Lado B
Los cínicos sí sirven para este oficio*
Los tiempos son difíciles para los trabajadores. Hay que andar acá, allá y acullá para lograr pagar gastos y uno que otro “gustito”
Por Ernesto Aroche Aguilar @earoche
16 de octubre, 2018
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Susana Sánchez Sánchez

@multiplesvoces

[dropcap]L[/dropcap]os tiempos son difíciles para los trabajadores. Hay que andar acá, allá y acullá para lograr pagar gastos y uno que otro “gustito”, pero qué pasa cuando se trabaja para dos instituciones o empresas disímiles, ¿tendríamos que apelar únicamente al juicio ético de cada persona para que decline por estar en uno de esos dos trabajos?

Nadie se escandaliza porque alguien tenga más de dos trabajos, si bien debería tener uno que le garantice una vida digna, es cada vez más común hacerle al “mil chambas”. En el gremio periodístico, por ejemplo, algunos la hacen de editor, de vez en cuando toman fotos en alguna fiesta, dan talleres, dan asesorías, corrigen textos ajenos, etc., todo ello en compañías distintas; las empresas se hacen de la vista gorda cuando tienen un “mil chambas” entre sus trabajadores, pues no pueden exigirles exclusividad cuando no les otorgan prestaciones.

Sin embargo, bajo la idea de chamba es chamba, algunas personas del gremio periodístico trabajan en los departamentos de Comunicación Social de una institución o una empresa. Algunos periodistas o fotoperiodistas, principalmente,  se salen un rato del ajetreo periodístico para ser parte del  grupo de imagen de algún político, sobre todo en tiempos electorales, es decir, redactan boletines, comunicados o sacan fotos para una campaña, y después regresan campantes a ejercer como periodistas. –La acción es lamentable tanto como si usted hubiera maltratado a unos niños y la vez labora en una organización en pro de los derechos infantiles.

¿Cuál es el inconveniente de que aquellos que integran el área periodística de vez en cuando se pasen del lado de quienes son fuentes de información? La secrecía con la que se trabaja con la información, asimismo la posible capacidad de influencia “amistosa” con sus compañeros del gremio periodístico para filtrar información o para restringirla hacia ciertos periodistas.

En México, ¿por qué es posible pertenecer al gremio periodístico y trabajar, aunque sea por temporadas, en el departamento de Comunicación Social de alguna dependencia o empresa?

  1. Poquísimos medios de comunicación masivos cuentan con un código de ética y con la figura de un Defensor de las Audiencias, lo que lleva a que la mayoría de empresas mediáticas y sus integrantes prioricen sus intereses políticos y económicos antes que la información o el contenido.
  2. A veces no existe un filtro profesional de ingreso al gremio periodístico, es decir, hay quienes llegan por recomendación o quienes son despedidos por hacer su trabajo, pues empiezan a publicar material que afecta a la empresa mediática en relación a los pactos mercantiles o políticos que ésta mantiene con terceros.
  3. Las empresas no pagan lo justo o dan prestaciones de ley, entonces no tienen la calidad moral de decirle a sus trabajadores que únicamente laboren para su medio; de hecho a los empresarios les conviene que sus trabajadores sean flexibles y prescindibles.
  4. Los departamentos de Comunicación Social suelen pagar mejor (aunque sea por temporadas), pero son tan volátiles como el sexenio, el trienio o lo que dure el equipo de confianza en turno de una institución o empresa.
  5. Durante campaña o trabajo administrativo gubernamental, algunos políticos suelen regalarles cosas a los periodistas cuando laboran del lado del gobierno, por ejemplo, computadoras o cámaras fotográficas (y hasta drones) de mediana calidad. La estrategia política es excelente, sobre todo porque el político logra generar una imagen de “buena persona” en esas personas que en algún momento tendrán que regresar al gremio periodístico y pagar “favores de buena onda” desde el gremio periodístico.

En algunas zonas mexicanas trabajar desde la secrecía o desde la simulada libertad da exactamente lo mismo, en gran medida porque las condiciones en las que se ejerce el Periodismo lo permiten, de tal suerte que en este país un sujeto puede redactar un boletín de prensa ocultando o maquillando información para salvar la imagen de alguna institución o empresa y al otro día, desde el Periodismo, haciendo lo mismo porque tienen “lealtades” con sus exjefes. A veces la confusión de escenarios profesionales lleva a los periodistas, aquí en corto (en el café, en la cantina, en el chat, etc.), a ejercer una especie de militancia o simpatía política con sus colegas, claro disfrazada de charlas informales.

Como verá, en el Periodismo se puede ser cínico sin empacho alguno, en tanto es posible ser periodista y trabajar, de a ratitos porque chamba es chamba, en un Departamento de Comunicación de algún diputado, dependencia gubernamental o empresa.

*Los cínicos no sirven para este oficio, es una de las expresiones más usas –o trilladas– entre los periodistas mexicanos. El autor de la frase (y del libro con ese título) es Ryszard Kapuściński.

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Autor Lado B
Ernesto Aroche Aguilar
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