Lado B
Lograr el sueño americano en México
Son mexicanos que crecieron en Estados Unidos y fueron deportados: ahora apuestan por un nuevo comienzo de este lado de la frontera   
Por Samantha Paéz @samantras
17 de septiembre, 2017
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Foto: Ámbar Barrera

Samantha Páez

@samantras

Son como cualquier persona que vive en este país: morenos, de pelo oscuro y sonrisa amplia, son mexicanos y mexicanas, pero también se sienten estadounidenses porque vivieron allá la mayor parte de su vida, allá estudiaron, allá trabajaron y formaron sus familias.

Y aunque su regreso a México fue forzado, a muchos de ellos el gobierno de Estados Unidos los deportó con base en mentiras o por el simple hecho de correr en la calle, y en un inicio les costó acostumbrarse al idioma, ahora están convencidos de que pueden lograr el sueño americano de este lado de la frontera.

Esa es la premisa de la organización New comienzos (Nuevos comienzos), dijo a LADO B su representante, Israel Concha durante una visita a la ciudad de Puebla. Israel, como muchos otros de sus compañeros, fue deportado, pero en vez de hacer todo lo posible por regresar a Estados Unidos decidió iniciar una nueva vida en México.

Tras la cancelación del Programa Acción Diferida para los llegados en la Infancia a Estados Unidos, conocido como DACA por sus siglas en inglés, el 5 de septiembre pasado se espera el retorno de miles de mexicanos.

De acuerdo con la Oficina de Ciudadanía y Servicios Migratorios de Estados Unidos, hay 787 mil 580 personas beneficiarias del DACA. De ellas el 80% es de origen mexicano, por lo cual con la cancelación del programa 622 mil jóvenes nacidos en México pero criados en Estados Unidos (conocidos como Dreamers) podrían ser afectados.

Hay muchas cosas que les cuestan trabajo a las personas binacionales: la mayoría habla poco español, lo que les impide comunicarse con las personas que les rodean.

[quote_box_right]Cuando llegó a México estaba muy temeroso, nunca había viajado en metro y creía que en cualquier esquina lo asaltarían. Con el paso del tiempo se dio cuenta que sí podía hacer una vida aquí, así que su idea es ahorrar dinero junto con su familia que aún vive en Estados Unidos, para que cuando les toque regresar puedan poner un negocio.[/quote_box_right]

Otra cuestión es que no conocen la historia del país, las costumbres o el himno nacional, lo cual no sólo dificulta su integración también a que accedan a un trabajo o educación.

Adriana Sletza, especialista en migración de la BUAP, contó a LADO B que no hay todavía un programa o una preparación para recibir a estudiantes biculturales y binacionales. Lo único concreto que se ha hecho son reformas para la agilización de trámites de revalidación ante la SEP.

New Comienzos es consciente de la situación, por ello ha buscado a la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal y algunas secretarías estatales para que los Dreamers capaciten a los profesores de educación básica en inglés, esto en el marco de la Estrategia Nacional de Inglés.

Incluso Jorge contó que la SEP abrió la convocatoria para 646 nuevos profesores de inglés, para las cuales postularon 350 Dreamers y espera que la mayoría de ellos se quede para tener un trabajo estable y con prestaciones.

Además la organización se ha vinculado con el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) para tener alguna clase de convenio donde los Dreamers enseñen inglés a los promotores y a cambio éstos les den clases de español e historia, además de acreditarlos en inglés.

New Comienzos también ayuda a las personas repatriadas a encontrar trabajo, les dan atención psicológica, médica y orientación para obtener sus papeles, pero sobre todo crean comunidad, un espacio donde las y los binacionales puedan compartir con personas que han pasado por situaciones similares a las de ellos.

Israel dijo que New Comienzos tienen 3 mil voluntarios, que en un inicio fueron beneficiados, la mayoría vive en la ciudad de México. Por eso ahora viajan a otros estados, como Puebla, Guanajuato y Jalisco, donde saben que también hay comunidad migrante con la finalidad de hacer delegaciones.

Foto: Ámbar Barrera

Deportaciones irregulares

Miguel Ángel Pérez Reyna, de 24 años, y Emanuel Hernández, de 34, tienen una historia parecida: los detuvieron sin que cometieran alguna falta y los deportaron.

Miguel Ángel salió de la oficina de su asesor de readaptación social, iba conduciendo hacia su casa cuando un vehículo no oficial le marcó el alto. Los oficiales de inmigración le hicieron creer que eran policías, le dijeron que el vehículo de su madre que era robado, él se dejó esposar porque confiaba en que la situación se aclararía, pero al final lo llevaron a las oficinas migratorias y en menos de un mes lo deportaron.

Emanuel tenía un negocio de comida, un día se le terminó el pan para hamburguesa y salió a comprarlo, los oficiales lo detuvieron por correr en la calle. Después de cuatro meses de pelear e invertir 2 mil dólares en abogados, Emanuel fue deportado.

Cuando Miguel Ángel llegó a México sabía muy poco español y sólo tenía el apoyo de su padre, a quien habían deportado también. Después de tres años en el país ya puede establecer una conversación fluida. Gracias a New Comienzos acreditó el inglés y está a la espera de una respuesta laboral por parte de la empresa en telefonía AT&T. Mientras tanto la hace de barbero en la ciudad de México.

Para Emanuel, quien tiene cinco meses en el país, el panorama aún no se aclara. Vía internet vigila su negocio, de donde recibe un poco dinero de forma mensual, aunque su idea es trasladarlo aquí porque cree que ahora hay más oportunidades que cuando se fue a Estados Unidos.

Foto: Ámbar Barrera

Preparando el terreno

Katya Contreras tuvo que dejar Estados Unidos porque la amenazaron con quitarle a sus tres hijos. Ella vivía en un cuarto pequeño que no tenía salida de emergencia, Servicios Infantiles –que es algo parecido al DIF- le dijo que los menores no podían vivir allí y por eso le quitarían la custodia. Aunque estaba a punto de convertirse en socia de un restaurante decidió regresar a México.

Actualmente Katya tiene un trabajo estable en un call center (atención telefónica) que proporciona el servicio a personas en Estados Unidos. Su hijo de 12 años es estadounidense y decidió estudiar allá, pero Katya sabe que eso podría terminar en cualquier momento porque el padre de su hijo también es mexicano y si lo deportan se quedará sin familia que lo cuide.

Por eso Katya se involucró con New Comienzos, para ir preparando el terreno a gente como su hijo: binacionales que vendrán a México porque su familia ya no puede permanecer en Estados Unidos.

Para Gamaliel Ocote la prioridad es su hijo, cuando lo deportaron tenía la custodia completa del menor y tuvo que dejar un documento notariado para que su madre se pudiera hacer cargo de él.

Cuando llegó a México estaba muy temeroso, nunca había viajado en metro y creía que en cualquier esquina lo asaltarían. Con el paso del tiempo se dio cuenta que sí podía hacer una vida aquí, así que su idea es ahorrar dinero junto con su familia que aún vive en Estados Unidos, para que cuando les toque regresar puedan poner un negocio.

Al igual que Katia forma parte de New Comienzos pensando en el bienestar de su hijo, pensando en que cuando tenga que venir al país se encuentre con una comunidad que lo arrope y con la cual no sea un extranjero.

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Autor Lado B
Samantha Paéz
Soy periodista y activista. Tengo especial interés en los temas de género y libertad de expresión. Dirigí por 3 años el Observatorio de Violencia de Género en Medios de Comunicación (OVIGEM). Formo parte de la Red Puebla de Periodistas. También escribo cuentos de ciencia ficción.
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