Lado B
Lux and Green: arte y catársis ante la violencia contra las mujeres
Se trata de una exposición de foto, ilustración y video danza que conecta las historias que sus autoras vivieron con sus ex parejas y su proceso para sanar
Por Ámbar Barrera @astrobruja_
13 de abril, 2016
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Ámbar Barrera

@Dra_Caos

–Somos privilegiadas porque estamos vivas. Por desgracia es así como están las cosas en la ciudad y en el país –dice Fusha, artista poblana que vivió violencia física por parte de su ex pareja al igual que Lucía Serrano, también artista y con quien expone desde el 7 de abril Lux and Green en ZonAutónoma (4 poniente 103, Puebla).

Lux and Green son los nombres de ficción de Lucía y Fusha en un relato corto que un amigo en común escribió al conocer su obra y sus historias. El relato las describe como hermanas de guerra y también funciona como el texto curatorial de la exposición que consta de 11 ilustraciones collage, 11 fotografías, un video danza y una instalación.

Todas las series corresponden a una denuncia contra la violencia de género, violencia que cada una de las artistas vivió hace menos de un año con sus respectivas ex parejas sentimentales. Sus historias sucedieron casi al mismo tiempo y al conocerse, Lucía y Fusha decidieron hacer una exposición colectiva a manera de denuncia a través del arte.

Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

–Al final de cuentas si denunciamos ante las autoridades no se hace nunca nada, entonces qué mejor que a través del arte comunicar, denunciar, y que la gente nos escuche, que sientan y que las mujeres que esté pasando por eso, de alguna manera les ayude –dice Fusha.

Lux and Green presenta el trabajo que cada artista realizó por separado durante y al finalizar la relación de violencia que vivieron. En el caso de Lucía se trata de 11 ilustraciones e intervención de ilustración en fotografía, y en el caso de Fusha es una serie de 11 fotografías y un video danza.

Resaca (Lucía Serrano)

Las 11 piezas de Resaca son autorretratos donde se representa a sí misma como un ave. Fueron trabajadas por Lucía mientras sufría violencia dentro de su relación e hizo cada pieza sin pensar en hacer una serie o en exponer, sino simplemente como catarsis, porque no quería decirle a nadie pues sabía que la juzgarían.

Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

La relación duró 7 meses y a partir del tercer mes fue que comenzó la violencia física y psicológica.

Lucía cayó en depresión y comenzó a crear esa serie. Los golpes aumentaron, también hubo agresión sexual y su familia lo supo por las marcas que dejaba. Finalmente él fue quien terminó la relación, alegando que estaba harto de su depresión.

–Le rogué, estuve muy mal –cuenta Lucía–. Tuve una codependencia muy fuerte. Estuve 2 meses en cama, medicada, y fue entonces cuando pedí ayuda. Poco a poco comencé un proceso que no ha terminado. Llevó 5 meses y me siento bien, todavía duele pero no como antes.

Lucía expuso su serie en Alegoría justo antes de hacer un viaje en el que se ausentaría dos meses.

–Fue una noche de estrés total. Ese día llegó mi familia, llegaron amigos de él y ya me estaba arrepintiendo. Inauguré y rompí en llanto, nadie sabía por qué hasta que vieron las piezas.

Poco después Lucia escribió un post en Facebook sobre la violencia de género y Fusha le comentó a manera de debate. Cuando Lucía volvió de su viaje se reunió con Fusha y decidieron trabajar juntas.

Conato / Enhebrando (Fusha)

Fusha realizó la serie de fotografías de Conato de forma posterior a haber sufrido violencia de pareja. Ella también lo hizo como una catarsis y no imaginó que terminaría extendiendo la serie o unida al trabajo de Lucía para exponerse.

Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

Conato, que refleja la idea de la asfixia dentro de la relación, se extendió cuando Fusha desarrolló la videodanza Enhebrar junto a Samantha Espinoza, quien conectó con la idea de sus fotografías.

–Se llama Conato porque quiero que sea parte de algo que sucede pero que no termina. No sabemos qué fue de esa mujer de las fotos y la idea de conectarlo con la videodanza es para que entres a la psique de esa mujer.

La relación violenta de Fusha duró 8 meses. Su novio la orilló a alejarse de su familia y amigos para estar sólo con él.

–Pasaron muchas cosas. Una cachetada, un empujón, moretones… lo dejas pasar. Y el día que culminó todo, terminé en el hospital por una golpiza. Me abrió el labio y casi me rompe la nariz.

Estando en el hospital su familia y amigos se enteraron de todo y la llevaron a denunciar, ella en realidad sólo podía sentirse en shock, y aunque fue a levantar la denuncia, así salida del hospital y golpeada, no pudo realizarla por no llevar IFE.

Al no tener resultado con la denuncia, decidió alejarse por completo del sujeto, mudarse y cambiarse de trabajo. Además, estaba herida emocionalmente. Buscando curarse realizó la serie de Conato. Vivió algunos meses de terapia y de miedo por andar sola en la calle, ya que su ex la buscó insistentemente durante algún tiempo.

–Es algo que, como dice Lucía, va a ir sanando pero no es fácil… porque no están en la cárcel, porque están ahí afuera y como la ley no nos responde, hacemos esto. La cosa es no quedarse calladas.

Lux and Green

Cuando Lucía y Fusha comenzaron a trabajar juntas, conectaron mucho con la idea de Enhebrar, basada en la idea del hilo rojo del destino, una leyenda japonesa sobre el estar conectado a tu alma gemela a través de un hilo rojo invisible, y que ellas han interpretado como una forma de representar la idea de amor romántico donde la sociedad enseña que existen algunas obligaciones sobre el tener una pareja, salir a buscarla y estar atados a alguien en vez de ser independientes.

Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

–Decidimos hacer una invitación a que entiendan que el amor es hacia uno mismo y que este tipo de cosas con la violencia suceden porque no hay amor ni respeto –explica Fusha.

Ambas artistas ahora tienen el tatuaje de un hilo rojo que rodea su propio brazo, un círculo, que dicta que el amor es hacia uno mismo y no se aleja ni depende de alguien más, alguien que hay que buscar.

Este hilo rojo finalmente sí cruzó sus historias aunque de diferente manera a la leyenda, enhebrando sus propias historias.

En el montaje de Lux and Green un hijo rojo une cada pieza y cada parte de la exposición, además de hacer una telaraña a manera de instalación y de metáfora de lo engañoso que puede ser el mito del amor romántico.

–Con esta ola de feminicidios, la gente dice ‘pues no eres la única’. Pero no se trata de eso. Sí somos privilegiadas porque estamos vivas y no es como si nosotros tengamos la verdad sobre cómo se vive la violencia y nuestro arte va a decirte qué hacer, pero sí creemos que el arte puede cambiar nuestro mundo propio y personas que conecten con esto pueden cambiar su mundo también.

Ocultar las denuncias de violencia desde el gobierno municipal

Desde el IMACP invitaron a Lucía y Fusha a presentar su trabajo para exponerlas como parte de su programa contra la violencia de género, sin embargo, cuando presentaron sus carpetas la respuesta institucional fue que “eran imágenes muy fuertes y tendrían que cambiar algunas cosas y también algunas palabras”.

Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

–No es nada fuerte, en verdad –dice Fusha.

–Esto no es ni el 2% de lo que la mujer vive –concuerda enérgicamente Lucía–, considero eso una gran cobardía por parte de los del IMACP. Es tapar ese tipo de situaciones y ese tipo de delincuentes. Eso que hacen de no dejarnos exponer y hacer una denuncia pública a través del arte, es apoyar a ese tipo de gente, contribuir a la violencia.

Finalmente Lux and Green se expone y expondrá en espacios independientes. El mes pasado se inauguró en Café Mamut (y sigue montada), y hasta el 30 de abril estará en ZonAutónoma. Posteriormente esperan presentarla también en Nexus y en la Universidad Iberoamericana.

–En cada lugar será una catarsis diferente, dolerá menos la herida y sanará –concluye Fusha.

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Autor Lado B
Ámbar Barrera
Periodista, comunicóloga, fotógrafa, feminista y amante del arte.
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