fosa las familias tenían que desplazarse desde lugares lejanos, que tenían que hacer tortuosos viajes a los Semefos y que no había información pública respecto a lo encontrado en los entierros clandestinos.

“Decidimos que como periodistas podíamos usar nuestras herramientas, que sabemos mapear, hacer solicitudes de información, conocemos a las familias, y también conocemos un poco las lógicas de la desaparición, decidimos juntarnos entre varios y lanzar esta idea”.

Dificultades en el camino

Pero el camino tampoco fue fácil para la investigación. Al inicio del proyecto todavía no se homologaban los sistemas estatales de acceso a la información en la Plataforma Nacional de Transparencia, por lo que fue mucho más complicado encontrar los sitios de cada entidad.

Se hicieron solicitudes de información a absolutamente todos los estados, pidiendo datos desde fosas clandestinas hasta cadáveres encontrados, restos óseos y lugares utilizados para desaparecer cuerpos llamados también “cocinas”.

Alejandra Guillén comentó que las autoridades trataron de ocultar toda la información relacionada con los cuerpos encontrados, negándose a desglosar los hallazgos.

Otro de los principales obstáculos fue la disparidad de la información incluso dentro de las mismas fiscalías: dependiendo de qué se preguntara había respuestas diferentes entre las mismas dependencias.

La información era entregada en formatos cerrados, como en fotografías de documentos en PDF y casi toda la captura de datos tuvo que hacerse manualmente.

A la fecha, dijo Alejandra, hay incluso seis solicitudes que Nayarit nunca respondió y en Michoacán por ejemplo hay fosas que se reportaron en los diarios en 2006 y que las autoridades no reconocen.

Fue difícil, dice Marcela, la homologación de criterios pues las autoridades maneja conceptos distintos “en la manera en que registran la información, la negativa permanente que se tuvo que pelear muchísimo, y hubo estados que negaron tajantemente. Además del desastre en los documentos también los formatos son horribles y tienen errores garrafales, como municipios mal escritos o nombres incorrectos. Se tiene que verificar todo absolutamente todo el tiempo”.

El doble de fosas clandestinas y el subregistro

El principal hallazgo de la investigación es el enorme número de fosas clandestinas con las que está salpicado el país. De 2006 a 2016 se documentaron 1978, que sumado a las cifras del 2017 y lo que va del 2018 eleva la cifra a al menos 2000 fosas en el país, eso sin contar los datos de los estados que se negaron a entregar la información.

La cifra hallada por las periodistas duplica la información que la Comisión Nacional de Derechos Humanos dijo tener registrada en el mismo periodo.

Marcela Turati dijo también que mediante la investigación se puede afirmar que en el 15% de los municipios del país ha habido fosas clandestinas, lo que significa que hay una cierta impunidad que permite a la gente no sólo asesinar sino además cavar hoyos en la tierra o calcinar los cuerpos para desaparecer a las víctimas de homicidio.

Hay ocho entidades que niegan tener fosas, entre ellos Puebla. Y en estos estados, salvo en Yucatán, hay registros hemerográficos o información de la CNDH o la PGR indicando que sí se han encontrado fosas.

Turati añadió que dentro del mapa se pueden ver corredores de desaparición de personas y hallazgos de cuerpos, y se invita a los investigadores y ciudadanía que lo revisen y que analicen para encontrar las rutas de la desaparición.

Para el equipo de periodistas, que contó con el apoyo de Quinto Elemento Lab, lo que sigue es actualizar el mapa los años que faltan y continuar con las investigaciones no sólo de historias de desapariciones sino de hacer un análisis de las lógicas de la desaparición en México y entender cuáles son las posibles rutas, dónde pueden estar las personas que faltan en el país.

“También queremos hablar de la búsqueda en vida. Nuestro sitio no se dedica sólo a muertos. Pensamos que hay muchos desaparecidos capturados en redes, queremos empezar a hablar de eso”.

Puedes leer el trabajo en la página de Quinto Elemento Lab.

O en LADO BMéxico, el país de las 2 mil fosas clandestinas.

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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