Lado B
Elena y las sombras: el stop motion poblano que va por el Ariel
El cortometraje realizado por César Cepeda y su equipo Kraneo Cinema triunfa en festivales y muestras por su realismo y fluidez
Por Ámbar Barrera @astrobruja_
12 de mayo, 2017
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Ámbar Barrera

@Dra_Caos

Elena es una niña que siempre está aburrida, y Félix, su vecino, es un niño ciego que compartirá con ella su forma de percibir el mundo, lo que resultará en experiencias fantásticas.

Ese es el argumento en Elena y las sombras, un cortometraje en stop motion realizado por creativos poblanos con apoyo del Instituto Méxicano de Cinematografía (IMCINE) que cosechó triunfos desde el inicio de su proyección en distintos festivales. En 2016 ganó el Premio al Cortometraje en Línea  del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), este año recibió una Diosa de Plata como mejor cortometraje animado, y está nominado a un Ariel en la misma categoría.

El director del cortometraje, César Cepeda, explicó en entrevista con LADO B que la realización del film duró todo un año con el trabajo en equipo de más de 30 personas, entre artistas, diseñadores gráficos, diseñadores industriales y otros.

Aunque César ya había hecho con el mismo equipo otros stop motion, Elena y las sombras se diferencia por tener un acabado “más cinematográfico”, gracias a su director de fotografía Pablo Bedolla y a su productora, Sandra Guevara, ambos con mucha experiencia en el ámbito de cine.  

Cine hecho a mano

El stop motion es una técnica de animación que simula el movimiento de objetos estáticos mediante la secuencia de fotografías fijas, cada una con una variante mínima que al proyectarse una tras otra recrea un movimiento continuo.

Para Elena y la sombras se realizaron 24 imágenes por segundo, lo que dio un acabado más fluido y realista. En total el cortometraje dura siete minutos, para lo que debieron hacerse más de 10 mil fotografías, aunque la parte más complicada en la realización fue la animación, a la que le dedicaban doce horas diarias después de la filmación.

Todo en el cortometraje está hecho a mano. La maqueta que sirve como escenografía midió 3 metros de largo por dos metros de ancho, tardó seis meses en finalizarse y se hizo con diferentes materiales, lo mismo que los personajes, también llamados puppets. En total se crearon diez de ellos, y aunque cada uno contó con una copia durante todo el rodaje, estaba activo un “hospital de puppets” para repararlos si era necesario.

La hechura de cada personaje fue compleja: desde el cabello natural hasta la ropa miniatura de diseño, incluidos unos gorritos tejidos a mano con un estambre muy delgado. Sin embargo, el personaje más complejo fue un dragón de tres metros hecho con fibra óptica, que vuela sobre el set y cuyo cuerpo parece irradiar luz azul.

Elena y las sombras se ha presentado en Cinequest Film Festival (EU), Animafest (EU), Festival Internacional de Suiza, Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana (Cuba), Festival de Sao Paolo (Brasil), Bogoshots Festival (Colombia) y en el Festival de Animación en Marruecos. Y en México en el marco del Tour de Cine Francés, Shorts México, como parte del programa Cinefilia en el IMACP y en la Cinemateca Luis Buñuel.

No sólo eso. El cortometraje resultó fuente de inspiración para una obra de teatro interdisciplinaria que incluye danza, video y animación creada por La Jauría, un grupo del Complejo Cultural Universitario que espera anunciar pronto una breve temporada.

Por lo pronto, César Cepeda y su equipo –reunidos en un grupo independiente de animación llamado Kraneo Cinema– esperan no sólo confirmar nuevas fechas para la proyección de Elena y las Sombras en la ciudad de Puebla, sino un resultado favorable el 28 de mayo, día de la entrega del Ariel.

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Autor Lado B
Ámbar Barrera
Periodista, comunicóloga, fotógrafa, feminista y amante del arte.
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