Lado B
Néstor Vázquez, un púgil de la producción radiofónica y audiovisual en Puebla
Una entrevista con Néstor Vázquez
Por Juan Daniel Flores @
12 de mayo, 2016
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Juan Daniel Flores

JUAN DANIEL FLORES (JDF): Maestro Néstor siendo usted un egresado de Filosofía y Letras de la BUAP ¿Cómo se decanta esa formación universitaria en Letras en lo que actualmente realiza como productor radiofónico, como director de su taller de Literatura y producción audiovisual en la Casa del Escritor?

NÉSTOR VÁZQUEZ (NV): El origen viene de mucho más atrás al vivir la experiencia de ver teatro, y después, de la experiencia de ver cine. Una y otra están ligadas.

En la esquina de mi casa había un cine, uno de mis tíos trabajaba allí y entrábamos libremente. Había películas mexicanas. El monopolio de exhibidores que llevaba las películas era Cotsa (Compañía Operadora de Teatros SA), tenía buenas y malas películas. Mirar las películas en una sala cinematográfica es toda una experiencia, la imagen es enorme, amplia, panorámica, en una sala oscura donde te abstraes, con un sonido que te envuelve. Era un cine sencillo pero para un provinciano como soy, ese era todo un espectáculo.

Luego el teatro. Tuve la experiencia de ver teatro de revista, teatro infantil y la pieza dramática “Diario de un Loco” de Gógol, actuada y dirigida por Carlos Ancíra. Y de aprender en el teatro de revista el lenguaje de doble sentido, la música, las luces, las chicas guapas, en fin.

Foto: Cortesía Néstor Vázquez

Foto: Cortesía Néstor Vázquez

También como algo clave en mi formación a la par de esto, es haber vivido la experiencia radiofónica al lado de mi padre como cantante aficionado de la XEW. Él murió hace siete u ocho años, era compositor e intento colocar parte de su trabajo con algunos grupos de cumbia, grupos tropicales y cantantes de ranchero, conoció a artistas como Humberto Cravioto.

Mi padre me llevo muy chico a los estudios de grabación “Azul y Oro” de la XEW, allí en la Calle de Ayuntamiento, el grupo que lo respaldaba con la propuesta de música folclor era “Los Nopales y Las Verdolagas”

Todo esto se va conjuntando hasta mi llegada al teatro de la preparatoria Benito Juárez donde hacíamos comedia, revista, escribíamos, había un taller de poesía, de guitarra y de folclor.

Posteriormente, en la licenciatura en Filosofía y Letras me inicio en el conocimiento de la literatura de Rulfo y a mirar el cine de una manera más reflexiva. En la licenciatura practique ejercicios audiovisuales para hacer material didáctico, escritura y desarrollo de experimentos donde la imagen, la voz, sonidos, literatura, la música y la palabra se unen y crean en el espectador la sensación de que hay algo poderoso en conjuntar estos elementos.

Después llegue al Teatro Universitario donde conocí a Marco Castillo, Víctor Puebla, Tomás Amaya, Jorge Zago y a otros que hoy están en los cuernos de la luna, como Amancio Orta actual director de La compañía de Teatro del CCU.

Todo eso se conjunta en mi formación en Filosofía y Letras; sin embargo, no encuentro la totalidad de la experiencia y es entonces cuando se me presenta la oportunidad de estudiar en la escuela de la SOGEM en Puebla, con maestros tan importantes como Rubén Torres un escritor que trabajo con José Estrada. Viene gente de Coyoacán a la UAP para hablar de su experiencia como dramaturgos, como directores de teatro, como novelistas, como guionistas, como directores de cine, como cuentistas, la experiencia se enriquece aún más.

JDF: Con las múltiples lecturas que ha tenido de la creación artística donde se relacionan sonidos, imágenes y literatura ¿Cuáles han sido los elementos claves que marcaron de manera influyente su trabajo como creador audiovisual y definen sus ejes temáticos?

NV: Mi introspección personal está marcada por una búsqueda de lo religioso, lo poético, lo melancólico, de la pintura claro oscura.

En el lenguaje poético tengo influencia de la literatura de Fernando Pessoa, Ramón López Velarde, el juego de lenguaje que hace Octavio Paz que a veces también me molesta porque no puedo deshacerme de ese ritmo, de esas imágenes.

En el cine me han marcado directores de los cuales necesito quitarme esa sombra, pero siempre de alguna manera están ahí, me refiero a Andréi Tarkovski y Luis Buñuel. Recuerdo ahora que cuando intente hacer mi examen para el Centro de Capacitación Cinematográfica, uno de los directores que fueron materia del mismo fue precisamente Buñuel.

Luego una tercera influencia clave con respecto a la literatura mexicana posrevolucionaria son Juan Rulfo, Yáñez, Elizondo y Fuentes, entre otros novelistas y cuentistas. De ahí van surgiendo estas atmósferas en las que estoy envuelto y en las que estoy enlazado y también interesado en encontrar otros temas para la creación.

JDF: De estas atmósferas y trabajos en los que ha participado ¿cuáles han sido las realizaciones que le han dado mayor satisfacción, y en cuáles de estos trabajos en lo colectivo se ha sentido más a gusto?

NV: Hubo un trabajo muy importante para mí en el Teatro Universitario como actor. Descubriéndome yo mismo en esas teorías teatrales, siendo otro.

Un personaje, un hombre uno u otro, después siendo una muñeca de trapo, después siendo un personaje, un alacrán jugando con su cuerpo que interactúa con el público, o también siendo un personaje como Adela de la Casa de Bernarda de Álba, sino siendo el ser que sufre un amor o una pasión y que después se suicida.

Posteriormente continúo ya como escritor y tengo la oportunidad de escribir una radionovela llamada “Eloisa”, donde hay un personaje que quiere ser escritor y está enamorado de una mujer millonaria, guapa, joven pero venida a menos por extrañas circunstancias, y esas extrañas circunstancias están circunscritas en un género muy socorrido que es el melodrama. Al final esta mujer encuentra la armonía después del trayecto de ciento dos capítulos.

¿Qué encontré en esta experiencia radiofónica? Encontré que actores de nivel profesional como Julio Alemán, Arcelia Ramírez, Fernando Rubio, gente que trabajo en cine leían los textos que yo escribía y decían “muy bien”, pero también había textos en los que decían “esto no sirve”. Es decir fue un verdadero examen, una prueba de fuego donde mi escritura alcanzaba a salir por medio de la voz de los actores o era desechada porque no tenía nada que ver.

Entonces los personajes iban madurando y encontrabas el lenguaje adecuado para crear esa realidad dramática donde una mujer entra en espacios mágicos, pero también la realidad la rebasa y al final de cuentas se funden la realidad y el espacio mágico y llega la armonía.

Foto: Cortesía Néstor Vázquez

Foto: Cortesía Néstor Vázquez

Parte de estos hallazgos en mi escritura es lo que está dentro de la literatura misma y es lo que trato de concretar en lo que escribo en algunos guiones de cine, en algunos argumentos dramatúrgicos etc.

Este ejercicio ha durado al menos 15 años, mi mujer y yo hemos visto todas las películas de Juan Rulfo, ella siempre está a mi lado, ambos leímos todos los textos en relación a “Pedro Páramo”, obras cinematográficas basadas en textos de Juan Rulfo, pintura basada en textos de Rulfo, escritores influenciados en su atmósfera y lenguaje, el cine del otro lado del mundo influenciado también por él. Todo lo radiofónico que yo viví en mi infancia acerca de los cuentos infantiles, las radionovelas que escuche y por supuesto los cuentos famosos como “El llano en llamas”, por supuesto.

Todo esto va conformando algo donde uno se va a hallando y por supuesto también se va perdiendo. Uno se pierde para hallarse en eso que de pronto se ve en un muro que es la fusión de mi voz o de otra voz, de un texto o de una imagen que adquiere movimiento por la voz, y de la voz que adquiere tridimensionalidad por la imagen.

 

JDF: Una de las pretensiones de “De qué lado masca la iguana”, es poder establecer una discusión acerca de como el quehacer artístico cultural se vincula a las problemáticas sociales. En este contexto, en su programa “Palabra nocturna” que se trasmite por Radio BUAP, ¿Usted cree que se de esa vinculación con los fenómenos sociales actuales o es sólo un trabajo más íntimo con el que se encuentra por casualidad el radioaudiente?

NV: Son las dos cosas, partimos de la imagen primaria. En el origen el que contaba una historia dentro de la cueva ocupaba una posición social y se rodeaba de los demás, pero si no estaban los demás él no existía. Y si el que estaba contando la historia a los que estaban a su alrededor no incluía en su historia algo que involucrara a esos que escuchaban tampoco tenía sentido.

Todos ellos estaban rodeados por una naturaleza hostil, es decir caían los rayos, estaba la tormenta, había una fogata. Imaginemos las llamas provocaban sombras en los muros, cuchicheaban, se oían los grillos las cigarras, todo eso lo estoy retomando.

¿Y que se cuenta en “Palabra nocturna”? No una historia personal, sino una experiencia literaria que te ha seducido, que te ha penetrado, algo mágico que te toco, que te lleno y que ahora lo reproduces.

En “Palabra nocturna” se habla de esa parte mágica, poética pero también de lo social, de como el hombre sufre por algo tan simple como un concepto que no alcanza a comprender, por ejemplo, el amor, el odio, lo brujeríl o la hechicería, el aferrarse a una mujer que a su vez se aferra a la juventud, como es el caso de “Aura” de Carlos Fuentes.

Igualmente he abordado casos concretos como el del poeta que murió en Cholula que dicen murió de locura, de frio, pero ésta considerado un loco. O también puedo contar el relato de un hombre sencillo que está sentado y su perro al lado acompañándolo, o abordar la historia de un hombre que mira el televisor mientras su mujer descansa, la calma alrededor. Al final de cuentas es el hombre sufriendo y gozando.

Pero en estas lecturas en “Palabra nocturna” no hay nada que perturbe, es una felicidad momentánea que a veces no se alcanza por cosas de política, cosas de corrupción.

 

JDF: En su experiencia radiofónica al trabajar proyectos independientes, culturales o institucionales ¿cree que las radios culturales, comunitarias, independientes o universitarias ya estén contaminadas por el ruido que existe en muchas de las radios comerciales?

NV: Voy a decirlo claro, hay mucha censura. Por ejemplo: cuando se presenta un proyecto radiofónico o un guión de cine y hay posibilidad de realizarlo con determinado tema y personajes, y tú propones cosas que a ti te interesan por tu propio contexto o experiencia, te comienzan a decir “esto se puede, esto no se puede” porque la empresa o la institución tiene una línea, lo cual es respetable, y bueno uno tiene la decisión de decir no le entro o hasta aquí la dejo.

Creo que esto también pasa en las radios comunitarias por la limitada experiencia profesional de los que la hacen, los recursos económicos, tiempo de producción y tiempo en cualquier producción es dinero.

El problema en ese tipo de radios es que no hacen creativo lo que les corresponde. No buscan la creatividad.

Foto: Cortesía Néstor Vázquez

Foto: Cortesía Néstor Vázquez

Ejemplo: si estoy haciendo un programa acerca de derechos humanos y sólo agarro el micrófono y digo: “Son importantes mis derechos según el artículo tal o cual etc.” pero no le doy énfasis, no uso los recursos que me puede proporcionar la dramaturgia o la actuación para motivar y sensibilizar a quien me vaya a escuchar, no hay creatividad.

Otro ejemplo: Es muy fácil invitar a las personas y decirles por medio de una cartelera “vayan a este evento, vayan y vean esta pintura, vayan a la obra de teatro y vayan a determinada exposición…”, pero que tal si mejor proponemos un formato interesante que seduzca a quien invitamos y decimos: “En esta obra de teatro usted va a experimentar la ira, el amor, la pasión, va a mirar como este hombre engaña a esta mujer y como la mujer engaña al hombre, es más, decir “vamos” “yo lo estoy invitando porque esto vale la pena y voy a estar ahí. Mañana vamos a hablar de esto en el programa y usted me dice que le pareció”

En la radio comunitaria, cultural o universitaria todo esto se puede hacer con tiempo, con recursos. Muchas veces el tiempo esta, los recursos también pero hace falta el elegido, el idóneo para hacerlo.

Para enfrentar todo esto hay que prepararse continuamente con cursos de edición, software, dicción, pronunciación de la palabra de diferentes formas, velocidades, tonos y volúmenes.

También es entender que no todo lo que ofrece la Ciudad de México es de gran moda, o va necesariamente en la línea que se plantea mundial o globalmente. Cuando tu escribes desde tu lugar, desde tu espacio, ese espacio alcanza a ser globalizado, por ejemplo, la Florencia de Dante, el espacio donde Shakespeare escribió, o de Cervantes o de Sor Juana, esos espacios provincianos están hoy como centros de cultura importantísimos, es lo que les falta a las radios de cualquier tinte cultural o universitario, proyectar ese microcosmos a la universalidad.

JDF: En su taller de La Casa del Escritor “Literatura y producción audiovisual” dígame ¿cómo alternar las ideas de cada asistente con la palabra, el texto y la imagen que es parte de lo objetivamente técnico dentro del taller?

NV: Todo parte de una idea general. Esta idea nos la proporciona el texto hablado o escrito, esto va generando la imagen, una atmósfera, una sonoridad. El texto nos dirá la velocidad con que se dice, los espacios, nos marca un tiempo, el trabajo de equipo, por supuesto la participación del compañero tallerista de acuerdo también a su interés. Intercambiar puntos de vista, proponer también los recursos técnicos.

Dependemos de lo tecnológico. Si tenemos una mejor cámara, una mejor grabadora, el trabajo sube de categoría. Si tenemos una maquina con mejor software para editar el trabajo este será de mayor calidad, si la música la hacemos eso hace un trabajo más personal.

Simplemente la experiencia de realizar un trabajo audiovisual propio ya es toda una ganancia.

El taller es lúdico, jugar con cada uno de los elementos, jugar y aprender a la vez, así aprendimos a hablar y a caminar. Regresar al origen de cuando fuimos niños. La palabra, jugar con las palabras. Si no juegas con la imagen, con la fotografía, con el video, con la misma grabación de tu voz quedas insatisfecho siempre. Es un trabajo lúdico donde exponemos cerebro, tiempo, corazón, dinero.

Llegan al taller maestros de literatura, historiadores, comunicólogos, estudiantes de prepa, periodistas etc.

Es un taller abierto. Lo único que pido es disposición, voluntad para estar ahí. Apertura para hablar de todos los temas, sin tabús para escuchar música de toda, toda la música sirve. La música nos sirve para crear el carácter de un personaje, es importantísima.

Quien entra al taller y quiera profundizar tenemos los elementos: archivos musicales, radiofónicos, cinematográficos para el que quiera alcanzar un plus.

Es un juego serio donde el que no sabe jugar se aburre y el que sabe jugar pues se divierte en el taller.

 

JDF: Por último maestro, pienso que un persona que ha estado en un ring de box, como usted en su juventud, y llega a ser campeón en su momento, sabe y aprende a medir a las personas, a saber observarlas, la velocidad de un golpe, a saber pararse, incluso a ser obstinado, ¿existe alguna relación entre esa práctica del boxeo y sus posteriores trabajos como director, en la radio, como escritor, como actor? Me viene a la mente el filosofo Lévinas ¿Qué elementos persisten de ese trabajo físico de estar cara a cara con el otro?

NV: Es una constate. Aceptas un reto, pero para eso, tienes que tener condición como en el boxeo, que tu mente y tu cuerpo estén en condiciones al cien por ciento. Cuando practicaba el boxeo era lo mismo, te preparabas, te levantabas temprano, desayunabas, ibas al gimnasio, a nadar, todo con miras a prepararte para el reto.

Si no tenias condición ibas directamente al fracaso.

Aceptar un reto es exponerte tu mismo, vencer tu abulia, tu cobardía, muchos no hemos hecho cosas grandes porque nos da temor, nos entra la pereza o somos cobardes al intentarlo.

Es padre esta analogía porque si tu trabajo final en lo cultural, artístico o en este caso en lo audiovisual, seduce al espectador o al radio escucha, lograste hacer un buen boxeo, lograste técnicamente utilizar todos tus medios y la victoria es tuya, lo contrario se traduce en derrota.

Cuando tu subes al ring, te mueves, ves a tu contrincante, buscas que no te golpee, tu buscas golpearlo, la gente te mira, al bajar la gente te da una palmada en la espalda, o los niños corren a saludarte, a tocarte, y ese boxeo que puede ser una obra de arte al final resplandece; hay trabajos que definitivamente están por los suelos, la gente pasa y ahí se queda, por que no tenían la preparación física ni mental.

Siempre en todos mis trabajos busco penetrar hasta donde se pueda lograr con mis posibilidades intelectuales, emotivas y económicas, busco el mejor producto.

Cuando adaptas un texto, es un trabajo de investigación e introspección, lo lees, lo rescribes, lo vuelves a rescribir, lo relees, lo grabas, lo regrabas; es decir, vas izquierda, izquierda, izquierda, en el boxeo era la izquierda, preparas tu derecha, te desplazas a tu izquierda, te desplazas a tu derecha esquivas un golpe; de pronto tú crees que tienes las ventajas para ganar, que tienes todo para hacer una buena pelea y de pronto te surge un golpe que te noquea, te tira y tu proyecto se perdió.

Pero también hay que estar preparado para eso, para levantarse y volver a comenzar otra vez.

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Autor Lado B
Juan Daniel Flores
Egresado de la BUAP-ITESM, estudiante de sociología, produzco las cápsulas radiofónicas "Espiral Urbana" para Radio BUAP, colaboro con LADO B con entrevistas socioculturales "¿De que lado masca la Iguana?", colaboro con la columna de opinión "Espiral Urbana" para Los Periodistas y soy creador de "Criticas Vitales" Cine, Literacidad y Sociología para espacios culturales y escolares.
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