Lado B
Krampus, el regreso de Michael Dougherty
Hay algo en específico que los inexpertos no entienden cuando ven filmes de horror ligados a la comedia: creen que son ridículas por provocar más risa que miedo. Bueno, aclaremos una cosa antes de entrar a materia.
Por Héctor Jesús Cristino Lucas @
07 de enero, 2016
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krampush

Héctor Jesús Cristino Lucas

[dropcap type=»1″]H[/dropcap]ay algo en específico que los inexpertos no entienden cuando ven filmes de horror ligados a la comedia: creen que son ridículas por provocar más risa que miedo. Bueno, aclaremos una cosa antes de entrar a materia. El horror, así con sus incontables escenas descarnadas, sus fantasmas, monstruos o zombies no sólo fue creado para generar conmoción en la audiencia, sino también para criticar momentos históricos, o bien, cuando se tratan de las famosas comedias horroríficas, hilarantes y absurdas, para autoparodiarse y darle una nueva visión al género. Y esto no es nada es nuevo, ligar horror con comedia es un ejercicio de antaño cuya fórmula ha funcionado innumerables ocasiones.

En el caso de los zombies, por ejemplo, películas como “Shaun Of The Dead”, “Zombieland”, “Braindead” o “Return Of The Living Dead” tomaron los recursos más emblemáticos que directores como George A. Romero o Lucio Fulci les imprimieron a estas criaturas para parodiarlas, o bien, para encontrarles el lado tragicómico y rocambolesco de su naturaleza. El Slasher también tuvo su faceta cómica cuando llegó “Scream” en 1997 burlándose de los clichés más característicos de películas tipo “Viernes 13” o “Halloween”, pero eso sí, nunca dejando el terror de lado. Una buena comedia horrorífica debe tener ambas sustancias, y respetarlas.

A diferencia de las reconocidas “Scary Movie”, que es pura burla y nada más, éste tipo de cine no deja de ser terror, no se queda sólo y meramente en la parodia, sino que se añade forzosamente al género a quien satiriza. Kevin Smith nos mostró un gran ejemplo en el 2014 con “Tusk”, cuya comedia iba y venía en una trama realmente extraña, divertida claro, pero sin dejar de ser espeluznante. “Tucker And Dale vs Evil” de Eli Craig es otro excelente ejemplo de la comedia horrorífica moderna, burlándose del asesino cliché de filmes tipo “Wrong Turn”, con montañeses locos y adolescentes. Y a finales del 2015, otra comedia se añade a la lista: “Krampus: El horror de la navidad”.

Película de nada más y nada menos que Michael Dougherty, un hombre que es más reconocido como guionista que como director. Responsable por ser el escritor, junto a Dan Harris, de “X-Men 2” o “Superman Returns”, casi nadie lo conoce por ser él mismísimo autor de un film que allá por el 2007 enamoraría a la crítica hasta volverla de culto: “Trick ‘r Treat”. Una película antológica del tipo “Creepshow” pero ambientada en Halloween, y que no hacía más que recuperar leyendas y tradiciones folklóricas de esta festividad, véase: el Samhain o el Jack-o’-lantern. Una de las mejores películas que rinden homenaje a las raíces del All Hallows Eve como ninguna.

Y ahora, después de casi siete años de haber estrenado su opera prima, vuelve a colocarse detrás de la cámara de una forma muy peculiar. Si con “Trick ‘r Treat” recuperaba el folclor del Halloween, rindiéndole tributo a sus leyendas más clásicas, con “Krampus” la fórmula sería exactamente la misma, pero con navidad. Dougherty recupera el antiguo mito de los Alpes acerca de una criatura en forma de demonio que, contrastando a la imagen del bondadoso San Nicolás (o Santa Claus), llegaría en plena navidad para castigar a los niños mal portados y así, llevárselos consigo hasta el infierno. Una especie de figura que podría funcionar como el Satanás para la religión judeocristiana.

Pues bien, para entender la nueva película de éste director debemos primero saber la intención de su naturaleza. Y es por ello que empecé esta crítica con el discurso de las comedias horroríficas, porque “Krampus: El horror en la navidad” es un producto que camina, de manera magistral, por esa misma senda. Y es que presiento que la mayoría no ha entendido ni la intención, ni el propósito, ni la referencia, ni mucho menos el estilo de Dougherty a la hora de hacer películas de horror. Éste hombre simplemente homenajea y recupera los mitos de las festividades, para hacer películas de terror. Sin embargo, eso no impide que estas sean maliciosamente divertidas.

Lentamente éste director comienza a generar un sello propio; un sello característico: El cineasta cuyos filmes de horror se ambientan en alguna fecha festiva. Primero con Halloween, ahora con navidad. De hecho, en ésta última pareciera haber indicios de que la siguiente película podría transcurrir en pascuas… con algún conejo asesino.

“Krampus” es una película que, temo decir, será totalmente incomprendida por aquellos que no están familiarizados con el horror cómico. ¿Por qué? Porque si este filme hubiese aparecido en otra época como por ejemplo, los 80s, les seguro que ahora mismo sería de culto. Todos y cada uno de los elementos usados en esta película son idénticos a dicha década. Analicémoslo bien: horror entremezclado con comedia hilarante, muchas veces cayendo en el sin sentido extremo, muertes graciosas y giros de tuerca inverosímiles ¿A qué nos recuerda esto? A “Evil Dead”, “Bad Taste” o “Basket Case”. Una época donde el horror estaba en sus mejores momentos.

De hecho la película de Dougherty se mueve como si se tratase de los mismísimos 80s. Un film que resulta consciente de sí mismo. Que no le importa qué tan inverosímil o hilarante pudiera terminar siendo porque su director comprende el género, y lo que es mejor, sabe cómo llevarlo a los límites más fascinantes. Lo sé, es rocambolesca, extraña, fuera de lo ordinario y hasta inclasificable, pero eso es porque simplemente es fresca, es única. Entre tantos bodrios que tenemos actualmente, predecibles y descafeinados, se agradece encontrar un trabajo de este tipo. Un trabajo que no sólo te mantiene en suspenso, sino que también te divierte y te atrapa.

Lo que es mejor, posee unos efectos visuales deslumbrantes, realmente bien logrados. A momentos con un CGI evidente que en lugar de ser un punto negativo, posee la capacidad de generar una excelente atmósfera que muy pocas películas de terror actuales logran. Y claro, también trabajos a la vieja escuela usando botargas o marionetas que podrían recordarnos a los grandes trabajos de Jim Henson en “Labyrinth” o “The Dark Crystal” por ejemplo. Incluso hay cierto homenaje en cuanto a comedia con el clásico de 1984 de Joe Dante “Gremlins”, que de igual forma transcurre en navidad y vemos a un pueblo siendo aterrorizado por unas extrañas y divertidas criaturas.

Pero también algo que debe elogiarse por sobre el resto es el uso de animación en 3D en cierta parte de la película, que la vuelve más inusual de lo que ya es. Pero dicha rareza también contribuye a convertirla en una historia más “navideña”, más enfocada en dicho contexto.

Una película digna de la comedia horrorífica. Y lo mejor es que no resulta ni predecible ni aburrida. Su guión está construido de tal forma que las situaciones se vuelven más y más hilarantes, convirtiéndola en una de esas sorpresas que sólo aquellos que entiendan este género van a amar y van a agradecer. “Krampus” es la película perfecta para ser disfrutada en la temporada pasada.

“Krampus: El horror de la navidad” tiene un estilo tan singular que debe ser comprendido antes de verse. Es la “Gremlins” de nuestro siglo. La comedia negra endulzada maliciosamente con fantasía para que se disfrute en familia. La nueva pieza de Dougherty, digna sucesora de su aclamada “Trick ‘r Treat”.

¡Dougherty regresa, Dougherty manda!

[quote_box_center]Sinopsis:

El espíritu de la Navidad simboliza la unión familiar, dar y recibir, pero cuando Max ve que su familia se resquebraja, pierde la fe en estos sentimientos. Esta situación despertará la ira del Krampus, un ser mitológico que decide acechar junto a sus criaturas al niño y sus parientes para atormentarles las fiestas y hacerles vivir, literalmente, un infierno. Para salvar sus vidas y enfrentarse al Krampus, Max y los suyos tendrán que dejar a un lado sus diferencias y unir sus fuerzas para detenerle.

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Autor Lado B
Héctor Jesús Cristino Lucas
Héctor Jesús Cristino Lucas resulta un individuo poco sofisticado que atreve a llamarse “escritor” de cuentos torcidos y poemas absurdos. Amante de la literatura fantástica y de horror, cuyos maestros imprescindibles siempre han sido para él: Stephen King, Allan Poe, Clive Barker y Lovecraft. Desequilibrado en sus haberes existenciales quien no puede dejar (tras constantes rehabilitaciones) el amor casi parafílico que le tiene al séptimo arte. Alabando principalmente el rocambolesco género del terror en toda su enferma diversidad: gore, zombies, caníbales, vampiros, snuff, slashers y todo lo que falte. A su corta edad ha ido acumulando logros insignificantes como: Primer lugar en el noveno concurso de expresión literaria El joven y la mar, auspiciado por la Secretaría De Marina en el 2009, con su cuento: “Ojos ahogados, las estrellas brillan sobre el mar”. Y autor de los libros: Antología de un loco, tomo I y II publicados el 1° de Julio del 2011 en Acapulco Guerrero. Aún en venta en dicho Estado. Todas sus insanias pueden ser vistas en su sitio web oficial. http://www.lecturaoscura.jimdo.com
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