Lado B
Pese a denuncias, Centro de Protección Animal opera en condiciones insalubres
El lugar es administrado por el Ayuntamiento y se ha convertido en un foco de insalubridad, en la colonia Bugambilias
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
23 de octubre, 2016
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Centro de Protección Animal Foto: Cortesía

Centro de Protección Animal
Foto: Cortesía

Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

Los vecinos de la colonia Bugambilias llevan casi año y medio denunciando las malas condiciones de salud, higiene y seguridad del Centro de Protección Animal, ubicado justo en el centro de ésa colonia. Pese a las constantes quejas y propuestas para cambiar la situación de los perros, siguen las mismas condiciones.

El 30 de junio de 2015 los colonos de Bugambilias enviaron una carta al entonces presidente municipal, José Antonio Gali Fayad, quejándose del ruido por ladridos y quejidos proveniente del Centro, además del aseo inadecuado adentro y afuera de donde se guardan los perros.

Vecinos, protectores independientes y ex trabajadores han denunciado sin éxito ante al menos 12 instancias del gobierno municipal el mal olor, la falta de limpieza, el ruido excesivo y el maltrato animal dentro del Centro que forma parte del Departamento de Protección Animal, dependiente de la Dirección de Servicios Públicos.

Ahí empezó un largo camino de denuncias documentadas con fotos de perros comiéndose entre ellos, peleando, con falta de alimento, viviendo entre sus propias heces y orín, e incluso grabaciones del altísimo ruido producido por los ladridos de todos los animales que viven en el Centro. 

Centro de Protección Animal Foto: Cortesía

Centro de Protección Animal
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Martha Paredes, protectora de la Asociación Activa para La Supresión de la Crueldad Innecesaria hacia Los Animales AC Puebla –organización fundada hace 37 años–, dijo en entrevista para Lado B que las condiciones en las que está el Centro son las que se llevan señalando en varias denuncias desde hace más de un año.

Paredes dijo que es necesario “aplicar las medidas que las leyes contemplan como necesarias y obligatorias por Ley  para la operación de un Centro de Control de las Zoonosis como es la creación de el Registro de Animales, hacer un patrón de criadores profesionales que aspiren a una certificación de tipo humanitaria,controlar a los ocasionales también, combatir la venta callejera de animales”. También dijo que es urgente controlar el negocio de la natalidad animal, que genera abusos, maltratos, problemas de salud e insalubridad.

La señorita S., quien por cuestiones de seguridad pidió el anonimato, fue trabajadora del Departamento de Protección Animal del Ayuntamiento durante todo el 2014. Ella era encargada de las adopciones en la Estancia Canina Geovillas del Sur.

“Desde entonces yo me di cuenta que por ejemplo los perros se daban en adopción y no se les daba un seguimiento, puesto que yo era encargada únicamente de las adopciones. Había otra persona que era encargada de los seguimientos pero cuando yo hacía preguntas, nadie me sabía decir dónde estaban los perros.”

Centro de Protección Animal Foto: Cortesía

Centro de Protección Animal
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Hubo perros llevados a la perrera porque sus dueños los utilizaban para peleas, pero nadie sabe si fueron devueltos a las personas irresponsables, porque nadie verifica qué está pasando. Aunque ella también ha presentado denuncias a la Contraloría Municipal, no ha obtenido respuesta.

El señor Jorge Marín, colono de Bugambilias, y uno de los principales denunciantes, tiene muy cerca de su vivienda los problemas de olor y ruido. Los cadáveres de los perros muertos no son guardados correctamente: muchas veces están afuera del centro, así como algunos perros que son agresivos, y parece que las autoridades encargadas no toman en cuenta que este lugar este en el centro de una colonia con escuelas, en plena área residencial.

Las personas inconformes no se han dedicado sólo a denunciar, sino también a ofrecer propuestas. Desde su primer denuncia en la que juntaron más de 50 firmas, los colonos de Bugambilias pidieron se trasladara a los perros a la Estancia de Geovillas del Sur. El 28 de julio se repitió la denuncia dirigida a José Antonio Gali, sin respuesta.

El 9 de noviembre los colonos nuevamente enviaron una carta, esta vez dirigida a Héctor Alonso Granados, quien era asesor del presidente municipal, en la que refieren dos oficios entregados a la Oficialía de Partes con folios 00045 y 00066 que acompañaron con fotos para demostrar la falta de aseo, los animales muertos, los animales sueltos que se agredían entre ellos, el mal olor por la suciedad y la presencia de cadáveres, ademas del impedimento de María Teresa Peral García, encargada del Departamento de Protección Animal, a entrar al lugar para tomar fotos.

Centro de Protección Animal Foto: Cortesía

Centro de Protección Animal
Foto: Cortesía

Los vecinos acudieron también a Protección Contra Riesgos Sanitarios, al Despacho de la Dirección de Medio Ambiente, al presidente auxiliar de San Baltazar Campeche, al encargado de Despacho de la Secretaría de Gobernación Municipal y el 9 de mayo al actual presidente municipal, Luis Banck. Lado B tiene copia de todos los documentos con copia de recibido por cada instancia.

Y pese a todo, la situación de hacinamiento, falta de higiene y maltrato animal no ha sido modificada.

Apenas el viernes pasado, un grupo de representantes de vecinos, ex trabajadores del Departamento de protección animal y protectoras independientes se reunieron con el regidor Iván Galindo.

Con sus omisiones, el Ayuntamiento de Puebla viola los artículos 1834, 1835 y 1838 Bis del Código Reglamentario Municipal (Coremun).

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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