Lado B
El reto de ser independiente en una ciudad que no es accesible
El problema no es tener una discapacidad sino el incumplimiento o inexistencia de leyes incluyentes y la indiferencia de la sociedad
Por Karen De la Torre @
01 de junio, 2016
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Repor

(Cuarta y última parte)

Karen de la Torre

@karelampia

Un taxista se detiene afuera de la Unidad Deportiva, por supuesto luego de ser interceptado. Abre la puerta del copiloto, Yazmín sube y le pide ayuda con su silla de ruedas. Entonces el taxista baja del auto y la guarda en la cajuela, pregunta si lo ha hecho bien.

“Usar el transporte público, en específico, el micro: es ¡imposible!, ¡es imposible! Conozco personas que sí se han atrevido a hacerlo, pero bueno, es mucho desgaste tanto físico y también por el tiempo, porque tú sabes que las personas que suben y bajan de un micro es en cuestión de segundos. Yo creo que me tardaría aproximadamente de 5 a 10 minutos”, dice Yazmín Leyva Huerta, deportista y educadora.

El transporte público encabeza la lista de servicios imposibles de usar con independencia para las personas con discapacidad, a esto le siguen las calles intransitables y enseguida los establecimientos públicos inaccesibles como cines, restaurantes y bancos. 

¿Qué es ser independiente?

“Ahm” dice Yazmín, tomándose su tiempo antes de hablar. Pasan nueve segundos.“Es que hay muchos obstáculos hoy”. Entonces Yazmín voltea y dice que ser independiente para ella es valerse por sí sola. “Y considero que día a día lo hago… yo solvento mis gastos, yo trabajo, dentro de poco tendré una casa propia; ya he estado manejando en un auto. Poderme mover para donde yo quiera, seguir practicando deporte y ser lo más libre que pueda”. Sonríe. “Y ya”. Y vuelve a sonreír.

Por razones políticas, por normas insuficientes, actitudes negativas (estereotipos y prejuicios), prestación insuficiente de servicios, problemas con la prestación de servicios, financiación insuficiente, falta de accesibilidad, falta de consulta y participación, y falta de datos y pruebas, de acuerdo al Informe Mundial sobre la Discapacidad de la Organización Mundial de la Salud, se restringe la participación de las personas con discapacidad en la sociedad, siendo estos mismos rubros los principales obstáculos para su independencia.

Para esto, para la independencia, las personas con discapacidad requieren medidas que aseguren su acceso a todo ámbito, y que además del acceso, las coloquen en posición de igualdad frente al resto de la población.

Convenios internacionales y la misma Constitución, el Programa Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad 2014 – 2018, la ley para las Personas con Discapacidad tanto federal como local, el Código Reglamentario para el Municipio de Puebla y el Manual Técnico de Accesibilidad obligan al país, al estado y al municipio a generar las condiciones de accesibilidad que faciliten el desplazamiento y la participación de las personas con discapacidad, los suficientes como para que la ciudad se viera a estas alturas accesible, o al menos en un término medio.

Letras muertas

Yazmín frecuenta cierto cine en el que hay que subir escalón tras escalón para ver la película. Lo frecuenta pero le incomoda: espera la ayuda de alguien, espectadores, trabajadores del cine, quien sea. Alguien que la cargue y la suba a su asiento. No ha tenido buenas experiencias esperando ayuda de los trabajadores.

De acuerdo con la Ley de protección al consumidor o el Manual Técnico de Accesibilidad para construcciones en el municipio no tendría que ser así.

El Manual precisa cómo evitar estas situaciones, no sólo con infraestructura del tipo auditorio, sino también da indicaciones para cosas tan básicas como banquetas, esquinas, cruceros, estacionamientos, baños públicos, circulaciones, vestidores,  hospedajes, salas de espera, bibliotecas, lavanderías, conjuntos habitacionales, elevadores, entradas, escaleras, mostradores, pisos, puertas, rampas, teléfonos públicos, y restaurantes. Restaurantes.

Omar Otero, Moisés Cerezo, Osvaldo Macías y Yazmín Leyva, a quienes entrevistamos para los videos que ilustran este trabajo coincidieron en algo: para ir a un restaurante, para entrar en él, se requiere una estrategia, pues por descontado está que los establecimientos sigan las indicaciones del Manual Técnico de Accesibilidad sobre los espacios que debería haber entre las sillas y los muebles en atención a sus clientes con algún tipo de discapacidad.

El Código Reglamentario del Municipio (Coremun) de Puebla establece sanciones para el caso del incumplimiento con las especificaciones del Manual, pero no se ha aplicado ninguna (solicitud de información 00030416).

Pero basta con dar un paseo por la ciudad para ver qué tan accesible es y con ello medir el cumplimiento de los textos normativos que pretenden erradicar la discriminación y a segregación de la población con discapacidad.

Políticas de segregación, o bien, la salida fácil

Sí hay autobuses accesibles o adaptados para personas con discapacidad en la ciudad: están las unidades del metrobús y las unidades al servicio de las cinco rutas habilitadas por el Departamento de Personas con Discapacidad del Gobierno del Estado de Puebla, que pasan por hospitales y centros de atención para personas con discapacidad, de lunes a viernes con horarios establecidos: de siete a tres de la tarde, de siete a cuatro, de siete a una y de siete a siete.

Además, aunque no sea posible saber en qué ni cómo, la Federación dio al estado entre el 2014 y 2015, 48 millones de pesos por concepto del Fondo para la Accesibilidad en el Transporte Público para las Personas con Discapacidad.

No se puede saber en qué se gastó ese fondo ni cómo, porque si bien los lineamientos de dicho fondo, son públicos y pueden consultarse, los programas no. Se solicitó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (folio número 600084116) del gobierno federal el detalle de la rendición de cuentas por parte del gobierno de Puebla sobre el gasto de este fondo, y la dependencia remitió a un enlace que deja la duda abierta.

Para el 2016, el presupuesto aprobado para este mismo fondo es de 26 millones 172 mil 205 pesos. Este monto aún no ha sido pagado al estado.

Sí, también hay banquetas con guías podotáctiles, con rampas e incluso hay algunos edificios con placas escritas en sistema braille que dan referencia de monumentos históricos y los nombres de unas cuantas calles. 

Hay rutas bien establecidas para las más de 46 mil 977 personas con discapacidad de la ciudad de Puebla. Y ese es el problema: la accesibilidad, las “políticas de inclusión” sólo se garantizan en unas cuantas calles y en unos cuantos edificios; y eso si es que esas calles y edificios son funcionales, aún quedan pendientes temas como medidas precisas y mantenimiento de obras.

Y la fractura social

Un taxista no da servicio a ninguna persona en silla de ruedas porque “se puede romper mi medallón”, aduce. Mucho menos va a la casa de un cliente con parálisis cerebral que no puede mover su cuerpo porque “yo no soy cargador, yo soy chofer”.

Y anécdotas como esta se multiplican: “Todos los días ando en transporte público, ahí también hay mucho problema porque como la gente con discapacidad no paga pasaje entonces muchos choferes no te suben, de hecho hasta cuando vas a subir cierran la puerta”, explica Moisés Cerezo. Él tiene discapacidad visual.

El sistema del transporte público requiere mejoras inmediatas, lo mismo que la infraestructura de la ciudad, pues ambas, en el tema de la movilidad, son cruciales para que las personas con discapacidad sean independientes. Es en ese vacío en donde la sociedad se vuelve un gran apoyo para facilitar el día a día de las personas con discapacidad.

Los vacíos pueden ser más pronunciados en algunas discapacidades, para ejemplo, la de talla pequeña: no existe absolutamente nada que la visibilice como condición que requiere de adecuaciones en la infraestructura, ni ley que la proteja en contra de la discriminación. Ni el Manual Técnico de Accesibilidad habla de ella.

Calles accesibles ¿para qué?

El Gobierno del estado de Puebla junto con el Gobierno del estado de Jalisco, organizaron el side event “Ciudades y Pueblos Mágicos inteligentes e incluyentes” dentro de las exposiciones del Smart City, Puebla, llevado a cabo en el Centro expositor durante el 16, 17 y 18 de febrero de este año.

Mientras el gobierno de Jalisco presumía a “Tequila, pueblo mágico”, el gobierno de Puebla lanzó un mensaje contundente a través del Director General de Soluciones Tecnológicas, Tony Argelio Rojas Gil: Puebla es incluyente. Con la actualización del portal web de Gobierno y el portal de trámites, se logró la calidad del estándar “WCAG”(Web Content Accessibility Guidelines), que supone ser una maravilla.

En resumidas cuentas, se logró la “Incorporación de 3 trámites 100% digitales que permiten al ciudadano su realización sin la necesidad de presentarse físicamente a algún edificio público: Constancia de No Inhabilitado, Constancia de No adeudo de infracción, Alta a Nómina”. Porque, claro, en la lógica del Estado no importa que las personas con discapacidad no puedan salir de sus casas, siempre que puedan hacer trámites vía Internet.

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1a parte: Puebla no es accesible para personas con discapacidad visual

2a parte: Puebla no es accesible para personas de talla pequeña

3a parte: Puebla no es accesible para personas con discapacidad motriz

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Autor Lado B
Karen De la Torre
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