Lado B
¿Polarización o pluralización? Riesgo y posibilidad en tiempos electorales
Vivimos hoy en nuestra nación una creciente y aún indiferenciada y visceral rebeldía ante la ley de la selva que nos condena a pasar nuestros días cuidándonos de la violencia, del abuso, de la corrupción y de la impunidad que nos envuelve
Por Juan Martín López Calva @m_lopezcalva
03 de abril, 2018
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Tomada de gacetadigital.unam.mx

Martín López Calva

@M_Lopezcalva

“La nación es un ser vivo metabiológico porque es un ser de espíritu”

Edgar Morin. Las ideas, p. 154

La nación es un ser vivo y nuestra nación está hoy, en estos tiempos de conflicto y de muerte, más viva que nunca. La nación es un ser metabiológico, un ser de espíritu y nuestra nación está hoy inmersa en la tensión entre su ser biológico que la mantiene en el filo de la navaja entre la vida y la muerte, en una lucha feroz por la supervivencia diaria en medio del riesgo que impone la violencia y al reto que impone la pobreza y la marginación y el deseo emergente de su ser metabiológico que se resiste a aceptar que no existan otra actitud posible que la resignación ante la decadencia.

Vivimos hoy en nuestra nación una creciente y aún indiferenciada y visceral rebeldía ante la ley de la selva que nos condena a pasar nuestros días cuidándonos de la violencia, del abuso, de la corrupción y de la impunidad que nos envuelve.

Esta es una manifestación del despertar de una sociedad que ya no resiste más la dinámica a la que por décadas ha sido sometida. Se trata del doloroso y lento proceso de parto de una nueva sociedad que enfrenta la resistencia de un viejo y caduco régimen autoritario y vertical que se niega a terminar aunque se encuentra inevitablemente herido de muerte.

Esta rebeldía se encuentra hoy desorientada y dividida, en un estado inmaduro y riesgoso porque está predominantemente orientada por el enojo, la frustración y el odio a ciertas prácticas, grupos, partidos e instituciones, pero si logra diferenciarse, evolucionar para volverse un conjunto de emociones inteligentes, un dinamismo hacia la criticidad guiada por la búsqueda de lo razonable, un tejido de sentimientos orientados por la búsqueda de valor para el futuro de nuestro país desde ciertos mínimos comunes que logren unificar los esfuerzos hacia un horizonte común, esta rebeldía puede volverse el motor de la verdadera transformación que ponga las bases para una nueva época, para una sociedad renovada y mejor en la que quepan todos los mexicanos.

“…a no ser que se trate de un cataclismo aniquilador, jamás se puede predecir el efecto positivo o negativo de los desórdenes y turbulencias y crisis sociales sobre la esfera del conocimiento. Un periodo de orden, paz y estabilidad puede ser un periodo de estancamiento y superficialidad intelectual o puede permitir por el contrario una edad de oro cultural; un periodo atormentado de conflictos y violencias puede ser destructor o por el contrario alimentar una gran vitalidad cultural y suscitar choques cognitivos fecundos”:

Edgar Morin. Las ideas, p. 46

Desde el punto de vista de una Educación personalizante, el riesgo de este momento de rebeldía visceral se llama polarización y el reto para transitar hacia una rebeldía inteligente, crítica y responsable se encuentra en la posibilidad de un proceso de pluralización de la sociedad mexicana del siglo XXI.

Porque lo que podemos ver hoy en los medios, en las redes sociales y aún en las reuniones y charlas de sobremesa familiares es un enfrentamiento de posturas aparentemente irreconciliables en el que nadie quiere ceder ni mucho menos conceder la posibilidad de que quien piensa distinto o simpatiza con una opción diferente pueda tener algo de razón.

El punto de partida es la certeza de que quien piensa diferente o simpatiza con un candidato o partido distinto en este proceso electoral está en dos únicos escenarios posibles: o es un tonto y desinformado que no sabe nada de la realidad del país o bien es un cómplice de intereses oscuros, sean estos los de la “mafia en el poder” o de las “fuerzas traidoras que nos quieren volver como Venezuela”.

De esta manera, en el contexto de la polarización no caben los argumentos sino las descalificaciones y así, los periodistas que cuestionan al candidato de nuestra preferencia se vuelven automáticamente pseudoperiodistas, “chayoteros”, “vendidos” o carentes de toda profesionalidad. Del mismo modo, los ciudadanos que se manifiestan a favor del candidato o partido opuesto al propio o plantean alguna crítica a nuestra opción política dejan de ser personas inteligentes y bienintencionadas para convertirse en ignorantes y fanáticos o en legitimadores del statu quo.

Como afirma Edgar Morin, no es posible predecir el efecto positivo o negativo de los desórdenes, las turbulencias y las crisis sociales. Un período de paz y estabilidad puede representar un tiempo de estancamiento en términos de la cultura –y de la vida social- y en cambio un período de conflictos y violencias puede llegar a despertar a la inteligencia y generar una gran vitalidad cultural y provocar “choques cognitivos fecundos”.

Esta enorme crisis que vive hoy nuestro país podría en efecto generar una etapa de vigor intelectual y de regeneración cultural creativa que contribuya a construir tiempos mejores para nuestra democracia.

La condición para lograrlo es, desde mi punto de vista, que seamos capaces como sociedad de trascender la enorme polarización generada por esta incipiente y visceral rebeldía colectiva para construir un proceso de pluralización desde una rebeldía inteligente, crítica y responsable.

Porque la democracia implica pluralidad y una sociedad plural es aquella que deja de buscar la homogeneidad de las ideas y de encerrarse en una sola manera de interpretar y entender el mundo descalificando todo lo que cuestiona las propias certezas y lo que implica una crítica a los marcos de referencia que conforman las creencias individuales y de grupo.

“Las sociedades que tienden a imponer al máximo y en todos los dominios la autoridad del centro estático son de baja complejidad. Las sociedades de alta complejidad favorecen las pluralidades del policentrismo y las espontaneidades del acentrismo”.

Edgar Morin. La humanidad de la humanidad, p. 210.

Una sociedad democrática es una sociedad que tiende a la alta complejidad, es decir, a la pluralidad que genera policentrismo y acentrismo en sus procesos, opiniones y decisiones dejando atrás la pretensión de imponer un centro estático que controle todos los campos y unifique todas las formas de pensar.

La rebeldía emergente en estos tiempos electorales del país está todavía en una etapa inmadura en la que parece querer sustituir un tipo de sociedad de baja complejidad por otro igual, un tipo de control centralizado por otro semejante, un sistema hegemónico único de ideas sobre la realidad y el futuro del país por otro sistema de pensamiento, alternativo pero con las mismas pretensiones de hegemonía y control absoluto.

Ojalá podamos contribuir a la construcción de un debate público que combata la polarización cada vez más intensa y destructiva que estamos presenciando para apuntar hacia la construcción de una opinión pública que valore y acepte la pluralidad como uno de los rasgos fundamentales de la democracia.

En esta tarea, los educadores tenemos una gran responsabilidad. Ojalá podamos cambiar nuestra mente para caminar de la rebeldía visceral a la rebeldía inteligente, crítica y responsable con el fin de transformar nuestras prácticas e incidir en el cambio de la mentalidad de las nuevas generaciones.

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Autor Lado B
Juan Martín López Calva
Doctor en Educación por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Realizó dos estancias postdoctorales en el Lonergan Institute de Boston College. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, de la Red Nacional de Investigadores en Educación y Valores y de la Asociación Latinoamericana de Filosofía de la Educación. Trabaja en las líneas de Educación humanista, Educación y valores y Ética profesional. Actualmente es Decano de Artes y Humanidades de la UPAEP, donde coordina el Cuerpo Académico de Ética y Procesos Educativos y participa en el de Profesionalización docente..
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