Lado B
The Handmaiden, thriller, erotismo y Chan-Wook Park
Tarantino dijo alguna vez: “Simplemente decir que Park sabe cómo hacer un buen thriller es como decir que Miguel Ángel sabe cómo pintar un techo”.
Por Héctor Jesús Cristino Lucas @
26 de enero, 2017
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Héctor Jesús Cristino Lucas

[dropcap]T[/dropcap]arantino dijo alguna vez: “Simplemente decir que Park sabe cómo hacer un buen thriller es como decir que Miguel Ángel sabe cómo pintar un techo”. La crítica lo ama. Se convirtió en uno de los favoritos del cine asiático en muy poco tiempo, y de pronto, como si estuviese destinado a ello, quedó inmortalizado en nuestra cultura occidental como pocos en su clase. Chan-Wook Park es ahora un referente de culto en la industria cinematográfica. Con belleza y distinción sus películas -tan apasionadas como agridulcemente trágicas- han impactado de distintas maneras, y lento pero seguro, se han inscrito en la historia del cine.

Debutó en 1992 con su drama romántico Moon is the Sun´s Dream y rápidamente Corea del Sur se dio cuenta que tenía entre manos una promesa, aunque bueno, la crítica aún se encontraba dudosa. Sin embargo fue hasta la llegada del nuevo siglo, allá por el 2000, que la duda se disipó. Estrenó su tan aclamada JSA: Joint Security Area, una suerte de thriller bélico que, con poderoso trasfondo sociopolítico, nos narra a través de sus personajes la -curiosa e histórica- tensión que se vive en las dos Coreas y el límite geográfico que las divide. La película fue hit del cine asiático, convirtiéndose de hecho en el film más visto de la historia de ese país.

https://youtu.be/7IEl2BVcnnc

Joint Security Area hizo que el cineasta se ganara el aprecio por la crítica surcoreana, pero la crítica occidental -la mezquina crítica occidental- aún esperaba algo más antes de rendirse a sus pies. Y no hubo que esperar demasiado, dos años después, en el 2002 llegó a las salas Sympathy for Mr. Vengeance se estrenó sorprendiendo a propios y extraños. El intenso thriller policial que no sólo elevó la carrera de Park, haciéndose reconocido en otras partes del mundo, sino que también daría inicio a su ya mítica Trilogía de la Venganza. Una trilogía que la crítica contempla como la obra magna del surcoreano y que postreros cineastas usarían como inspiración en el futuro, como el I Saw the Devil de Ji-Woon.

Un año después, en el 2003, estrenaría la continuación de su trilogía. La más aclamada y espectacular que hizo del nombre de Chan Wook Park todo un emblema para el séptimo arte. Que hizo de este surcoreano, por si quedaba alguna duda, respetado en la industria: Oldboy. Basado parcialmente en el manga homónimo de Garon Tsuchiya allá por 1996, la historia de un hombre que toma venganza contra aquel que lo secuestró por 15 años, quedó inmortalizada como uno de los mejores thrillers no sólo del cine asiático sino de todo el cine universal. Ganó incluso el Gran Premio del Jurado -quien representaba el mismo Tarantino entonces- en el Festival de Cannes 2004.

De hecho, esta película la he usado anteriormente en uno de mis tops: 10 intensas películas de encierros/secuestros y obsesión.

En el 2005 llegó Lady Vengeance. Un thriller alucinante que nos cuenta cómo una mujer decide tomar venganza luego de ser acusada del secuestro y muerte de un niño cuando ésta tenía veinte años… cerrando así, su ya famosa y mítica trilogía. Sin embargo, el suspenso no es el único subgénero que Park ha manejado a lo largo de su carrera. En el 2007 nos trajo una comedia romántica… de ciencia ficción: I’m a Cyborg, que terminó sorprendiendo a todos los que amaban la faceta obscura del surcoreano. Y en el 2009, cuando nadie lo esperaba, estrenó Thirst, su primera película de horror enfocada a la temática de los vampiros.

En el 2012, con un reparto que incluía a Nicole Kidman, Matthew Goode y Mia Wasikowska, estrenó su intenso thriller psicológico Stoker. Su debut en tierras americanas que no dejó indiferente a gran parte de la crítica, aunque hubo cierto sector de fanáticos que no terminaron tan convencidos, primordialmente, porque el guión no fue manufacturado por él sino por el actor Wetworth Miller -famoso por su papel en la serie Prison Break– que además de todo, escribió una precuela: Uncle Charlie. Para sorpresa de todos, ésta se ubicó en el quinto lugar de los mejores guiones que aún no habían llegado a pantalla grande.

Por ello no resulta sorprendente que Park incursione en otros géneros para traernos nuevas y exquisitas historias: The Handmaiden, la más reciente de todas ellas fue estrenada el año pasado. Si bien está cinta si cuenta con un guión por el cineasta, se admitió que gran parte de la historia fue influenciada por la novela británica de Sarah Waters: Finger Smith. Razón por la cual en gran parte de la película se mantiene un estilo bastante inglés y hasta gótico, que resulta extraño pero no por eso fascinante en un film asiático. Una vez más nos adentramos en un intenso thriller -ambientado durante la década de 1930 en plena colonización japonesa- bañado de romance y erotismo.

Algo que sorprende de Park es que el desarrollo de sus personajes hace que la historia sea compleja y arrebatadora. La psique de cada uno de sus personajes, desde los trágicos que vimos en la Trilogía de la Venganza hasta los desenvueltos ahora en The Handmaiden, son realmente profundos, apasionados y francamente retorcidos. Esta película obedece sin duda a las reglas del romanticismo más puro, como lo hizo el reciente Crimson Peak de Guillermo Del Toro, y que nos recordará a algunas míticas obras de la literatura universal, como Cumbres Borrascosas de Emily Brontë. Una poética pero diabólica historia de amor bajo el nombre de Park.

The Handmaiden está llena de intriga, y lo que en apariencia es un argumento sencillo, pronto nos daremos cuenta que los personajes esconden terribles secretos que torcerán la trama llevándola a lugares inimaginables. Todo esto debido a la evidente influencia de la literatura inglesa y a cada una de sus características: véase la metaficción, los famosos giros de tuerca y la confusión de identidades que harán que sus personajes sean emocionalmente inestables. No por nada el film es literariamente exquisito. Donde además sus protagonistas femeninas vuelven a poner en lo más alto la ficción gótica con una historia de pasión moral y ética destructiva.

Algo a destacar son las escenas eróticas, muy bien logradas, bellas y sustancialmente necesarias. No rompe con la poesía fílmica en ningún momento sino todo lo contrario, aumentan la intensidad y hacen que la trama gire tierras prohibidas sin necesidad de caer en el morbo barato.

La calidad de imagen es fascinante, y mantiene un nivel artístico desde el comienzo. El vestuario, la arquitectura y los colores obscuros pero extrañamente mágicos son, a su vez, personajes completos y poderosos. El sitio donde se desarrolla gran parte del metraje, por ejemplo, una enorme mansión con detalles orientales e ingleses, es un elemento indispensable y emblemático para este tipo de historias. Nuevamente, los grandes castillos y góticas mansiones -como inaugura El Castillo de Otranto de Horace Walpole- son elementos indispensables en la literatura del romanticismo y ahí están también.

La venganza vuelve a ser un tema recurrente en este film. Sólo que es más sutil, más siniestro e inesperado. El argumento debe ser tratado con respeto, aún cuando todo parezca claro, ya que nada es lo que se aparenta y el surcoreano hace un excelente trabajo otorgándonos sólo la información necesaria. Un recurso fascinante que habita en las profundidades de cientos de obras, como lo hizo alguna vez el británico Henry James con su novela The Turn of the Screw, y ahora Park con este thriller psycho-erótico que aumenta su tensión tras cada minuto. Imposible no caer en el juego retorcido de estos personajes que harían lo que fuere sólo por pasión.

Con maestría es que temas tabú, violentos y escatológicos pueden ser tratados con belleza y pasión a través del ojo de Park. Aún si de vampiros se trata, como en Thirst, o de venganzas psicológicamente gráficas como en Oldboy. En cuanto a The Handmaiden, tópicos como lo son la pornografía literaria, el lesbianismo o vouyerismo nunca habían sido tratados de esta forma. Esta película es un auténtico logro que nos hace recordar por qué el cine del surcoreano es uno de los más interesante en el panorama actual, y que a veces, pasa desapercibido por el público de occidente. Por nada del mundo se debe perder de esta experiencia: Thriller, erotismo y Chan-Wook Park.

Sinopsis:

Corea, década de 1930, durante la colonización japonesa. Una joven, Sookee, es contratada como criada de una rica mujer japonesa, Hideko, que vive recluida en una gran mansión bajo la influencia de un tirano. Sookee guarda un secreto, y con la ayuda de un estafador que se hace pasar por un conde japonés, planea algo para Hideko.

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Héctor Jesús Cristino Lucas
Héctor Jesús Cristino Lucas resulta un individuo poco sofisticado que atreve a llamarse “escritor” de cuentos torcidos y poemas absurdos. Amante de la literatura fantástica y de horror, cuyos maestros imprescindibles siempre han sido para él: Stephen King, Allan Poe, Clive Barker y Lovecraft. Desequilibrado en sus haberes existenciales quien no puede dejar (tras constantes rehabilitaciones) el amor casi parafílico que le tiene al séptimo arte. Alabando principalmente el rocambolesco género del terror en toda su enferma diversidad: gore, zombies, caníbales, vampiros, snuff, slashers y todo lo que falte. A su corta edad ha ido acumulando logros insignificantes como: Primer lugar en el noveno concurso de expresión literaria El joven y la mar, auspiciado por la Secretaría De Marina en el 2009, con su cuento: “Ojos ahogados, las estrellas brillan sobre el mar”. Y autor de los libros: Antología de un loco, tomo I y II publicados el 1° de Julio del 2011 en Acapulco Guerrero. Aún en venta en dicho Estado. Todas sus insanias pueden ser vistas en su sitio web oficial. http://www.lecturaoscura.jimdo.com
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