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Las “Juanitas” mexicanas: luchar contra el estereotipo
Las cuotas de género obligan a partidos a cumplir con un 50-50, pero el poder político sigue estando del lado de los hombres
Por Lado B @ladobemx
08 de marzo, 2017
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Las cuotas de género obligan a partidos a cumplir con un 50-50, pero el poder político sigue estando del lado de los hombres

Foto: Wikipedia.

Lilia Saúl | Connectas

@connectasorg

Dirigir una sesión en el pleno de la Cámara de Diputados o del Senado no es cosa de todos los días para las mujeres en México. En 100 años, sólo han tenido esta oportunidad nueve mujeres. Al menos, en la Cámara Baja. Por ese motivo, la senadora Martha Tagle, integrante de la denominada Cámara Alta, no supo si lo que escuchaba era verdad o era broma.

Mientras se acercaba la hora de la sesión especial por la celebración del 8 de marzo del año pasado, Pablo Escudero, senador del Partido Ecologista, consideró que era prudente aclarar que, a pesar de que estaban en una sesión especial por el Día Internacional de la Mujer, no debían tocar otros temas que no fueran los relacionados con ese día. “No vayan a creérsela”.

Esa fue la respuesta que obtuvo el reclamo de la senadora, por considerar que no debía tocarse sólo temas de mujeres. Ella consideraba que debía ser una sesión normal. “No se la vayan a creer de verdad y vayan a meter otros temas”, fue la respuesta de Escudero.

Cortesía de: Martha Tagle, senadora de la República

–Yo hice cara de ¡No puede ser! No debería ser que solo en ocasiones especiales las mujeres presidan el Congreso–, consideró la senadora.

Pero no es solamente en ese día “especial” cuando “ocupan” a las mujeres legisladoras. También pasa cuando hay sesiones solemnes o actos protocolarios.

Y el poco interés que hay en las sesiones dedicadas a tocar temas de la mujer se observa cuando, por arte de magia, comienzan a ocupar las curules o los escaños el personal técnico parlamentario, para evitar que se vean los espacios vacíos, ocupados, solamente por mujeres.

Martha ha tenido que lidiar con eso y más, pues ha sido una de las impulsoras de la paridad de género en la política de México, incluyendo el caso de las “juanitas”.

La culpa la tuvo Juanito

Aunque en México existen las cuotas de género desde 2002, los partidos políticos buscaron la manera de darle la vuelta en los años siguientes. El colmo fue en 2009, cuando el mismo día, 18 diputadas recién electas renunciaron a su cargo y le cedieron su espacio a sus suplentes, todos ellos hombres.

A este fenómeno se le conoció como el de las “juanitas”, inspirado en Rafael Acosta “Juanito”, político que renunció a un cargo de elección popular para cederlo a otra contendiente.

Las “juanitas” fueron consideradas un fenómeno político que debió resolver el Tribunal Electoral, para evitar que otros partidos le siguieran dando la vuelta al cumplimiento de la cuota en materia de género.

“El problema de las juanitas fueron dos. Por un lado, vimos la poca disposición de los partidos políticos para cumplir con la ley y con el espiritu de la misma, para promover a las mujeres y permitir que tuvieran participacion a nivel candidatura, pero el más triste es el de las juanitas mismas. Mujeres que se prestaron a preservar la predominancia de los hombres en las candidaturas, aún en contra de la ley”, explica María Marván Laborde, quien fue consejera electoral del Instituto Federal Electoral en aquél entonces.

Cortesía de: María Marván, ex consejera electoral del Instituto Federal Electoral (IFE)

“Para decirlo de una manera más dramática: Fueron mujeres que sabotearon la propia legislación de cuotas en detrimento de ellas, para conseguir el favor político y a quienes les cedieron este lugar y este espacio para los hombres”, detalló la académica de la UNAM. En 2012 el Tribunal Electoral emitió una sentencia que obligaba a los partidos políticos a otorgarles el 40% de las candidaturas a las mujeres y sus suplentes debían ser del mismo género.

Sin embargo, el problema de la inequidad de género persiste de varias formas. Una de ellas es enviar a las mujeres a competir en distritos electorales que nunca han ganado sus propios partidos políticos.

Diana Martínez, autora del estudio “Análisis y Hallazgos de la dimensión igualdad, inclusión y no discriminación”, publicado por la organización Incide Social A.C. describe la situación en su investigación: “Aún con el cumplimiento numérico de la cuota de género en candidaturas, subsisten prácticas inequitativas para postular a las mujeres en distritos donde tengan mayores posibilidades de ganar”.

En esta investigación, se expone uno de los casos más evidentes: El del Partido Acción Nacional, al que pertenecen los últimos dos ex presidentes de México. En el 50% de las candidaturas, enviaron a las mujeres a contender en distritos electorales donde no tenían posibilidades de triunfo.

Avances numéricos, no políticos

México cuenta por la vía constitucional con la obligatoriedad de cumplir con la paridad de género en un 50% para las candidaturas al Congreso Federal y locales. Y gracias a las últimas reformas, se puede encontrar que ahora hay más mujeres en la Cámara de Diputados y de Senadores. En las elecciones de 2012 llegaron 42 senadoras y en las últimas elecciones de 2015, fueron electas 212 diputadas de 500 espacios, cifra histórica para la política electoral del país.

“En México se ha ido cerrando toda la puerta a la evasión de las cuotas. Tenemos una legislación muy fuerte. El problema no es la legislación, el problema es la forma en la que de cualquier manera los partidos buscan darle la vuelta y reservan sus mejores puestos para hombres”, dice Marván, quien considera que la ley de cuotas sí funciona.

También se han presentado numerosas iniciativas y proyectos de ley de género, pero muchos de ellos se quedan sin ser aprobados por ambas cámaras.

Esto porque a pesar de que numéricamente se han dado avances, las decisiones políticas siguen estando en manos de los hombres.

“Hay temas que se detienen porque en el Senado sucede que la gran mayoría de las iniciativas pasan con el visto bueno de las áreas del Poder Ejecutivo, mismas que tienen que ver con el tema”, reconoce Martha Tagle.

Existen dos casos que sirven de ejemplo para exponer lo dicho por la senadora: No se han aprobado las leyes de violencia política ni de trata de personas. Ambas, vitales para las mujeres.

“Cuando se reparten los puestos dentro de las cámaras, las posiciones de Dirección, Coordinadores, presidentes de comisiones, se vuelven a desequilibrar en la representación de equidad de género”, señala Marván.

Latigazos y violencia de género

“Recibió latigazos por parte de su abuelo materno, por querer participar en la política en Oaxaca”, reza un titular del 25 de enero de este año.

Gabriela Maldonado Rivera presentó una queja ante la Defensoría de los Derechos Humanos en Oaxaca por lo anterior.

“Por usos y costumbres, desafortunadamente tienen en mal lugar a la mujer. Hay lugares donde no se les permite el voto. No participan las mujeres. Si queremos respetar usos y costumbres, no podemos entonces exigir paridad de género. Tenemos que escoger. O queremos paridad de género o queremos usos y costumbres”, explica Marván.

La realidad que enfrentan las mujeres en estados como Oaxaca, Chiapas o Guerrero aún es violenta con relación a sus derechos político-electorales.

“Tenemos muchos municipios en Chiapas y Oaxaca, que hemos aceptado que permanezcan usos y costumbres pero queremos que tengan paridad de género. Pero no se llevan”, detalla Marván.

Haciendo de lado el tema de usos y costumbres, los estigmas, estereotipos y prejuicios también permiten la violencia de género.

Carmen Salinas, diputada federal del Partido Revolucionaria Institucional (PRI) fue criticada por dormirse en su primer día de trabajo y hubo cientos de firmas en una plataforma para solicitar su renuncia. Ante tal linchamiento mediático y en redes sociales, la priísta respondía con sarcasmo a las críticas.

“Me voy a llevar una hamaca para quedarme dormida en la Cámara de diputados”, respondió a sus detractores.

Otras, como Crystal Tovar Aragón, diputada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) prefirió responder con una carta al ser criticada por usar minifalda en las sesiones del Congreso. Tiene 27 años.

La senadora Iris Vianey tuvo que pedir licencia de su cargo cuando se le vinculó a Los Templarios, grupo del crimen organizado en Michoacán.

Y la más reciente: Luis Miranda, secretario de Desarrollo Social, ofendió en una comparecencia a la legisladora Araceli Damián, al responderle que no había estudiado psquiatría para entenderla.

No sólo es permitir la paridad. Es también respeto a las mujeres. Y no tratarlas como “diferentes”. Porque entonces se da un posible paso a la violencia política.

María Marván detalla que por eso, no es suficiente con hacer buenas leyes u otorgar recursos. “Hay que obligar a que los partidos no tengan manera de darle la vuelta. Yo creo que siempre va a tener que estar la autoridad revisándolo. Es impresionante cómo aprendieron a darle la vuelta. Pero ya aprendieron que va en serio”.

[quote_box_left]Publicación original: Connectas[/quote_box_left]

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Autor Lado B
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