El foro «Desafíos y propuestas sobre la nueva  constitucionalidad en México. Una reflexión crítica sobre la Constitución de 1917» fue organizado por  el Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México

Pedro Rendón | Prensa Ibero

@prensaibero

La de 2018 será una elección sin precedentes, pues será la más grande de la historia de México, ya que habrá comicios en 30 estados, más la Presidencia de la República, las Cámaras y el Congreso de la Unión, dijo el Dr. Salvador Nava Gomar, exmagistrado de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

También se caracterizará por el hecho de que más de 45% de quienes integran el padrón electoral “son hijos de la transición democrática”, es decir, personas que “no vivieron en un gobierno que tuvo al mismo partido político por más de 70 años”, destacó el jurista durante la conferencia «Justicia constitucional y democracia», última ponencia del foro «Desafíos y propuestas sobre la nueva constitucionalidad en México. Una reflexión crítica sobre la Constitución de 1917»; realizado en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Por otra parte, Nava reconoció que “el país vive gravísimos momentos: el crimen organizado, Trump, el precio del petróleo, la sentencia de los porkys, la Cámara de Diputados convertida en escondite para un prófugo, el Ejército en la calle, el Presidente diciendo que la crisis está en nuestras cabezas, los Duartes”.

[pull_quote_right]El país vive gravísimos momentos: el crimen organizado, Trump, el precio del petróleo, la sentencia de los porkys, la Cámara de Diputados convertida en escondite para un prófugo, el Ejército en la calle, el Presidente diciendo que la crisis está en nuestras cabezas, los Duartes”[/pull_quote_right]

Y aunque pareciera que no hay espacio para buenas noticias “creo que sí hay una progresión normativa, institucional, orgánica y funcional que hay que celebrar, a 100 años de la venerable Carta de Querétaro (la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos)».

En la mesa moderada por el Dr. Luis Felipe Nava Gomar, académico del Departamento de Derecho de la IBERO, éste mencionó que en la relación entre justicia constitucional y democracia se puede potenciar, limitar y reflexionar sobre los derechos directamente en los tribunales.

“Sin embargo, en la propia evolución del Estado constitucional encontramos otros órganos que también potencian, como tal, derechos. Y que la propia relación que se guarda en estos propios derechos que están en la misma ley fundamental se logra potenciar también con otros órganos que los custodian, que los protegen, que los vigilan. Y que no necesariamente es el juez constitucional, sino que también puede ser un órgano constitucional autónomo”; como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

Y precisamente sobre el INAI, su cotitular, el comisionado Francisco Javier Acuña Llamas, mencionó que éste, como todas las instituciones públicas de México, se abre camino en las brechas del ejercicio concreto de sus competencias y está generando diálogo con otras instituciones al momento de ejercer sus potestades. “Y naturalmente, pues está llegando a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en sus salas, y ya en el pleno, algunas de las controversias que suscitan las actuaciones del INAI”.

“Esto es ante todo la comprobación, la comprobación indiscutible, que está ocurriendo en México algo que es precisamente la examinación por el juez constitucional del ejercicio de potestades en casos concretos. Y eso es precisamente lo que demuestra una democracia constitucional efectiva y sin discusión”.

Sin embargo, el senador panista Roberto Gil Zuarth afirmó que “no toda constitución es democrática, ni toda democracia es un estado constitucional. A veces, insisto, asumimos que ambos términos se implican recíprocamente, y hemos llegado incluso a afirmar que no hay constitución válida si no es democrática. Y a la inversa, que no hay democracia sin un tipo específico de constitución. Pero luego nos damos cuenta que esa es una posición metajurídica”.

Agregó que lo que hacen el INAI, el Tribunal Electoral, la Corte y el Senado, además de ejercer funciones jurídicas que implican la creación de normas, “es interpretar la Constitución. Y la interacción entre estos órganos no son otra cosa que rivalidades sobre el contenido de la Constitución, el sentido que le damos a las normas. Por eso pasan cosas como (que) el INAI interpreta la cláusula de exclusión a la publicidad de los documentos de seguridad nacional de una manera, y la Corte la interpreta de otra manera”.

Para recuperar  “de alguna manera el protagonismo de la Ley”, el senador considera que se debe empezar a reflexionar en torno a cuatro cosas:

1. Entender que los electores eligen representantes cuya capacidad normativa enfrenta fuertes restricciones.
2. Desconstitucionalizar contenidos. No entender a la Constitución como la solución de todos los problemas, como la norma que tiene que albergar todas las definiciones; sino como una norma de principios y de valores que además racionaliza el ejercicio del poder.
3. Reconstruir las causales de improcedencia.
4. Reformular el sistema de fuentes. Saber claramente para qué sirve la ley, que la ley tenga contenidos esenciales definidos en la Constitución. Para empezar a hacer un poco más pacifica la relación entre justicia constitucional y democracia, sobre todo para revitalizar el papel de la ley y del legislador en la definición de los alcances de la Constitución.

En tanto que el Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, José Ramón Cossío Díaz, mencionó: “Que la jurisdicción es hoy más potente que nunca en la historia, potentísima. Que la jurisdicción concentrada y difusa, convencional y constitucional es enorme, sí. Que podemos hacer muchas cosas, sí. Que tenemos una Constitución más allá, insisto, de lo que le sobra o le falte a juicio de cada cual, bastante completa, bastante robusta, bastante llena de detalles, sí, todo esto es así”.