Mtra. Daniela Ramos Jiménez

[dropcap]L[/dropcap]a leche de vaca y sus derivados han sido consumidos por el ser humano desde épocas muy remotas, debido a sus propiedades nutrimentales ya que contiene hidratos de carbono, grasas, proteínas y es buena fuente de calcio además de sus usos en la industria culinaria desde la preparación de una sopa hasta la repostería, sin embargo hoy en día ha obtenido mala fama y muchas personas han optado por cambiar su consumo de leche de vaca por una leche vegetal (soya, almendra, coco, etc) sin embargo no todo lo que brilla es oro.

En los últimos años la leche de vaca ha perdido terreno en el mercado debido a que la han asociado a enfermedades como colitis, presencia de gases, diarreas, intolerancias entre otras, y aunque todo esto se puede controlar simplemente cambiando con la característica de la leche, es decir si te genera diarrea probablemente es una intolerancia a la lactosa por lo que la leche que se debe consumir es una de tipo deslactosada, también se ha dicho que las personas no debe tomar leche debido a que el organismo no está diseñado para digerirla, aunque esto no es correcto debido a que el cuerpo la digiere de manera adecuada, además es una de las principales fuentes de calcio necesarios para el correcto funcionamiento de los huesos, dientes e inclusive los músculos.

Sin embargo si la persona decide cambiar el origen de la leche que toma, entonces antes de hacerlo se debe hacer con información y no solo por moda, ya que por ejemplo, se ha demostrado que el contenido de flavonoides de la soya, ayuda en los efectos de la menopausia en las mujeres, al saberse esta información, las mujeres comenzaron a consumir productos hechos a base de soya y la leche de soya no fue la excepción, sin embargo un punto importante a tomar en cuenta es que para obtener estos beneficios se necesitan una cantidad importante de flavonoides por lo que se necesitaran consumir kilos de soya para obtener estos beneficios, kilos que obviamente en una taza de 250 ml de leche no obtenemos, aunados al hecho que en algunas marcas de leche de soya el contenido de hidratos de carbono es sumamente alto ya que mientras que la leche de vaca aporta 12 g la leche de soya de algunas marcas posee hasta 30 g.

Otras de las opciones que tenemos es la leche de almendras o de coco, donde la primera al ser de una oleaginosa contiene proteínas y grasas buenas como los omegas como 3, 6 y 9. Sin embargo se ha mencionado como un alimento con un mayor contenido de calcio sin embargo al hacer la comparación por tablas de composición nutrimental nos damos cuenta que por cada 100 ml de leche de almendras nos aporta 197 mg mientas que la leche de vaca aporta 912 mg (tablas de composición nutricional de alimentos USDA), con respecto a la leche de coco se le han atribuido muchos beneficios entre los cuales resaltan los antioxidantes y los tipos de ácidos grasos sin embargo la leche de coco es rica en grasas saturadas ya que por cada 100 ml de leche aporta 21.1 g en comparación de la leche de vaca que aporta 16.7 g, y en el caso del calcio la diferencia es importante ya que la leche de coco aporta sólo 16 mg. Por lo que una vez más se demuestra la importancia de la lectura de etiquetas de manera que se busca que se hagan compras conscientes e informadas y no solo por moda.

Además queda claro que realmente la leche de vaca nos aporta muy buena cantidad de nutrimentos y a final de cuentas como todo en la vida, todo lo que debemos hacer es evitar el exceso, comer un poco de todo pero sobre todo aprender a comer, debido a que también si consumimos grandes cantidades de leche el exceso de calcio se acumulan a nivel de riñón formando lo que se conoce generalmente como cálculos o piedras que son más difíciles de tratar.

Por lo que el consumo de alimentos debe ser medido, no satanizar algunos alimentos y a otros mencionarlos como alimentos ideales, cada uno tiene sus ventajas y desventajas, “No todo lo que brilla es oro”.

Los productos lácteos son alimentos necesarios dentro de nuestra dieta ya que son muy buenas fuentes de proteínas de alto valor biológico, sin embargo, si la persona decide dejar de consumirlos también es una decisión válida, pero lo importante es hacer dichas decisiones con base en información y no por moda. Donde la lectura de etiquetas nuevamente se convierte en nuestra mejor arma que nos permite elegir de manera consciente lo que estamos consumiendo para siempre consumir lo mejor para cada una de las personas, lo importante como siempre es “Aprender a comer, para estar bien”.

[quote_box_right]

La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com

Sus comentarios son bienvenidos

[/quote_box_right]