Lado B
Motivos para no ser periodista... que no han detenido la vocación
Ni los asesinatos contra periodistas, ni las pugnas laborales que hay entre los que integran el gremio, ni la censura, ni el salario precario, ni la amenazas de muerte, ni las jornadas laborales a veces de más de ocho horas...
Por Susana Sánchez Sánchez @
16 de abril, 2018
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Susana Sánchez Sánchez

@multiplesvoces

[dropcap]N[/dropcap]i los asesinatos contra periodistas, ni las pugnas laborales que hay entre los que integran el gremio, ni la censura, ni el salario precario, ni la amenazas de muerte, ni las jornadas laborales a veces de más de ocho horas, ni el poco apoyo moral y económico de las empresas mediáticas han impedido que la gente deje el Periodismo.

Los periodistas involucrados en el gremio hasta el tuétano dirán que no saben hacer otra cosa, es más: no se conciben haciendo otra labor que no sea Periodismo. Son periodistas, a pesar de todos los infortunios y éso siempre es plausible.

Pero, ¿qué es éso que hace al Periodismo poco atractivo y a la vez una práctica digna ser analizada y admirada por ser ejercida en un panorama laboral y económico poco alentadores?

-No hay ascensos jerárquicos rápidos: En el ejercicio periodístico el puesto con menor jerarquía es el de periodistas, fotógrafo o diseñador; luego están los editores o jefes de área; el director editorial; y finalmente el director general (usualmente el dueño del negocio). Si bien el periodista puede ascender a editor o a jefe de información, tienen que pasar por los menos cinco años para ameritar ser candidato al puesto, o bien ser extremadamente brillante para entrar directamente o tener buenos lazos sociales con los directores.

-Hay un encasillamiento por áreas temáticas: Usualmente los periodistas se enfocan en la cobertura de un área temática específica, ésta puede ser política, deportes, partidos políticos, universidades, etc., pero difícilmente rotan hacia otras áreas que puedan ampliarles el panorama social de lo que pasa en distintos escenarios.

-Ritmos de trabajo agotadores: Dado que en el periodismo no hay horarios, los periodistas, los fotógrafos, los editores, etc., a veces invierten más de ocho horas de trabajo diarias entre que cubren un evento, sacan entrevistas, se trasladan de un lugar a otro y arman la entrega de sus materiales, y todo ello les hace complicado tener momentos de esparcimiento.

-No hay actualización constante: Dada la flexible e inestable agenda diaria en el periodismo, a veces resulta complicado permanecer en cursos o talleres de actualización más de dos días y con horarios fijos.

-No hay prestaciones laborales: Salvo contadas excepciones, la mayoría de personas que integran el gremio periodístico cobran bajo la forma de recibo de honorarios, lo que implica que la empresa no tenga ninguna responsabilidad con el trabajador, al contrario, es más sencillo que prescinda de sus servicios en cualquier momento.

-No suele existir apoyo de la empresa: Dadas las precarias y flexibles formas de convenio por servicios profesionales entre los del gremio periodístico y las empresas mediáticas, a veces éstas no suelen siquiera brindar apoyo moral para los periodistas, sobre todo cuando éstos han sido víctimas de violencia o amenazas.

-Suele existir una virulencia tácita entre el gremio: Aunque hay vínculos amistosos entre periodistas, ello no implica que todos se lleven bien, pues suele haber dimes y diretes entorno al desempeño periodístico de cada sujeto, sin embargo este tipo de comentarios nunca suelen ser abiertos y de frente, pero muestran las altas diferenciaciones en el gremio y las complicaciones de que esté unido.

Cualquiera en su sano juicio optaría por otro tipo de profesión, ¿no cree?; pero nunca faltan quienes traen el Periodismo circulando por sus venas y no hay forma de persuadirlos a que hagan algo distinto, es decir, los periodistas con vocación sí existen.

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