Lado B
SOAW Meet at the border: No hay fronteras que puedan contener el grito de Justicia
Fue el grito de guerra que se quedó atorado en mi cabeza. Las voces que lo entonaban, un grupo de mujeres chicanas que agitaban sus puños al ritmo, esta imagen junto con el calor del desierto y la sensación de mi corazón encogiéndose al ver por primera vez el muro de la frontera de México-EUA
Por Arturo Moh @arturo_moh
25 de octubre, 2016
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Foto: Steve Pavey

Foto: Steve Pavey

Arturo ‘Moh’ Mendez

@Arturo_Moh

Por qué? Por qué?
Por qué nos asesinan?
Si somos la esperanza
de América Latina

[dropcap]F[/dropcap]ue el grito de guerra que se quedó atorado en mi cabeza. Las voces que lo entonaban, un grupo de mujeres chicanas que agitaban sus puños al ritmo, esta imagen junto con el calor del desierto y la sensación de mi corazón encogiéndose al ver por primera vez el muro de la frontera de México-EUA, definitivamente ayudaron a hacer de este canto algo memorable.

Hace un par de semanas -del 7 al 10 de Octubre de 2016- tuve la oportunidad de acudir a el encuentro en la frontera convocado por SOAW (School of the Americas Watch), organización que trata de visibilizar las consecuencias de las política militar de Estados Unidos y cerrar la Escuela de las Américas -actualmente conocida como el Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica (WHINSEC)-, una escuela militar que provee educación en reclutamiento y métodos de tortura a soldados de casi todos los países en América Latina.

La ciudad de Nogales, Sonora/Arizona y Tucson, Arizona fueron el marco para que activistas enfocados en los derechos humanos de toda la América nos reunieramos a hablar de la militarización de la frontera. Desde los datos concretos cómo las 253,000 armas pasan a México o los casi 4000 muertos en la frontera en los últimos 10 años a las historias como la de Don Juan, de ‘Las Águilas del Desierto’, Organización de voluntarios que se dedican a salir al desierto a recoger los cuerpos de los desafortunados que no consiguieron conocer la enorme mentira o ironía del “sueño americano”.

Algunas otras historias recurrentes son las de los días que toma caminar por el desierto, con temor de ser descubierto, o morir de deshidratación o atacado por animales salvajes y/o animales “civilizados”. Me refiero a los civiles que transitan cerca de la frontera literalmente cazando y disparándole a migrantes cómo si fuera  un deporte.

Foto: Steve Pavey

Foto: Steve Pavey

Organizaciones como “No More Deads/No más muertes” se encargan de dejar botes con agua en el desierto para que los viajeros deshidratados sobrevivan. Mismos botes que la Border Patrol se encarga de romper o sobre los que escriben “Poison/Veneno” para, según ellos, desincentivar a la gente que cruza.

Como si esa crueldad solventara al menos una de las políticas militares de Estados Unidos ha impuesto en el resto de América Latina generando problemas sistémicos incluyendo la migración.

Como si los 13,500 millones de dólares que se gastan al año en defender la frontera con México, pudieran ocultar la violencia y la miseria de algunos sectores de todos los países al sur del Río Bravo.

Como si el aumento del 75% en ese presupuesto en los últimos años pudieran detener los desplazamientos por la violencia y la falta de oportunidades.

Y como si pudieran espantar la esperanza de una vida digna con la brutal amenaza de caer en uno de los centros de detención de migrantes, que no son más que cárceles en donde, si no tienes el papel, te encierran sin juicio, sin sentencia, sin voz y sin derechos humanos.

[quote_right]Como si los 13,500 millones de dólares que se gastan al año en defender la frontera con México, pudieran ocultar la violencia y la miseria de algunos sectores de todos los países al sur del Río Bravo.[/quote_right]

Tuvimos la oportunidad de participar junto con School of the Americas Watch, en la organización de un espacio de colaboración para las minorías y gente de color, activistas de Black Lives Matter, de los jornaleros indocumentados, de la Caravana contra la represión en México, de Ayotzinapa, algunos Nativos Americanos, luchadorxs por los derechos LGBTTTI y muchos otros; nos dimos cita para plantear una realidad: todos somos hijos del mismo mal, perseguidos por el mismo poder hegemónico -capitalista, corporativista, machista y bueno, usted que sabe agregué los “istas” necesarios-. La idea es entender que no somos luchas aisladas y que cuando todas las mal llamadas minorías se reúnen SOMOS UNA SÚPER MAYORÍA.

En la próxima entrega intentaré relatar las diversas acciones directas que se tomaron dentro de la protesta. Así cómo de la Caravana en contra de la Represión en México que mandó representantes a hablar de las luchas más representativas y como efectivamente las Fronteras no son más que espejismos para el poder económico.

Foto: Jenna Mac

Foto: Jenna Mac

Es por eso que hacemos uso de la palabra y desde aquí enunciamos fuerte y claro que no existe que ningún ser humano es ilegal, y que el ser indocumentado es una enfermedad inventada por el miedo y la ignorancia y que estamos luchando todos los días para encontrar la cura.

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Autor Lado B
Arturo Moh
Graduado de Mercadotecnia por la Universidad Madero Puebla. Emprendedor Social y muralista. Ha participado en diversos proyectos y movimientos en pro de la democratización de medios de comunicación. Actualmente vive en San Francisco desde donde escribe "De fronteras y otros espejismos", columna política de Estados Unidos y su impacto y relación con los problemas de México.
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