Lado B
El VAR y la muerte del futbol
El balompié, al igual que sus dirigentes, avanza hacia un infierno donde la felicidad y la emoción serán silenciadas por quince segundos o más, mientras se mira una televisión
Por Lado B @ladobemx
26 de marzo, 2018
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Un árbitro de la Bundesliga consulta el VAR en un partido de esta temporada.
Foto: Christof Stache 

Emilio Coca
@cocabron

«El futbol es hijo de su tiempo, un juego del Siglo XIX. Desde entonces no le ha ido tan mal como para modificarlo de una manera tan clara.»

Jorge Valdano, ex seleccionado argentino.

Con el Mundial de Brasil 2014 inició una nueva era en el futbol, la de la implementación de la tecnología. Ahí se empezó a recurrir a un chip que avisaba si el balón había entrado en su totalidad a la portería, el llamado“ojo de halcón”. Este fue bien recibido dado que no afectaba la velocidad del juego, sólo unos segundos, una repetición que no necesitaba frenar el partido o en su caso el festejo del gol, pues este sistema envía una señal al reloj del árbitro en cuanto la pelota cruza la línea de meta.

Sin embargo, la FIFA decidió llevar más lejos la Influencia de la tecnología en el futbol agregando el Video Assistant Referee (VAR) que ha llegado con polémica al mundo del balompié, ya que se ha dividido la opinión tanto en aficionados como en gente ligada al deporte, y es que es un ataque directo contra la naturaleza del juego, dejando de lado la fluidez, para hacerlo parecer más un videojuego.

Fue durante la Copa Confederaciones de Rusia 2017 cuando el grito de gol se detenía al compás que el árbitro daba, mientras simulaba la silueta de un cuadro, dejando el partido en suspenso, pues la afición no podía celebrar ni lamentar, mientras el colegiado revisaba la jugada en una pantalla: quince segundos que se convirtieron en casi un minuto durante los cuales el jugador ya no sabía si salir corriendo para abrazarse o solamente llevarse las manos a la cabeza.

Y es que Inglaterra no tendría un campeonato Mundial y Maradona no se habría inmortalizado en ese breve instante donde levantó la mano para ganar el balón contra el portero británico Peter Shilton. No existiría “La Mano de Dios”.

«No soy partidario del VAR y sí del ojo de halcón porque es rápido, limpio y no doloroso», señaló Jorge Valdano.

Pues, ¿en verdad es necesario ceder ante los comentarios de analistas deportivos que piden a gritos las cámaras en los estadios y prescindir de los errores? Debemos de tener en cuenta que una de las cosas más atractivas del futbol es que el árbitro puede equivocarse, hablar de la polémica después del partido con los amigos, escuchar los programas de televisión.

Como señaló en una rueda de prensa el 7 de febrero el técnico del Tottenham de Inglaterra, Mauricio Pochettino: «con el VAR empujaremos al deporte a una estructura muy rígida, nos fijaremos solo en las acciones más pequeñas y pararemos el juego para castigar a las personas. Hace 20 o 30 años se hacía lo contrario: felicitar al futbolista que había engañado al árbitro.»

Sí, quizá los mexicanos seríamos felices por aquel “No Fue Penal” en Brasil 2014, o el fuera de lugar del delantero argentino Carlos Tevez en el Mundial de Sudáfrica 2010, pero como dice Pochettino, “en el futbol hay que intentar engañar al contrario”.

Y es que no podemos olvidar algo muy importante y sencillo: el futbol es sólo un juego, un deporte, un catalizador de pasiones. Si bien mucha gente señala que el VAR creará una disciplina más justa y objetiva, acabando con los errores y la corrupción -por amaño de partidos- que existe en todas las empresas, organizaciones y personas que lo rodean, todo eso está fuera del campo, lejos de lo que al aficionado le importa.

¿Existe la frustración en alguien que se siente engañado? Sí, pero también existe en el equipo que perdió justamente,  es algo inherente al deporte y la vida. Como dice Juan Villoro, “la fragilidad de la justicia nos divierte y hace que el juego sea impredecible, hace que el futbol sea subjetivo frente a la objetividad tecnológica que vimos desplegada específicamente en la Copa Confederaciones.

Por el lado del árbitro, sería crucificado, evidenciado en cada error, disminuyendo su importancia y restándole presencia, recayendo todo en las manos de la tecnología. Como dijo Pierluigi Collina, considerado el mejor árbitro de la historia, “el futbol no es un juego perfecto. No comprendo por qué se quiere que el árbitro lo sea».

Entonces, ¿por qué meter la tecnología en algo natural? Si el futbol nos hace primitivos, nos trae a lo más básico del ser humano, nos vuelve niños, niños que se preocupan por patear un balón y disfrutar el tiempo sin pensar en el trabajo, las deudas. Tal y como dice Villoro, “el futbol era la forma de entretenimiento más popular del planeta. ¿Necesitaba una «mejoría»? ¿La era virtual provoca que sólo confiemos en lo que sucede en la pantalla?”.

Al final  no importa lo que muchos pensemos, sino lo que la FIFA, sí, esa Federación acusada de corrupción, dice. Y es que el futbol, al igual que sus dirigentes, avanza hacia un infierno donde la felicidad y la emoción serán silenciadas por quince segundos o más, mientras se mira una televisión.

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