Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

El 9 de junio de 2014 fue la última vez que alguien vio a Olga Nayeli Sosa Romero, estudiante de francés, madre de Sara, una pequeña de tres años de edad.

20 meses después su asesino y ex esposo Moisés Torres López sigue sin ser sentenciado.

Hace unos días, el pasado 9 de febrero de 2016, en la Cámara de Diputados se presentó un tercer un punto de acuerdo en el que se exhorta a las autoridades poblanas a atender el caso del feminicidio de Olga Nayeli Sosa Romero, esta vez promovido por el diputado del estado de México y filiación perredista Omar Ortega Álvarez.

Olga fue reportada como desaparecida el 9 de junio de 2014. Después se supo que ese mismo día su esposo Moisés Torres la asesinó a golpes y luego cercenó su cuerpo y quemó sus restos, limpió todo y lo que quedó lo enterró en una comunidad cerca de Atlixco. Días después terminó confesando el asesinato.

A casi dos años del feminicidio la justicia todavía no sentencia a Moisés. La familia de la joven tampoco ha podido dar sepultura a sus restos pues hasta que no termine el proceso legal las autoridades no se los entregarán.

Y el destino de Sara, quien en este 2016 cumple cinco años, aún sigue siendo incierto. Al principio la custodia se le otorgó a los abuelos paternos y fue hasta nueve meses después que la familia materna pudo verla de nuevo y conseguir la custodia compartida. De momento, Sara vive dos semanas con su abuela y su tía y luego vuelve 15 días con sus abuelos paternos.

La familia de Olga Nayeli, principalmente su hermana Alejandra Sosa y su mamá, Argelia Romero, han peleado la custodia completa, por el bienestar de la niña. Sobre todo, explicó Alejandra, porque el papá de Moisés fue señalado como cómplice del feminicidio, ya que en su declaración el asesino dijo que su padre lo había ayudado a limpiar la escena del crimen –que fue la casa donde el matrimonio y su hija vivían.

Entrevistada a finales de 2015, Alejandra Sosa Romero dijo que lo más preocupante es la situación de Sara. La niña, dijo, se ha vuelto muy hermética, tiene pesadillas y no sabe qué pasó con sus padres. Sus abuelos paternos le dijeron que Moisés y Olga viven en Estados Unidos.

En un punto de acuerdo presentado hace unos días los legisladores perredistas pidieron al Tribunal Superior de Justicia de Puebla que emita la sentencia para conceder la patria potestad exclusiva de Sara a su abuela materna, Argelia Romero, pero no es el primero.

[quote_box_right]A casi dos años del feminicidio la justicia todavía no sentencia a Moisés. La familia de la joven tampoco ha podido dar sepultura a sus restos, pues hasta que no termine el proceso legal las autoridades no se los entregarán.[/quote_box_right]

El 24 de marzo de 2015 la diputada Roxana Luna había inscrito ya otro punto, publicado en la Gaceta Parlamentaria el 26 de marzo, en el que se pedía que se declarara la alerta de género en Puebla y se investigara a Moisés Torres Monroy, papá del asesino de Olga Nayely, por su presunta participación en el encubrimiento del feminicidio. Pero nada pasó porque la Comisión de Igualdad argumentó una confusión con los nombres del asesino y de su padre

Después, el 7 de enero de 2016, los diputados perredistas Omar Ortega y Araceli Saucedo Reyes presentaron nuevamente un punto de acuerdo sobre el caso, pidiendo específicamente al Tribunal Superior de Justicia poblano que dictara ya sentencia contra Moisés.

El documento exhortaba también al Tribunal acerca del tema de la patria potestad de la hija de Olga, pidiendo que fuera su abuela materna quien se quedara con la custodia exclusiva. En tercera, pedía nuevamente que se investigara al padre del asesino. La Comisión Permanente lo ignoró, y un mes después el punto volvió a ser presentado.

Alejandra dijo que todavía no se emite una sentencia porque Moisés sigue aportando pruebas para alargar el proceso. Ha promovido tres, o cuatro amparos, recuerda, pero ninguno ha sido admitido. Y la investigación contra su padre está detenida: Moisés Torres Monroy no ha sido llamado a declarar.

En palabras de Alejandra Sosa: “parece que quieren dejar ahí la averiguación previa”. Además Moisés Torres en una  ampliación de declaración que pidió a finales de 2015 (de la cual la familia de Olga no fue notificada) dijo que había sido torturado para confesar, y que a raíz de eso había quedado semi sordo y con secuelas.

El tema de la violencia contra las mujeres en Puebla ya ha sido llevado ante las autoridades federales pero el Congreso lo ha dejado de lado. Desde diciembre de 2014, medio año después del asesinato de Olga Nayeli, el diputado Ricardo Mejía había inscrito ya un punto de acuerdo dirigido a la Secretaría de Gobernación para emitir la alerta de violencia de género en el estado de Puebla. Sin embargo, no hubo un seguimiento y el punto se convirtió en letra muerta.