La relación de Marjorie con la música es igual o más compleja que con los temblores mexicanos. A los 4 años, luego de recibir un casete con música de Mozart como regalo de Navidad, pide a sus padres inscribirla en clases de violín. Por su edad, en la escuela municipal de su pequeño pueblo francés les dicen que es mejor empezar con la mandolina y, luego, ya que sus manos sean más grandes, pasar al violín. La transición nunca sucede y la mandolina napolitana será parte de su vida hasta los 16 años. Ese instrumento la llevó de gira a Taiwán, Hong Kong, Italia, Túnez, Japón y México.
Ese viaje a tierras aztecas en 1999 la hace enamorarse del país al que regresará en diversas ocasiones hasta instalarse en 2008 en Puebla. Para ese momento, su relación con la mandolina y con la música ya no es la misma. A pesar de ello, en sus primeras experiencias como docente de francés busca ayuda en la música de Balavoine, de Zazie y de Mickey 3; de su boda recordará siempre a su esposo cantándole frente a todo mundo Eres de los Tacvbos.
Ya en proceso de mexicanización, descubre que la música lo llena todo y a todas horas en su nuevo país; día, tarde, noche, madrugada; entre semana, fines de semana y días festivos. Le gustaría poner pausa a todo ese caos urbano que es acompañado por cumbias, canciones rock y pop, reguetón, trompetas de mariachi y de salsa, pero no siempre puede. Quizá por eso, al preguntarle a qué se imagina que suena una ciudad tras un temblor de gran intensidad, su respuesta es, a silencio.
https://open.spotify.com/user/227stpluubyxkywyuhxwnvd4i/playlist/1fHm3hjoY1UOwBINxpXsPU
[quote_center]Memoria sísmica es un proyecto periodístico de Alonso Pérez Fragua para LADO B que se publica cada miércoles desde el 5 de septiembre de 2018. Busca materiales adicionales en Instagram y Twitter con el HT #MemoriaSísmica. Busca la crónica relativa a esta lista de canciones en esta liga. [/quote_center]