Lado B
La cumbia del elotero
Los triciclos "tuneados" de Hugo recorren las calles de la ciudad milenaria llevando elotes, esquites y mucha, mucha cumbia
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
31 de enero, 2017
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Foto: Luis Colchado

Foto: Luis Colchado

Aranzazú Ayala

@aranhera

En medio de la noche cholulteca se escucha un sonido. Si uno se queda en silencio empieza a tomar forma: es un zumbido que se acerca. Es una cumbia. Se interrumpe por unas palabras; una voz de hombre anuncia: “¡Somos los originales!”.

El triciclo se detiene a media calle. Desde su negocio un muchacho que no rebasa los 20 años le grita al conductor del triciclo para que se acerque. Son casi las siete de la noche y Víctor lleva ya un par de horas pedaleando cerca del centro de San Pedro Cholula. Su jornada apenas va a la mitad.

Los hermanos Espinoza Colio venden elotes y esquites en una flotilla de triciclos -como de vendedor de tamales- “tuneados” con luces led de colores. Llevan ya 11 años dedicándose al oficio, siempre acompañando su pedaleo nocturno por las calles cholultecas con cumbias, que cada tanto están intervenidas por una voz que los promociona: “Somos los originales: hermanos Espinoza Colio”.

Los cuatro hermanos nacieron en Jalacingo, Veracruz, pero llevan casi toda la vida viviendo en San Pedro Cholula, veinte años ya.

La idea de los leds y la música es de Hugo. Se deja entrevistar en el patio de su casa un día entre semana, sentado en el patio, desde donde cuenta, que después de rebasar la década con el negocio, tiene doce triciclos, cuatro de los cuales se ven al fondo del terreno. En 2006 era él solo con su triciclo y un anuncio en una cartulina que decía “elotes y esquites”, y el precio. Nada más.

Lo de la música se le ocurrió por los anuncios “de los que se lanzan para presidente”. “Digo, como, bueno un presidente lanza sus comerciales, que voten por tal o cual, y pues entonces yo pregunté a uno de esos que andaba con los comerciales, dónde puedo mandar (a hacer) una grabación de esto”, recuerda. Le dijeron que en el quiosco del zócalo de Cholula podía encontrar a quien las grababa. Hugo lo fue a ver y le pidió que le hiciera el comercial: ahí inició la relación con el locutor Rodolfo Amador, la voz oficial que anuncia la llegada de los elotes en bicicleta.

Lo peculiar de los carritos es que llevan equipo de sonido: unas bocinas de las que sólo salen cumbias, pero -presume Hugo- de grupos “de acá”: Los de Akino, Los Telez, Súper T. Y últimamente ya incluye reggaeton, aunque el sello es la cumbia. “Porque ahora sí que eso ya es gusto propio”. Incluso se ha encontrado con algunos integrantes de esos grupos en la calle, y le han dicho que les gusta.

Hugo compra alrededor de 2 mil mazorcas a la semana y los preparan en su casa, en los límites de la cabecera municipal de San Pedro Cholula, a los pies de una de las tantas iglesias de la ciudad milenaria. Su esposa es quien cocina, pero los muchachos que viven con ellos y manejan triciclos son quienes desde las 8 o 9 de la mañana empiezan a limpiar elotes, a quitarles las hojas, lavarlos y cortarlos. Más tarde rallan el queso añejo que ponen en bandejas, ponen en el triciclo la mayonesa, los limones y la salsa que “esa sí”, dice Hugo, “es receta secreta”.

En la casa vive la familia Espinoza Colio –Hugo, su esposa y sus hijos– y algunos de los hombres que ruedan los triciclos, que son de Veracruz, como el propio Hugo, y otros de Oaxaca. Tienen días de descanso y vacaciones, pero en un día normal se empieza a seleccionar y preparar el elote desde temprano, para salir a vender a eso de las cinco de la tarde. Por muy tarde, a las diez de la noche ya están de regreso.

Hugo dice que lo de las canciones también es para ponerle un poquito de ambiente. Y es que la música se escucha a dos o tres cuadras gracias a las bocinas que funcionan con una batería de coche conectadas a un estéreo de un auto, y toca una selección de canciones previamente hecha en discos o memorias USB.

Los triciclos de Hugo recorren las calles de la ciudad milenaria llevando elotes, esquites y mucha, mucha cumbia.

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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