Esta serie de fotografías recrea la violencia de género, un problema al que se enfrentan diariamente miles de mujeres y niñas en el mundo, y que no se define bajo una cultura o país específico, o a un grupo particular. Es un acontecimiento global y a veces silencioso, que se desarrolla -en la mayoría de los casos- en la intimidad.
Esto no es juego se desarrolla a partir de esos espacios íntimos, creando escenarios lúdicos y coloridos que a primera vista parecen atractivos, pero que cuentan una realidad triste y violenta. Desde muy pequeñas la mayoría de las mujeres juegan con muñecas y a través de ellas se desarrollan modelos de imitación. El mundo del juego, específicamente el simbólico, es una anticipación al mundo que nos rodea y nos prepara para cumplir con ciertos roles: hija, madre, esposa, maestra, doctora, etc.
En ese sentido, estas fotografías funcionan como espejo social, son la representación de una realidad en la que el derecho a la mujer a vivir sin violencia sigue siendo una utopía. Una realidad que muchas veces no se denuncia ni se manifiesta fuera de las cuatro paredes donde habita. Hacen visible a las mujeres y niñas violentadas y ponen en envidencia la desigualdad y vulnerabilidad a la que están expuestas diariamente.
La violencia contra la mujer y la niñez no puede ser un juego de poder donde gana el silencio y el terror, es un problema social y mundial que sigue afectando la estructura de las actuales generaciones, con consecuencias graves para la salud física, sexual, y psicológica para mujeres y niñas.
(Esta serie es un proyecto que sigue en construcción)