Lado B
Investigación y política pública en educación
Se reflexiona en Cátedra Latapí sobre la relación entre políticas públicas educativas alineadas a necesidades de quienes transitan por el sistema educativo
Por Espacio Ibero @
19 de septiembre, 2018
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Dra. Laura Angélica Bárcenas Pozos

La semana pasada se llevó a cabo la Cátedra Latapí, que pertenece al Sistema Universitario Jesuita (SUJ) y que este año tuvo su sede en el ITESO de Guadalajara. El tema abordado fue «La investigación Educativa y su incidencia en la Políticas Públicas»; el invitado central fue el Dr. Felipe Martínez Rizo de la Universidad Autónoma de Aguascalientes; los panelistas fueron la Dra. Gloria del Castillo, directora general de FLACSO México, el Dr. Roberto Rodríguez de la UNAM, la Dra. Arcelia Martínez del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE), de la Ibero Cd. de México y la Dra. Sylvia Schmelkes del Instituto Nacional de Evaluación para la Educación (INEE).

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Foto tomada de CONTEC

El tema central de la Cátedra Latapí de este año nos llevó a reflexionar sobre la importancia de que las políticas públicas en materia educativa estén alineadas a las necesidades de los niños, adolescentes y jóvenes que transitan por el sistema educativo. El Dr. Martínez Rizo puso sobre la mesa el tema sustancial de que gobernar a través de políticas públicas es realmente reciente. Explicó cómo el tema de políticas públicas nació en los años 50 del siglo pasado cuando la URSS proveía, como estado, de todo a sus ciudadanos pero dejaba grandes carencias; por otro lado los estados capitalistas estaban dejando que sus ciudadanos se rascaran con sus propias uñas, dando posibilidades a los más adinerados.

Entonces se genera la idea de política pública que Martínez Rizo define como conjunto de acciones intencionales y causales, orientadas a la realización de un objetivo de interés y beneficio público, definidos por el tipo de interlocución que tiene lugar entre el gobierno y sectores de la ciudadanía, decididas por las autoridades públicas legítimas. Hasta ahí la definición, pero el mismo académico explica cómo las políticas públicas se ponen en operación a través de programas que cuentan con precisiones, lineamientos y, por supuesto, dinero.

Martínez Rizo señala que este tipo de política se opone, claro está, a gobiernos autoritarios, pero también a los que son de tipo liberal, pues en el primer caso el gobierno busca el control absoluto mientras que en el segundo deja en entera libertad a su población, dejando de lado la redistribución de la riqueza; generando que los ricos se hagan más ricos y los pobres más pobres. Hace hincapié en que gobernar a través de políticas públicas es propio de los gobiernos democráticos y de sociedades plurales.

El académico mencionó que en México se ha gobernado a través de políticas públicas desde 1983 (35 años), cuando se definió que cada gobierno debía establecer un plan nacional de desarrollo con programas sectoriales, definidos a través de consultas. Sin embargo, la historia de estos últimos años ha dejado ver que las consultas en nuestro país sí se llevan a cabo, mas a la hora de desarrollar la política pública todo el esfuerzo de la consulta se deja de lado y los políticos sacan la política pública que tenían construida antes de la consulta, ya que ésta, de alguna manera, protege los intereses de unos cuantos.

Y todo esto viene a cuento pues, entre el gobierno entrante y el saliente, me ha tocado vivir dos consultas sobre materia educativa. Una de ellas fue la que se llevó a cabo en 2012, cuando Enrique Peña Nieto estaba a punto de hacerse cargo de la presidencia de este país. La consulta se hizo igualmente por entidades federativas y muchos llevamos nuestras propuestas sobre el complejo sistema educativo y cómo tenía que operar. Se nos dijo que se haría la sistematización de las propuestas y que ésta se podría consultar, pero nunca llegamos a ese punto.

En febrero del 2013 vimos anunciarse la Reforma Educativa; el resto de lo que ha sucedido en el sexenio, es conocido por todos nosotros. La política pública se centró en evaluar a los profesores, darle independencia al INEE para que llevara a cabo dicha evaluación y en desacreditar la función formadora de los docentes. Debo aclarar que a mí me parecía lógica esta política, puesto que de sobra sabemos a cerca de muchos docentes que están poco preparados, poco comprometidos y que hacen el mínimo esfuerzo en su tarea educativa.

No obstante, hay muchos otros altamente comprometidos y preparados que realizan su tarea educativa con alta calidad y eficiencia, mas son una minoría. Entre unos y otros, se encuentran bastantes profesores que están haciendo un esfuerzo por mejorar pero que enfrentan una impotencia al no saber cómo hacerlo ya que no están preparados para la tarea educativa. Únicamente tienen compromiso y conocimiento básico para el desempeño de su función. Pero creo que esto no es culpa de los profesores en servicio, sino del sistema que los forma, los acepta y los capacita «a medias» para realizar dicha tarea.

Por otro lado, la semana pasada se inició la Consulta Nacional para el tema educativo, que ya está llevando a cabo (todo septiembre) el nuevo gobierno. Todo el que quiera puede llevar sus ideas sobre cómo mejorar la educación en nuestro país, dado que está siendo organizada por universidades públicas. Los investigadores están poniendo sobre la mesa sus inquietudes, así como profesores y directivos. Ahora, mi pregunta es: ¿El secretario de educación y el presidente electo, como también todos los funcionarios en materia educativa, atenderán a lo que se demande en la consulta? ¿Darán a conocer la sistematización que resulte? ¿Harán lo necesario para mejorar la educación del país? Educación que, en buena medida –y que tras los resultados de la consulta seguramente podrán apreciar–, encuentra su problema en cómo se gestiona y se ejerce a lo largo y ancho de México.

*Foto de portada tomada de Contrastes de Puebla

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