Lado B
Investigación revela que el acuífero del Valle de Puebla pierde 90cm de agua al año
Eso significa que hay una pérdida de miles y miles de metros cúbicos; para 2030 se podrían perder entre 7 y 11 metros del acuífero libre, que es el agua con la que se abastece la ciudadanía
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
17 de abril, 2018
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Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

El acuífero del Valle de Puebla, que abarca alrededor de doce municipios de la mancha urbana de la capital del estado, ha sufrido modificaciones en su capacidad de recarga, principalmente por el crecimiento de la zona agrícola y la presión en la zona forestal. Esos son algunos de los hallazgos de la investigación de tesis de Maestría de Ignacio Muñoz, responsable de Geociencias Aplicadas, Sustentabilidad Ambiental y Ordenamiento Territorial, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

Las mediciones para calcular las reservas de agua han cambiado y apenas hace dos décadas, con la existencia de los sistemas de información geográfica, los métodos han podido ser más precisos. En este sentido, la investigación del Maestro Muñoz suma de manera integral el agua superficial y la subterránea, que se conforma por los niveles estáticos de los espejos del líquido.

El proyecto midió específicamente los impactos de los cambios de uso de suelo en la zona metropolitana de la capital de la entidad, tomando como punto de partida los datos que se tenían de la década de los 80 y en cinco tipos de lugares: las zonas forestales, las agrícolas de riego, las agrícolas de temporal, las zonas urbanas y los cuerpos de agua.

Uno de los resultados de dos años de trabajo es que desde 1989 la mancha urbana se ha incrementado en 200%, lo que desplazó la zona agrícola. Las partes agrícolas no se incrementaron y la expansión de las casas e industrias también ha presionado la zona forestal, que es el lugar por excelencia con más captación de agua.

El análisis reveló que en el acuífero del Valle de Puebla se tiene una pérdida de 90 centímetros de agua estática al año; aunque a simple vista no es mucho, el Maestro Muñoz dijo que esto debe multiplicarse por los kilómetros cuadrados que abarca el acuífero, lo que resulta en pérdidas de miles y miles de metros cúbicos.  

A nivel regional, Puebla está compuesta por 14 acuíferos, uno de los cuales es el del Valle el que colinda con el de Tlaxcala, el de Atlixco y el de Tecamachalco. Para saber cuál es la captación de agua, la investigación se apoyó en los censos de pozos que hace la Conagua, que ayudan a determinar los niveles estáticos del líquido. Aunque se hizo un censo en 2011 hubo muchos pozos que no pudieron ser revisados –de acuerdo con la propia Conagua– por lo que la información recabada en 1997 es hasta ahora la más detallada.

Otro de los resultados del trabajo “Modelación hidrogeológica ante el cambio de uso de suelo en el acuífero del Valle de Puebla”, de Ignacio Muñoz, fueron las proyecciones de dos escenarios para el 2030.

El primer caso toma en cuenta la pérdida de 90 centímetros anuales y con un crecimiento de la mancha urbana que marca un estrés hídrico proyecta una pérdida total de entre 7 y 11 metros del acuífero libre, que es el agua de buena calidad y con la que se abastece la ciudadanía.

El segundo escenario plantea una mejora de la recarga y freno del 10% de crecimiento de la mancha urbana, lo que por el contrario da una tasa de recuperación de 2 centímetros anuales.

El Maestro Ignacio explicó a LADO B que existen las llamadas zonas de recarga efectivas, que son lugares donde el agua pluvial pasa a ser parte del llamado acuífero libre –que es agua de buena calidad que puede ser utilizada– y a reservorios.

La zona forestal sigue siendo el área con mayor cantidad de recarga, seguida de la agrícola. Esto es porque en general, cualquier árbol ayuda a la captación efectiva de agua. El investigador de la BUAP comentó que respecto a las reforestaciones, es mejor realizar una caracterización geológica previa, para conocer la composición del suelo, y saber qué especies de árboles son las más funcionales.

Los datos que se recabaron y analizaron para la investigación incluyen imágenes satelitales de la NASA, que si bien son gratuitas y de buena resolución, no son las mejores.

Muñoz dijo que el promedio de resolución por pixel es de 30 metros, pero hay fotografías satelitales que tienen un alcance de hasta 1 metro, lo que permite tener resultados más certeros. Esta enorme cantidad de información es parte de lo que se conoce como Big data, y por ello la importancia y dificultad también de contar con equipos de cómputo con mayor capacidad y softwares especializados.

La investigación, realizada en 2014, tomó datos históricos de 1997 e informes e investigaciones de la Conagua, UNAM y otras universidades. Actualmente el investigador sigue con el tema, teniendo como un posible siguiente paso perfeccionar y detallar el análisis con apoyo del Laboratorio Nacional de Supercómputo del Sureste de México (LNS), también de la BUAP.

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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