Lado B
BUAP e INAH trabajan para la preservación de huellas prehistóricas en Atexcal
Hasta ahora se ha detectado el paso de dinosaurios tipo alosaurios, y los diplodocus, conocidos como “cuello largo”, entre otros
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
08 de junio, 2018
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Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

Las huellas prehistóricas de Atexcal, a 40 kilómetros de Tehuacán, es uno de los vestigios prehistóricos más importantes del estado de Puebla, aunque con el sismo de septiembre de 2017 la barranca donde están las huellas de dinosaurios sufrió daños por deslaves y movimientos de la tierra, y están en peligro de dañarse.

Desde febrero, un grupo de investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), entre ellos el Maestro Ignacio Muñoz Máximo, responsable de Geociencias Aplicadas, Sustentabilidad Ambiental y Ordenamiento Territorial de esa institución educativa, realizó visitas al sitio para salvaguardar los hallazgos.

En entrevista, Muñoz dijo que a principios de año revisaron el sitio, que es una barranca de cerca de 30 metros de alto, y encontraron que existe la posibilidad de que las huellas se puedan desprender y perder. El investigador explicó que aunque la barranca no es muy profunda, el problema radica en que las huellas están en la base, y por competencia mecánica la parte alta siempre tiende a ser un poco más pesada.

La zona prehistórica está compuesta por una pared de lo que los geólogos llaman ignitas, que son, de acuerdo con Muñoz, impresiones de huellas fósiles. Hasta ahora se ha detectado el paso de dinosaurios tipo alosaurios, y los diplodocus, conocidos como “cuello largo”, entre otros.

El sitio paleontológico no es nuevo; los primeros descubrimientos se hicieron en el año 2001, pero lo que no ha habido es un seguimiento de investigación de la composición, preservación y estudio detallado de los vestigios. En el par de visitas que ha hecho a Atexcal, el grupo de investigadores encontró que el primer afloramiento reportado es menor a lo que hay, pues prácticamente son 50 metros de longitud donde “limpias material y aparecen huellas”, dijo el especialista de la BUAP.

En estos meses el grupo de trabajo ya ha hecho vuelos con dron para generar fotografías y hacer la topografía de los escurrimientos y revisar la composición del suelo, para elaborar una propuesta técnico-científica de la mano con el INAH.

“Por eso se está evaluando cómo trabajar el sitio sin afectar las huellas y recuperar la zona. El hecho de que se hayan desprendido fragmentos de roca que ya pudimos detectar durante el último evento sísmico nos hace pensar que se requiere remover bastante del inciso rocoso de la parte superior, todavía no sabemos cuánto, apenas lo vamos a evaluar, para quitar cualquier fragmento de roca que si alguien está visitando las huellas se le pudiera desprender.”

Pese a que no es una zona muy conocida, el investigador de la BUAP dijo que es un lugar que vale la pena visitar, principalmente en época de sequía, porque durante la etapa de lluvias el acceso suele ser complicado por la composición arcillosa de ciertas partes del suelo.

Muñoz explicó que la idea es generar varios estudios en conjunto con el INAH, enfocados no sólo en Atexcal sino en otras zonas arqueológicas y paleontológicas que han sufrido daños derivados de los eventos sísmicos.

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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