Lado B
Remar contra corriente
La limitante para reunir las firmas de apoyo a las candidaturas independientes no sólo tiene que ver con la alta barrera impuesta por los legisladores poblanos, también con la desconfianza y la apatía claramente justificada ante la crisis que enfrenta nuestro sistema político y, en particular, la clase política.
Por Cuauhtémoc Cruz @cuau_cruz
25 de enero, 2018
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Cuauhtémoc Cruz Isidoro

@cuau_cruz

Domingo 21 de enero. Zócalo de la ciudad de Puebla. Me encuentro parado junto a la mesa de recolección de firmas de apoyo para aspirantes a candidatos independientes. Se acerca una señora de unos 50 años con su hijo de unos veintitantos:

-Hola, ¿para qué son las firmas?

-Estamos juntando apoyos para que EC y AN puedan aparecer en la boleta electoral y ser una opción las próximas elecciones.

-¿Y si les firmo qué me dan?

-Pues la oportunidad de que tenga una opción más ciudadana las próximas elecciones.
-¡Ah! Pensé que me regalarían algo, porque los partidos sí regalan por lo menos algo. -Su hijo hace cara de enojo porque les señalo que no tenemos nada que regalar.

-Lo siento, pero justo eso es lo que combatimos.

-Entonces no, gracias.

Ambos retoman su camino y mientras se alejan, suspiro. Me tomo unos segundos para jalar aire nuevamente y seguir invitando a la gente. Esa tarde, 23 personas me extendieron la mano para sumar su firma, pero el camino no ha sido nada fácil.

En Puebla, para lograr una candidatura independiente se necesitan reunir el 3% de la lista nominal, es decir, de todas aquellas personas que tienen credencial de elector, en 30 días. En números más concretos, para aspirar a una candidatura independiente a la gubernatura se necesitan reunir por lo menos 132 mil 552 firmas, mientras que para la alcaldía de Puebla, se requieren 37 mil 786 firmas. ¿Es mucho, es poco? Veamos.

[quote_box_right]La limitante para reunir las firmas de apoyo a las candidaturas independientes no sólo tiene que ver con la alta barrera impuesta por los legisladores poblanos, también con la desconfianza y la apatía claramente justificada ante la crisis que enfrenta nuestro sistema político y, en particular, la clase política.[/quote_box_right]

Tomando sólo el caso de Puebla, si uno desea competir por el Poder Ejecutivo estatal tiene que reunir  al menos 4 mil 419 firmas de manera diaria, casi 184 por hora; mientras que para el Ayuntamiento capitalino se necesitan casi mil 269 firmas diarias, equivalente a 52.5 firmas por hora.

La limitante para reunir dichas firmas no sólo tiene que ver con el tema normativo y la alta barrera impuesta por los legisladores poblanos. Por ejemplo, en la Ciudad de México para competir por la Jefatura de Gobierno se necesita recabar el uno por ciento del listado nominal, equivalente a 74 mil 546 firmas en 4 meses. Es decir, el 56 por ciento de lo que se necesita en Puebla y con un tiempo cuatro veces más grande. Así, para aspirar a ser sucesor de Mancera, se necesitan reunir aproximadamente 622 firmas diarias, equivalente a 26 firmas por hora.

Pero para poder recabar esa firmas no sólo basta con salir a la calle. La otra limitante tiene que ver con la desconfianza y la apatía de las personas, claramente justificada ante la crisis que enfrenta nuestro sistema político y, en particular, la clase política. Los actos de corrupción que han salido a la luz pública en los últimos años sumados a la impunidad que existe, sin duda han minado la credibilidad que puede tener la ciudadanía ante los actores políticos y las instituciones.

En estas dos semanas de apoyo, por cada 20 personas a las que me he dirigido, quizá sólo 2 o 3 aceptan apoyar el proyecto. De las restantes recibimos respuestas como “Ahorita no”, “No me interesa”, “Para qué si nada va a cambiar”, “Todos son lo mismo”, “Seguro son de Margarita” o de plano algunas personas ni voltean a verte.

Para que las candidaturas independientes (las realmente independientes, que no operan con personajes expulsados de los partidos, ni con la estructura electoral tradicional) puedan ser una realidad, es necesario que desde la sociedad civil y la academia se construya una conciencia ciudadana; que se “alfabetice” a las personas en sus derechos y se les empodere; es necesario ir recuperando los espacios públicos para que los ciudadanos nos hagamos participes de la “cosa pública”.

El camino es largo y lleno de obstáculos, pero algo tenemos que hacer para que el diálogo con que inician estas líneas no se repita más. Así sea necesario remar contra corriente.

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Autor Lado B
Cuauhtémoc Cruz
Cuauhtémoc Cruz Isidoro, comunicólogo por la IBERO Puebla y maestrante en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Actualmente es responsable de Comunicación del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría y es Secretario del Capítulo Puebla de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI Puebla). Se ha especializado en derecho a la información. Chiva y blaugrana de corazón.
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