Héctor Jesús Cristino Lucas

[dropcap]L[/dropcap]a fiebre de los superhéroes merodea la pantalla grande y los fanáticos, aunque no del todo satisfechos, aceptan cualquier cosa que se les ponga enfrente, basta que tenga una capa o vuele. Sólo basta recordar algunas de las cintas más esperadas este año para entenderlo, desde Captain America: Civil War o Batman vs Superman, por ende, y porque tal vez muchos de los que no han leído siquiera un solo cómic en su vida, necesitaban un suspiro, uno singular. Y según el propio Ryan Reynolds, este se encuentra dentro de su nueva película. Película que está alcanzando un nivel de éxito más allá de lo esperado, aún para la propia Marvel.

Aceptémoslo, el éxito de Deadpool fue inminente, pero muy pocos saben por qué. El director, Tim Miller, ha intentado responder a esto, y no se debe con exactitud a que se trate de una excelsa adaptación a cómic, o que sea una comedia ácida, como jamás se ha visto en una película de esta clase (exceptuando a Super tal vez), o a la famosa ruptura de la cuarta pared de la que tanto se ha hablado. En realidad es mucho más sencillo que todo esto. Será divertido desentrañar el misterio de una película que, para empezar, más que tratar la temática de los superhéroes, se dedica a los antihéroes.

En fin. Recordemos que no hace mucho Ryan Reynolds estuvo en la pantalla grande intentando encajar en algún papel venido de alguna adaptación de cómic. Primero del lado de la DC, con la mil veces aborrecida e innombrable The Green Lantern, uno de los principales fracasos en toda su carrera allá por el 2011. Luego, con la poco conocida adaptación de R.I.P.D. que pasó sin pena ni gloria en el 2013. Es decir, estamos hablando de un tipo con un historial bastante malo, que hizo cuestionar a la Fox si debía protagonizar al personaje de Deadpool. Y bueno, en pleno 2016 parece reivindicarse, quién sabe cómo, gracias a él.

Y así como Ryan Reynolds se cuestionara a sí mismo en esta película, lo cuestiono yo también: ¿Creen que Ryan Reynolds llegó a donde está por su gran talento como actor? ¿Si éste no hubiera personificado a Deadpool en X-Men Orígenes en el 2009, lo hubiesen escogido para interpretar este papel? Lo cierto es que el éxito fue descomunal. Desde su estreno en E.U. logró nada más y nada menos que 135 millones de dólares, rompiendo el récord que ostentaba Fifty Shades of Grey como mejor estreno en un mes de febrero. Pero eso no es nada, si se le agrega lo que ha recaudado a nivel internacional, sumaríamos la monstruosa cifra de 260,1 millones de dóalres.

Hay quienes dirán que el principal acierto de la película es su comedia. Y hasta cierto punto es verdad. Es decir, no todos los días aparecen películas de superhéroes (y mucho menos de la misma línea) que se burlen de los favoritos, o bien, de los clichés básicos de ser un justiciero de cómic. Deadpool lo hace, y así como vimos en mi top, 7 hilarantes y extraños superhéroes que podrían patearle el trasero a los Vengadores, abordamos a muchos de ellos que también lo hacían. La autoparodia, la burla o la sátira desinhibida es un recurso fascinante que sí ayudaron al éxito, no sólo por ser “gracioso”, sino por generar cierta polémica a ciertas personas.

Uno de esas polémicas surgió de parte de un ejecutivo de Hollywood que expresó su descontento con esta película en una nota que escribió dentro del facebook de Deadline:

“La película tiene un tono autodespreciativo y único, y que se ríe de Marvel, algo que jamás haría consigo mismo”.

Comentario que desató la ira de James Gunn (director de la aclamada Guardians Of Galaxy cuya secuela ya está en marcha) quien salió a defender la película como si de un Roman Polanski a un Jodorowsky se tratara:

«Me encanta Deadline y muchas de mis noticias sobre mis negocios de cine vienen de ellos. Y amo a Deadpool todavía más, la película es hilarante, divertida, tiene un gran corazón y es exactamente lo que necesitamos en este momento: asumir grandes riesgos en el cine. ¡Pero vamos! Eso no es razón para volver a escribir la historia. Esta nota debe haber sido escrita por el ejecutivo más tonto de la historia de Hollywood».

Porque sí, Deadpool es la burla total de la imagen del superhéroe y de todo lo que representa, pero vamos deberían ser objetivos, ya que la película no sólo resulta autoparódica refiriéndose a la Marvel, sino que también ataca sin escrúpulos a la competencia más cercana: DC. ¿Por qué? Porque básicamente la esencia del personaje se resume en ello, en polémica. Sin embargo, parte de la comedia, manufacturada desde el guión, resulta un poco forzada. Como si fuera necesario repetir machaconamente que estamos tratando con el personaje más gracioso y rebelde de todos. Piensen, ¿la risa que la mayoría generó en la sala fue por compromiso o porque es verdadera comedia?

Aquí es donde, necesariamente, debemos hablar de Marjane Satrapi. La historietista iraní, más conocida por ser la autora tanto de la novela gráfica como de la adaptación homónima de Persépolis, tomó a Ryan Reynolds en el 2014 para realizar una comedia ácida, violenta y psicológicamente hilarante que pocos conocen: The Voices. Y es que podría ser el único crítico que dirá esto: es sin duda la mejor película que le haya visto al propio Reynolds en toda su carrera. Si realmente amaste Deadpool por su peculiar comedia, debes darle una oportunidad a Satrapi, que desde hace un par de años atrás ya estaba siendo ácida e igualmente enfermiza con este actor.

Y si tenemos que hablar de comedias de las cuales Ryan Reynolds es el protagonista, yo sin duda recomendaría la película de la historietista iraní:

¡Pero tranquilos! No estoy diciendo que todo en la bufonada de Deadpool esté terriblemente mal. De hecho, en la mayoría de los casos funciona. No sólo se ha convertido en una de las películas autoparódicas de superhéroes más destacables, sino que también logra el objetivo principal de la misma: polémica. Es decir, cuando molestas a alguien, y ese fue tu gran objetivo desde el comienzo, es obvio que hiciste algo bien. Eso habla de un potencial interesante de parte de sus guionistas: Rhett Reese y Paul Wernick, en conjunto, por supuesto, con su director Tim Miller para continuar adaptando, a manera de franquicia, el universo de Deadpool.

Recordemos que James Gunn reflejó gran parte de su habilidad en cuanto a comedia ácida desde Slither allá por el 2006, y lo reafirmó con su grotesca visión de los superhéroes en Super en el 2010, dando cierta noción de lo que nos encontraríamos con Guardians Of Galaxy, que al igual que sus antecesoras, funcionó. De parte de Peyton Reed, se logró exactamente lo mismo con Antman en el 2015, pero gracias a la fórmula escondida que poseía su guión: Edgar Wright. ¿Alguien recuerda a este hombre? El responsable de escribir y dirigir la comedia del cornetto en conjunto con Simon Peg: Shaun Of The Dead, Hot Fuzz y The World’s End.

Si no fue entonces Ryan Reynolds quien hizo que la película fuera un gran éxito con su actuación, o bien, su polémica derivada de una comedia políticamente incorrecta, ¿qué fue? Para sorpresa de todos: Tim Miller y su escandaloso bajo presupuesto. Eso se nota por toda la película, sólo basta notar la escases de escenarios, personajes y giros argumentales, que lejos de resultar contraproducente se vuelve la clave del éxito, ya que la vuelven íntima, peculiar y bastante libre. Si hubiese sido estrictamente financiada por la Fox, quien se había encargado ya de las otras X-Men, posiblemente no hubiésemos tenido la comedia, el gore y los desnudos que ofreció esta adaptación.

Tim Miller fue la elección casi obligada. Si bien había estado inmiscuido en X-Men: Primera generación, los ejecutivos de la Fox lo tacharon de novato como para dejar en sus manos una película de gran producción, por lo que optaron en darle el pequeño, pero para muchos, significativo trabajo de dirigir una especie de spin-off de los Hombres X: Deadpool.

He ahí también la inconformidad del ejecutivo de Deadline quien tachó a esta película como una ofensa hacia la Marvel, por no ser la que movió los hilos en el asunto. Pero eso es, lejos de todos los chistes del argumento, lo más divertido de todo. Porque es obvio que Miller se desquitó de aquellos que lo vieron como novato, incluso autoparodiando la falta de presupuesto en plena película, burlándose del asunto. Hablamos de la opera prima de Tim Miller en esta, su casi película independiente. Una donde él pudo plasmarse tal cual y sin preocupación, he ahí el poderío de su singularidad y su naturaleza llena de valemadrismo que conquistó a todos.

Y esto también puede verse reflejado en el alma de cinéfilo que posee el propio director. Así como Peter Jackson en sus inicios, al tener tanta libertad, hizo de sus trabajos una odisea de violencia explícita llena de referencias a las películas que más le inspiraban. Por ello Braindead es una parodia del cine de George A. Romero. O bien, Guillermo Del Toro con su mítica Cronos homenajeó el cine de transmutación de cuerpos de David Cronenberg. Con Deapool los tributos van desde: Cocoon, Pesadilla en Elm Street, 127 hours y Alien 3. Un festín de homenajes que revela la verdadera pasión del cineasta por lo que hace.

La más destacada fue la referencia a la emblemática película de Paul Verhoeven, Robocop, con la famosa frase: “Vivo o muerto vendrás conmigo”.

Deadpool funciona, su comedia aunque de veces forzada también. La violencia está correcta y estéticamente mostrada, no descomunal como algunos habían insinuado, pero no está mal. Y los desnudos, bueno, tampoco es algo que no hayamos visto antes. Sin embargo para ser una opera prima con tan bajo presupuesto, el haber recaudado tanto hace que se le apuesten a los “novatos” como Tim Miller y bueno… al Ryan Reynolds, ¿por qué no?

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Sinopsis:

“Basado en el anti-héroe menos convencional de la Marvel, Deadpool narra el origen de un ex-operativo de la fuerzas especiales llamado Wade Wilson, reconvertido a mercenario, y que tras ser sometido a un cruel experimento adquiere poderes de curación rápida, adoptando entonces el alter ego de Deadpool. Armado con sus nuevas habilidades y su retorcido sentido del humor, Deadpool intentará dar caza al hombre que casi destruye su vida.”

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